Harvey’s

Aunque me parezca algo caro y que los cócteles nunca fueron lo mío, me sigue gustando mucho este local por su música, su decoración y sus camareros, que parecen sacados de alguna película que me gusta. Por eso, aunque no sirvan tampoco mis patatas favoritas, me parece un buen sitio para estar. No es el producto, pues, sino el local lo que me ha conquistado.
En otras ocasiones prefiero doblar la esquina y refugiarme en su hermano más macarra, el In Dreams, pero también me sienta bien el néón y el terciopelo rojo de este sitio al que sin duda llevaría a algún amigo turista.

Lo descubrí por casualidad. Un viernes andando por Fuencarral en busca de algún sitio para tomar algo, ya entrada la noche. Y la verdad es que el descubrimiento nos llevo a un bar ambientado en las coctelerias de los años 50 que te hacía sentirte dentro de una película de gansters
Pedimos cocteles y la verdad es que aunque el precio es caro (salimos a 9 € por cabeza) he de reconocer que estaban exquisitos y a todos nos gusto el que pedimos.
Así que lo recomiendo completamente.

Las hamburguesas son increíbles, la música es siempre perfecta, aunque nada comparada con la amplia y muy buena carta de cócteles que hacen que merezca la pena visitar este local de noche.

Mi experiencia se basa tan solo en su faceta de coctelería donde me gusta mucho dado a su buena oferta de cócteles clásicos y de autor.
En el Harvey’s he disfrutado del mejor Old Fashioned que he probado en Madrid, el Sazarac preparado de una forma muy clásica también está muy bueno.
En cuanto a los de autor, tenía uno del que no recuerdo el nombre (lo siento) a base de ron de plantación y té verde que fue un auténtico descubrimiento. Todos cuestan 9 € creo recordar
Otro buen lugar para disfrutar de una copa elegante huyendo del tan de moda gin&tonic

As a foreigner visiting the city, I was very surprised with the amount of burger joints and ”diner-​style” restaurants popping up all over Madrid. Since this one was only a 5 minutes walk from our hotel and the decent Unilocal reviews, we decided to give this one a shot. I have to say, I was pleasantly surprised. I had the cheese and tomato quesadilla, which came with a ridiculously good guacamole. I regret not trying one of their cocktails, they looked delicious. Definitely a recommendation if you’re looking for a cheap and decent dinner option.

Siguiendo en mi linea, voy a comentar sobre otra local de hamburguesas «OHHHHH», pero me encantan y es lo que hay.
Este lugar esta situado a mitad de la calle Fuencarral, casi cuando empieza la parte peatonal, es muy pequeño y quizás es por esto que pasas un poco inadvertido, pero merece la pena que os paséis a comer una de sus ricas hamburguesa, que como dirían por el sur «quita toa las tapaeras del sentio». Y además podreis pediros algun entrante de su carta que no están nada mal.
Aparte, el servicio fue bastante bueno, el camarero que nos atendió estaba bastante pendiente de nosotros, tanto es así que cuando hablábamos de otro local donde ponen ceviche no pudo contenerse e invitarnos al que hacían allí para que lo probáramos.
Pues eso que por sus hamburguesas y por su atención se han ganado 5 estrellas como 5 soles

El otro día algunos amigos míos tenían antojo de hamburguesa, y como el mundo se decidía entre Steak Burger o Harvey’s, yo decidí inclinar la balanza a Harvey’s que, la verdad, es mucho más bonito por dentro y más cómodo.
Lo que yo no me imaginaba es que, de repente, iba a redescubrir el local. Ya había estado una vez, y me había gustado bastante, pero definitivamente, no como ahora. Fuimos un grupo medio de personas (siete personas, para ser exacto, entre ellas una embarazada que –pobrecita– llegó tarde). Para hacer tiempo, decidimos pedir algunos entrantes: empezamos con unos nachos, y luego continuamos con unos aros de cebolla. Los nachos estaban deliciosos absolutamente, venían con su crema de queso, su salsa de queso, pico de gallo… y aparte traían unos jalapeños, para esos que no quieren tanto picante en su vida. A mí me fliparon, vamos. Después seguimos con los aros de cebolla, también buenísimos.
Cuando llegó la persona que faltaba, el camarero –que por cierto iba impolutamente vestido, y muy acorde con el local, lo que le añade aún más encanto– nos cambió de mesa a una mucho más grande, para que estuviéramos más cómodos (y se lo agradecimos mucho) y nos invitó al ceviche de corvina para que probásemos en lo que venían las hamburguesas.
El ceviche estaba, la verdad, espectacular. Tenía un punto ácido pero también dulce, un escándalo. A mí me pareció riquísimo, y me sorprendió muy positivamente este plato. Si estáis buscando un entrante, y os apetece algo fresquito, no dejéis de pedirlo.
Y luego las hamburguesas. Aquí me sorprendieron mucho, para muy bien la verdad, no las recordaba tan deliciosas. La carne riquísima, en su punto justo, con un sabor a parrilla delicioso, patatas fritas caseras, el pan no se deshace… Un primor. Es verdad que tienen poca variedad, pero como dicen en mi casa: mejor tener poco y hacerlo muy bien que tener mucho y hacerlo mal. Y encima tienen pinta de hacer unos cócteles de campeonato, ¡pero yo siempre que voy o es día de diario o es demasiado pronto para probarlos!

