La verdad es que para este lugar sólo tengo buenas palabras, y mucho que agradecer a Rocio L. por habérnoslo dado a conocer. Lo primero que nos llamó la atención fueron los precios de la carta, lo que aventuraba que la cuenta iba a ser, desde luego, más que económica. Nos dejamos asesorar por nuestra anfitriona y por la amabilidad sin límites de quien nos atendió, y no pudimos quedar más satisfechos. Unas papas con mojo variadas, pollo a la mejicana, tortillas… ¡¡y esos famosos chupachups que son para quitar el sentido! Pedimos más cosas pero ya no lo recuerdo. Y todo ello regado con cerveza, con la que algunos comensales estaban más que entusiasmados, y vino de la casa. De postre una selección variada de tartas para compartir adornada por jugosas cerezas y un chupito casero de higo, de regalo. El precio, no llegó a los 10 euros. La comida buenísima. La atención exquisita, el trato inmejorable y la compañía sin duda lo mejor de todo. Cuando vuelva a Albatera, sin duda repetiré.
María P.
Rating des Ortes: 4 Valencia
Nueva visita a Albatera y nueva joya de la hostelería descubierta; si esto es habitual, vengo cada semana, oye. En este caso, nos trajo de la manita la mismísima Miss Albatera –sí, acabo de decidirlo– tras nuestra respuesta afirmativa al tanteo«¿tapas?». Así era, nos apetecía ir de cervezas y comer de picoteo pero en condiciones. Y vaya si lo hicimos. Lo primero que me hizo empezar a derretirme es que un bar/hamburguesería/bocatería tuviera cerveza tostada de barril. La camarera nos promete unas Paulaner de medio litrazo bien frescas pero ¡oooh!, de repente vuelve a salir para avisar de que no le queda Paulaner, sólo Murphy’s. SÓLO. MURPHY’S. Que se abra el cielo. Desgraciadamente, comprobé que mi cerveza favorita –primera vez que la veo fuera de un pub irlandés o similar– varía bastante su sabor, como me temía, dependiendo de la forma en que la tiren. Y ésta no fue la mejor tirada del mundo, y quizá el vaso helado le mató el resto de cremosidad que la caracteriza, pero bueno. Nadie es perfecto. Vayamos a lo interesante: la comida. Riquísima. Por lo que nos cuentan, no es casualidad que hayan sido los vencedores de alguna edición de ruta local de la tapa, y lo comprobamos cuando el cocinero en persona sale a servirnos su plato estrella: los chupachús –de oca, en la receta ganadora, de carne esta vez. Una especie de albóndiga empalada que tiene todos los mejores sabores de la tierra concentrados. Pedidlos sin dudar. Además de esto, la variedad de sabores enloquece: papas con tres tipos distintos de mojo, pollo con verduras, bravas con pimentón… riquísimo todo –sé que se me olvida enumerar algo, maldita Murphy’s. El interior es carisma puro, con esos manojos de ajos y paja sobre la barra y ¡ah! el baño está muy limpio porque lo guardan bajo cierre con timbre, primera vez que lo veo en un bar, y menos pequeñito. Todo esto unido a esa atención familiar que, desgraciadamente, sólo se suele recibir en los pueblos consiguieron que me llevase una buena impresión, un buche bien satisfecho y sólo 10 euritos menos en el bolsillo. Pero ¿quién puede salir hecho un gruñón de aquí?
Rocío L.
Rating des Ortes: 4 Albatera, Alicante
Es una hamburguesería y bar de bocadillos. Está muy bien cuando quieres cenar en ese plan porque además el precio se adapta bastante a lo que estás consumiendo. La media por persona casi nunca supera los 10 euros. También hacen menús diarios, Ramón, el dueño está siempre inventando y le encanta cocinar, si le dejas que te sorprenda no te defraudará. Todos los años impresiona con sus tapas un poco más especiales. Este año ha sido el chupachups de oca con salsa dulce de pimiento, que estaba para chuparse los dedos. A la hora de la tostada, te pone jamón «del bueno» cortado dos minutos antes de ponerlo en el pan. Se nota que es una empresa familiar y te hacen sentir así cuando estás allí.