Pasaje del Ayuntamiento

Es la única calle poblana al estilo Europeo. Está ubicada a un costado del Ayuntamiento conectando la calle Reforma con la 2. Dentro puedes encontrar bares, el Hotel la Alóndiga, algunos pequeños negocios de postres y unos más de ropa. Su estilo europeo es dado por su techo curvo transparente, al pasar por el centro es imposible no verlo.

Aquí grabamos un cortometraje bastante fregón y usamos una de las vitrinas de la galería como locación.
Es el pasaje más célebre de la ciudad y dentro hay varios negocios como hoteles, tiendas de artículos esotéricos y hasta un Subway.
Es el camino más directo desde el parque hasta el Sanborns detrás del Ayuntamiento.
Su arquitectura es la que lo destaca entre las construcciones aledañas y es que no siempre existió, alguna vez, esto fue una calle, es decir que se decidió techarlo y aprovecharlo como un pasaje comercial.

A pesar de que se ve llamativo por ser la division de dos enormes edificios, este pasaje no tiene nada de especial ya que lo único que hace es unir al zocalo a la calle 2 Oriente y viceversa, este pasillo esta lleno de pequeños locales que venden peluches, un hotel (bastante bonito) a entrada a los nevados de don hermilio y la estantería de Mr. Tennis, nada que sea muy llamativo y la verdad si no necesitas cruzar hacia el otro lado es mejor que no pases, no tienen ningun chiste.

El Pasaje del Ayuntamiento es una de mis obsesiones personales, pues se significa de manera distinta con el paso del día, pues a las seis de la mañana es el territorio de los voceadores y periodiqueros, y el lugar se llena de motocicletas y gente hincada que traspapela a toda velocidad, cuando me iba de pinta, ese era el paisaje que me gustaba pasar a ver. Más tarde el lugar se muere para ver nacer a los comercios, José Luis Ibarra Mazari narra en sus «Balcones» que el local de los encendedores El Pasaje ha estado ahí desde siempre y siempre lo atienden os güeros, muy amables por cierto. Al medio día llegan los boleros y debo confesar que son de mis favoritos, sobretodo el que está un poco bizco, es el que me ha atendido desde hace más de 15 años. Por la noche se llena de músicos y pedigüeños, ya sea el de la kena o cantantes de ópera y niños. El Pasaje tiene una vida propia que vale la pena detenerse a ver.

Es un espacio techado en cuyo interior podrás encontrar desde hoteles hasta franquicias de comida rápida. A mi me sirvió como buen refugio de las torrenciales lluvias de septiembre en Puebla. Es un lugar de transito donde puedes comprar otras cosas que venden en los locales aledaños.
Me gustó la cubierta de material transparente que cubre la herrería del pasaje. No estoy seguro de cuándo o porqué se construyó pero me recuerda muchos de los otros edificios porfirianos del Centro Histórico.

Un Pasillo que te conecta conecta al Zócalo de Puebla (Si vas caminando por la 2 Oriente). Generalmente al caminar por el pasaje, encontrarás varias tiendas en las que puedes entretenerte un rato.
Si entras por la calle del Zócalo, lo primero que verás son Peluches por todos lado, ya que hay varios locales que los venden, encontrarás de todo, desde los peluches tradicionales hasta los de alguna película famosa, también los hay de tamaños, desde el más pequeño hasta los osos gigantes, (De esos que los novios suelen regalar a sus doncellas)
También encontrarás tiendas, en dónde venden cosas hechas con materiales reciclados, y algunas decoraciones con veladoras aromáticas, libretas hechas a mano, etc.
Casi al finalizar el corredor, podar observar las tiendas de ropa y zapaterias. Generalmente, cuando llueve la gente corre a refugiarse en ese pasaje, por lo que estará atascado por completo y si te encuentras dentro, dudo mucho puedas salir rápidamente,
Por cierto, su nombre es debido al la cercanía con el Palacio Municipal.

Es un pasaje con una arquitectura muy bella y que de primera vista te invita a internarte a descubrir lo que hay dentro de él. Una vez adentro, puede ser desilusionante descubrir que no hay nada más interesante que tiendas de peluches, zapatos y un hotel.
No te mates por entrar, en realidad si no andas buscando peluches o zapatos, es mejor admíralo desde afuera, donde radica su belleza.

