Mientras más veces voy, menos me gusta. Este era uno de los bares a los que sólo ibas si alguien te llevaba o no te había quedado más remedio que entrar por alguna razón. Es un bar tradicional, un bar de pueblo o de abuelos como los llamamos también. Tenían precios muy económicos y una cocina riquísima y tradicional. La estética es destacable, porque parece uno de los típicos salidos en cuéntame pero todo el mundo iba ahí porque siempre se comía bien y por muy poco. Hace unos años, cogieron un local al lado del bar para los meses de verano. la terraza es como lo llaman y la verdad era genial. La ampliación de espacio, unida a la terraza, con parque infantil hizo que se convirtiera en un sitio muy popular. Seguían cocinando bien y el precio seguía siendo razonable. Qué sucede? que han crecido demasiado y el volumen de trabajo no ha crecido al mismo nivel que el número de camareros y claro, se cena muy tarde, con la comida fría y el precio, aunque sigue siendo barato ya no es lo que era o no compensa. En las últimas cenas que he tenido ahí, sobre todo cuando han sido de grupo, hemos cenado mal, siempre nos han servido muy tarde, siempre se han olvidado de algún plato o nos han traído la comida fría. Los camareros discuten delante de los clientes y se echan la culpa por errores que no son tan importantes o al menos no para que los clientes lo sepan y de entrar a cenar a las 10 de la noche cuatro aperitivos y un bocata, he llegado a salir de ahí a las dos de la mañana, algo que me parece totalmente inconcebible. No puedo decir que la comida esté mala, pero para mi ha perdido su encanto.
Manolo L.
Rating des Ortes: 3 Valencia
Un bar de los de toda la vida. Seguro que si entrara un anticuario a este bar, tendría muchas cosas que decir. Tiene una terraza enorme y muy bien montada justo al lado del bar tradicional. Son muy típicos los montaditos de embutidos, lomo, panceta, morcilla, longanizas, y un largo etcétera. Si tuviese que destacar algo de este bar, la ternera en salsa, la mejor del pueblo sin duda y quizá, la mejor de la provincia. Mantiene ese sabor de hace tantos años… El bar es austero y con los mismos parroquianos de siempre. Antes estaba justo en la parada del autobús de linea, pero ahora se ha quedado sin este aliciente, por lo que va menos gente. No obstante, las noches de verano, se llena la terraza. La gente va a comer barato y bien. El servicio es normal, tradicional diría yo. Al fondo de la terraza hay un pequeño parque para los niños y las familias pueden cenar mientras los peques se lo pasan bomba.