La Moderna

¿Quién ha paseado por Jerez y no ha escuchado hablar de La Moderna? Sí, de esos bares que tienen un no sé qué, que qué sé yo. Tradición. Pureza. Jerezanía. Arte. Es difícil describir La Moderna sin caer en tópicos manoseados. Porque La Moderna es tópico en sí, y eso es parte de su esencia.
Un bar de los de antes. Situado al inicio –o al final, según se mire– de la famosa calle Larga. Un enclave sensacional para comenzar tu ruta rancia jerezana. Lo mejor de todo es el ambiente que tiene siempre. Ambiente del bueno. Abarrotado, sí, pero que se puede estar y pedir sin problemas.
Yo soy cervecero, pero tienen muchos vinitos y caldos jerezanos. De esos de olé y olé. Para las tapas, mucho donde elegir. Yo recomiendo definitivamente las lagrimitas de pollo. Una receta básica pero destaca por su espectacular sabor. Realmente adictivas.
No lo pienses más y pasa por aquí. Un MUST de Jerez en toda regla.

Old school tapas, bullfight bar.
I think every visit to Jerez should have at least one visit to La Moderna. It’s old school, it’s been there forever, all the locals go. Tapas are not particularly memorable but dirt cheap… all under € 2.00.
Go for the feeling of timelessness, the bullfight photos, the oldtimers chatting at the bar. Great place.

La Moderna ha sido siempre el bar de mi vida. Llevo parando aquí desde que tengo uso de razón y seguiré haciéndolo siempre.
El bar, con más historias que la Biblia, es santo y seña de la sociedad jerezana: todo el mundo pasa por aquí. Ya desde por la mañana hay un gran ajetreo entre cafés y tostás (manteca, siempre), acompañado de las páginas de «El Diario».
Y siempre ha sido referente por sus tapas: imprescindible las lagrimitas de pollo, los potajes, la pavía… Si pasáis por allí, no dudéis en un cerveceo rápido, porque no os vais a arrepentir.