Acquolina

Aayy, found this place when I got lost and the ice creaaam was justttt perfect. And I ate them in winter, so imagine how amazing it would be in summer! Love the ice cream texture and the taste ahhh so lovely! Ordered medium cup of dulce de leche and maracuya for 3 euros. I will find this place again!

Un ambiente muy agradable y helados artesanos, así que no se puede pedir más para estar a gusto. Bien de precio y me gustó el detalle de que los cafés lo sirvan con algo ‘de picar’ y no solo la taza sin más. La bollería tenía muy buena pinta pero no la probé, preferí dedicarme con énfasis a mi primer helado de la temporada 2015, el de chocolate negro (en un lado) y coco (en el otro de la tarrina).

Lo he probado este verano por el tema horchata y granizados en días de calor intenso y he salido muy contento con la experiencia. No está mal de precios, buena presentación y sitio fresquito y agradable para sentarte a charlar mientras te refrescas.
Una buena opción si buscas algún rincón donde esconderte del Lorenzo cuando le da por arrear ;)

Lo mismo soy una especialita en el tema de los helados pero la verdad es que no me emocionaron. A su favor diré que son helados artesanales, que el sitio está en plena plaza del Dos de Mayo y que tiene mesitas para sentarse (mesas altas)
Estaban buenos, pero no llegaron a emocionarme.

Ayer se nos hizo pelín tarde tras la cena y queríamos helado y mira, me alegro de que el sitio al que en un principio íbamos a ir con nuestros cuerpos, estuviera cerrado, porque la verdad es que nunca había estado en Acquolina y qué gran placer :)
Me tomé una tarrina pequeña — 2,50 € con una bola de helado de Kinder Bueno y otra de fresa. Vale, tú, como mis amigos has pensado: a esta chica le gustan los contrastes… Yeah! Me encantan :) Estaba hiper bueno y me gustó más el de Kinder la verdad.
Lo cierto es que no vi el de Tiramisú porque siendo uno de mis postres favoritos y leyendo la recomendación de Merche M, habría sido mi primera opción, así que el próximo día que vaya, lo pregunto :)
El local está en la Plaza del Dos de Mayo por lo que es buena idea que cojas tu helado y los disfrutes en esta plaza que me gusta tanto.
¿Los dependientes? Majérrimos :)

Awesome — real Italian Gelato. Not the typical ice cream that you find everywhere else.

Ñam ñam ñaaaaaaam. ¡Por fin encuentro en algún sitio helado de tiramisú!
No encontraba uno que estuviera tan bueno desde que fuí a Roma.
Bueno, y el de stracciatella (o escachatela como dice mi suegro) increíble también. Además lo digo muy segura de ello, porque soy una fan incondicional de ese sabor y cuando pruebo un sitio nuevo es el único que me pido.
Os lo recomiendo, muy bien de precio, calidad y los camareros muy simpáticos.

Helados que no tienen cachitos de hielo: ¡son supercremosos! Y un helado cremoso… ¡es muy delicioso!
En fin, que descubrí este sitio el verano pasado y el jueves volví (y el viernes también, casualidades de la vida): chocoshock y yogur + amarena = ¡mmmm múltiple!
Sabores exóticos, además de los clásicos (aunque renovados), y granizados diferentes (¡lima y hierbabuena!). Y si tu especialidad son los helados, pues habrá que explotar eso, aunque ello signifique que el café sea regulero… También me llamó la atención la poca diferencia de tamaño del cono pequeño al grande.
Destacar que tienen helados aptos para aquellos no aptos para comer todo tipo de helados (vaya, hoy estoy hoy trabalengüera): tienen un cuadro donde te dicen qué productos tienen esto o aquello (lactosa, gluten, etc.), por si algo te da alergia. Gracias a ese cuadro, mi amiga, que no tolera la lactosa (ni las injusticias), supo qué podía pedirse sin perderse.
Helado… qué cosa tan rica… Hay que ir a comerse uno a Acquolina, o a tomarse una de esas horchatas tan famosas. Eso sí, no es para ir todas las semanas: ¡la calidad tiene un precio!