De las primeras veces que visité Puebla este lugar me llamó mucho la atención. En realidad es un lugar bonito, si caminas por ahí hasta te puedes sentir un poco transportado en el pasado, aunque en realidad no es para tanto cuando descubres que el pasaje está lleno de locales comerciales, hoteles y restaurantes, tan sólo por mencionar alguna cosas.
Si no eres de los curiosos a los que les gusta admirar la belleza de los pequeños rincones de la ciudad, seguramente serás de los que prefieren cruzar por aquí con tal de cortar camino hacia la siguiente calle.

Lo que les puedo asegurar es que aquí van a encontrar de todo es un pasaje atractivo cuando pasas por ahí y con el solo fluir de la gente te darán ganas de entrar, dentro de el hay un cantidad de negocios de todo tipo, entre los que más hay son ya bastante conocidos y son cadenas internacionales lo que puede resultar una buena opción para la gente que busca ese tipo de lugares o ciertos extranjeros que aún no se acostumbran a la comida mexicana.
Al pasar por los arcos seguramente lo verán y se les antojará pasar, pues les invito a que no se queden con las ganas y entren a ver que hay igual y encuentran algo que sea de su interés y agrado, finalmente es parte importante del zócalo.

Realmente este aunque no es tan considerado por los poblanos, es un punto importante para mí, de entrada el pasaje es hermoso, dentro de él podemos encontrar locales donde puedes recargar tus encendedores, locales de peluches y cosas curiosas, un hotel, un subway, una casa de cambio, unas zapaterías, bolerías, un lugar donde venden tacos de canasta buenísimos y una tienda de artesanías.
Siempre que tengo oportunidad cruzo por el, es encantador de verdad, los domingos se pone un chavo a cantar de una forma impresionante, si tienes oportunidad ve a verlo y ayudale de paso con unas monedas, porque realmente tiene talento.

Si cuando sueles visitar nuevos lugares y eres de los que disfrutan comprar lo típico este pasaje es el ideal. Un pasaje que se encuentra justo a un lado del Palacio Municipal, en él hay varios atractivos, uno de ellos es que se encuentra un hotel dentro del pasaje, además de varios locales de artesanías, uno que otro bar y algunos restaurantes. Realmente no es como cualquier pasaje, es único, tiene una decoración y unos acabados que vale la pena contemplar. Ya sabes, si estás en el Centro Histórico y no lo visitas estás mal, muy mal, te lo perderás. Una de las ventajas que te hará querer visitar este pasillo en cualquier horario es que no importa la hora en que cruces este pasaje, siempre está alumbrado y asegurado. Por un lado te saca a la explanada del Zócalo y del otro te saca aun teatro.

Este pasaje comercial es de los más visitados y transitados en el centro de la ciudad. Es un lugar que a simple vista es un callejón, pero en realidad está lleno de negocios de todo tipo: restaurantes, bares, tiendas de comida rápida, hoteles, etc.
Muchos lo toman como atajo para cruzar hacia el Zócalo en sus diario andar, lo que resulta en una buena estrategia comercial, ya que está lleno de comercios (por mencionar algunos Subway y el Hotel La Alhóndiga), que te llaman a comprar o consumir, y no sólo por el hecho de querer comprar algo, sino que este lugar es muy tranquilo, bonito y fresco, lo que hace que te quedes ahí un rato mirando lo que cada comercio te ofrece.
En las noches es la única entrada hacia el Hotel La Alhóndiga, pero no es un lugar inseguro, hay seguridad en el hotel y eso hace que este pasaje en la noche sea lúgubre pero seguro.
Si no te has dado la vuelta por acá debes hacerlo, si no quieres comprar nada no importa, el lugar es bonito y entra mucha luz, lo que lo hace un buen lugar ara curiosear un rato.

A un costado del palacio municipal de Puebla se encuentra este pasaje que conecta la Avenida de Juan de Palafox y Mendoza con la 2 Oriente.
Mientras caminas por ahí puedes observar una tienda de peluches la cual no te recomiendo pues son bastante caros para lo que son, más adelante hay una casa de cambio (euros, dólares, pesos, etc.) y dos zapaterías.
Si tienes suerte encontrarás a un señor que lleva años cantando en ese lugar, por último ten cuidado con tus niños y tus pertenecías de valor, por aquí abundan los rateros.