WONK

No, no estás en un anuncio de Abercrombie & Fitch, por mucho que todos los camareros, perfectamente definidos, musculados, altos y maravillosos, se paseen por el club sin camiseta. Estás en uno de los pocos clubs de ambiente en Malmö, pero también en uno de los más frecuentados por heterosexuales, porque «es el más divertido de la ciudad».
El club se divide en dos salas: la principal, con una pista de baile bastante decente, una tarima con bien de luces y una cabina de DJ en el centro, además de dos barras para abastecer al personal y una zona con sillones para tomarse un respiro; y la secundaria, con un mini escenario y unos sofás, y poco más porque es bastante pequeña.
Desafortunadamente, no han descubierto el funcionamiento aún del sistema del aire acondicionado, pero no dejes que eso te amedrante. Puedes pagar con tarjeta todas las consumiciones, por pequeñas que sean, y la cerveza no pasa de las cuarenta y pico coronas suecas, así que te sentirás como en Madrid, aunque no hay Mahou, eso sí.
Los espectáculos de drag queens son uno de los grandes reclamos (así como el karaōke que tiene lugar al principio de la noche), pero no son especialmente pesados, sino que son muy divertidos. La entrada, eso sí, cuesta cien coronas del ala, y no incluye consumición alguna.
QUÉ ESPERAR DE LA MÚSICA: en la sala secundaria, bien de folclore sueco, salpicado con algunos éxitos mainstream. En la principal, tecnazo del duro y a veces un poco antiguo, con algunas concesiones a Daft Punk y a Avicii.