Cuando te encuentras un helado artesano, bien hecho, ligero y con un sabor original, hay que decirlo, y bien alto. Este sitio, pequeñito pero suficiente, es un templo dedicado a todo eso: sabores fuera de lo habitual (el de pomelo campari está logradísimo y me encantó), y calidad, mucha calidad. El precio, acorde con ello. No es para ir todos los días, pero merece la pena pagar un poco más de vez en cuando. Me quedé con las ganas de probar la horchata, que también tienen para llevar y que, según dicen, es también de lo mejorcito.

Los sabores que probé ayer en este local, mango y fresa, me parecieron excelentes (y soy muy crítico con los sorbetes de fruta) No sólo los helados me parecieron buenos: la oferta de batidos es otro acierto.
El local es pequeño pero cómodo y luminoso. Y el lugar, al pie de la plaza del 2 de mayo, es muy agradable.

Pufff, con tanta recomendación…¡y se me olvida comprar la horchata para casa! Eso sí, el helado de Gin Tonic (esta bebida taaaaan de moda) me lo llevé puesto. Con ese puntito amargo y cremosito que me encanta.
El sitio en sí es pequeñito, pero soy de las que a la que puede me tiro al suelo, así que estando en la Plaza del Dosde, pues para qué queremos más.
Si hay que ponerle una pega (¿hay?) es que no tuviesen hielos. Después del helado, como que el cuerpo me pide agua congelada, y tuvo que ser del tiempo.
Volveré a probar el granizado y la horchata. Ains. Antes de que acabe agosto, que está muy tranquilito!

A ver: si yo entro a una tienda de helados y veo «Helado de Gin Tonic», tengo que probarlo. Y dicho y hecho: no me pude resistir, porque eso es una cosa que merece la pena probar, degustar y ser admirada. Apto únicamente para amantes del gin tonic, eso sí, porque obviamente el mejunje tiene el amargor propio de la bebida preferida de la Reina de Inglaterra.
Pequeñito pero matón, el Acquolina es un negocio popular en el barrio de Malasaña. Y no solo porque tenga unos helados de caerse de espaldas, naturales y caseros y con unos colores que alucinas, sino también porque cuentan con muchas otras opciones refrescantes para una tarde cualquiera de verano: granizados, zumos e incluso horchata.
Ah, la horchata. Qué cosa más maravillosa. Y la de aquí no es industrial, sino que es casera, preparada divinamente y con un sabor, una textura y una temperatura difíciles de superar. Me fui prácticamente relamiéndome los labios, de lo buenísima que me supo.
No, el sitio no es barato, porque el hecho de que todo sea hecho a mano y natural, obviamente encarece el producto. Pero merece la pena ponerle un eurillo más al helado-​polo que te podrías comer en cualquier sitio para probar una de estas maravillas, en cucurucho o en tarrina.

Twice I’ve ventured through the doors of Acquolina in desperation to fill my gelato fix and Acquolina did not disappoint. Well, maybe a bit. On both occasions they were «out» of the medium size cone. What? Out!!! Why!!!
I’ve tried the turrón, pistachio and nata flavors. All delicious and creamy. A cup will cost you about 3 € for the medium size and a few cents more or less for the large or small.
The venue is warm, well lit and has some seating available though I’ve never actually seen anyone eating inside.
Not bad if you’re in the area, though be forewarned the medium cone is a scarcity here.

Por dios! soy fan de esta heladería por varios motivos. Lo primero por todos los sabores que tienes que están…ufff riquísimos, segundo porque el granizado está muy muy bueno, eso sí cuidado con pedir el de hierbabuena que no es el mejor! puag! El de limón es riquísimo y el de frambuesa también. Pero lo mejor de todo es que tienen un batido de chocolate sin lactosa yeahhhh, por fín! y lo mejor es que es comestible :) :)
Es perfecto este sitio por la ubicación y poder estar contemplando la vida en la Plaza del dos de mayo con un rico batido o helado!!! El precio está bien, muy razonable!

Mira que soy raro con los helados artesanos, pero reconozco que esta heladería los tiene de los mejores de Madrid, aunque eso no es difícil, porque las heladerías de Madrid en general son indignas, y estos sí que están buenos.
De esta heladería quizás lo que más me gusta son sus limonadas, y sobre todo, su horchata valenciana (de verdad!), a 2 euros el vaso. Además, si te apetece llevarte la limonada o la horchata para casa, tienen una especie de «lecheras», de medio y un litro, para que puedas llevártela de forma cómoda.
En la Plaza además tienen una terraza, de las que, en estas fechas casi que hay que pedir turno, porque es imposible coger sitio. Y digo yo, …, para que quieres terraza teniendo una tan buena plaza!

El día que entré por primera vez a Acquolina lo hice por equivocación. Una amiga tenía un puestecito de manualidades en un mercado que se coloca algunos sábados del verano en la Plaza del Dos de Mayo y me mandó a por unos zumos a algún sitio que resultó no ser este. Y me alegro de haberme equivocado.
Allí entré yo sin saber dónde me metía y me puese a leer los cartelitos. Así me enteré de que aquí preparan unos zumos superiores, que probé y que ya sólo por eso merecen la pena.
Y aún hay más; los granizados, la orxata y los helados. Me relamí con el granizado de Lima-​Hierbabuena; una locura refrescante. Me bebí tres en una sola tarde. Luego han ido cayendo más.
Aunque lo magnífico de esta tiendecita es que los helados son caseros y no llevan ni colorantes, ni conservantes, ni jarabes ni pre-​mezclas ni concentrados… ¿cómo se te queda el cuerpo?. Impresionante.
Es cierto que de tan buenos que bastante a menudo está lleno y hay que hacer algo de cola. Y es que lo bueno escasea y se hace esperar.
Por cierto, tienen un helado de invención propia: «Gin Tónic» casi ná…
Los precios eso sí, no esperes que sean como los de los helados industriales o los granizados de a euro.

Que una horchata esté tan buena en pleno centro de un barrio de copas es algo que los de Madrid no asumimos sin sospechar, tan costumbrados a que nos den simuladores de sabores en casi todos nuestros rincones hosteleros. Que nos dan una chufa cuando no toca, vamos. Si las terrazas de la Plaza de 2 de mayo están saturadas, cosa habitual a los primeros rayos de sol, probad a pillar un helado de gintonic! en esta heladería y sentaos en un banco tan panchos. En la vida no todo es pimplarse, ¿no?

Es llegar el buen tiempo y con él las ganas de dar paseos y tomar algo fresco. Para esos momentos, este local es un imprescindible si estás cerca de la Plaza del 2 de Mayo.
Será porque a mí siempre me saben buenos, pero en Acquolina los helados están de muerte, también la horchata, aunque si realmente quieres reponer fuerzas lo mejor es el combinado de granizado de café y helado de leche merengada, una auténtica bomba de energía. La verdad es que apetece más una heladería de este tipo, con todo mucho más artesanal, que la típica cadena que, además, siempre está saturada de gente.
Aquí puedes encontrar desde los sabores típicos hasta otros que no lo son tanto, como el de Red Bull o gin tonic. Personalmente, no los he probado, considero que son algo arriesgados y que donde se ponga un helado de chocolate de toda la vida, que se quite todo lo demás. Acquolina es la candidata perfecta para tomarse un respiro en las calurosas tardes que se nos vienen encima, coger un helado o un granizado y sentarnos en la plaza a ver pasar la tarde.

Para una valenciana amante de las «orxatas» (horchata, en castellano) y los helados es un lugar imprescindible. Esta paisana valenciana (además de Alboraya, paraíso de las chufas donde los haya) guarda el secreto de la elaboración de una buena horchata. Además te la puedes tomar con los tradicionales fartons Polo. Sólo faltaría que fueran fartons artesanales para sentirme como en casa.
La receta de los helados artesanales la pone un italiano que debe haber bajado del techo de la capilla Sixtina porque te trasladan al cielo. ¿Se nota que soy adicta?
En verano, muchas tardes suelo tomar mi dosis de horchata con el peque. Además es muy buena para reponer energías.