Local agradable en plena calle Fuencarral.
Decoración clásica de american dinner pero sin demasiada parafernalia americana típica, sencillo. Sofás rojos y mesas blancas y una agradable banda sonora en los altavoces. La buena música siempre es importante.
Un sitio agradable para hacer afterwork y tomar unas cervezas o combinados.
Además sirven comidas y cenas.
En mi caso probé el burrito de pollo a la brasa y estaba bastante rico. Mis compis pidieron quesadillas y perritos calientes y también acabaron contento. Parece que las hamburguesas merecen la pena, habrá que volver a comprobarlo.
Tiene una buena carta de cócteles donde destaca el Pisco Sour
Recomendado ;)

Comentario number 100 dedicado a los amantes de las hamburguesas :)
¿Qué es sitio pequeñito rodeado de tiendas de moda en la calle Fuencarral? eso es lo mismo que me preguntaba yo al pasar por allí, hasta que la palabra hamburguesa llegó a mis oídos como música celestial…
Nada, que un día 31 de diciembre nos plantamos allí a hacer la última comida del 2013 y resultó que no fue nada mal.
El local muy americano a los años 50 estilo diner, tanto es así que el camarero hasta se metía en el papel. Butacones rojos en forma de U, mesitas cucas e iluminación tenue que puede molar mucho por la noche.
Pedimos unos nachos con queso y chili con carne (7,95 €) que estaban requetebuenos, además de estar bien despachados. Quizás para dos es too much, aunque mi acompañante iba con hambre y se los terminó de zampar.
Después nos decantamos por una Harvey’s Hamburger y una American Hamburguer, que no estaban nada mal a pesar de ser algo pequeñitas. A mí me pareció que la Harvey’s estaba más rica, aunque la opinión está disputada.
Precios más o menos normalitos, aunque he visto que anda en promo por alguna página de descuentos, así que yo no me lo pensaba.
Además, tienen un «maestro coctelero» in da house y, por tanto, una extensa carta de combinados y cócteles para elegir y echar un buen ratito en un ambiente agradable.

Con la elegancia de un diner típico americano y un bar de cócteles al más puro estilo american way, Harvey’s nos ofrece una amplia carta de comidas y otra de cocktails que no se queda nada corta.
Las hamburguesas están bastante bien y tienen un buen precio, pero me he enamorado de sus nachos, quizás de un precio algo elevado, pero bastante consistentes y sabrosos.
La verdad es que es un sitio de esos en los que te podría pasar las horas muertas, el servicio es de lo más agradable y el ambiente hace que comas, bebas y lo pases como si estuvieses de vuelta a los 50. ¡Todo un back in time!

Vaya cena de ex compis de CECA tan agradable que hemos tenido !

Buena experiencia en HARVEY´S, un restaurante-​coctelería situado en la parte alta de la calle Fuencarral, cerca de Tribunal. El sitio es muy curioso, la decoración está muy lograda, yo diría que es una mezcla de diner americano de las películas, con un club de alterne cañí de toda la vida. Música rock ambiental, papel pintado, sillones de skay rojos y cortinajes del mismo color, iluminación pobre, barra con estanterías repletas de botellas y cristales de espejos (bola de discoteca incluida). No obstante, a pesar de lo que pudiera parecer por la descripción, está todo puesto con buen gusto y el local resulta muy acogedor. Local casi lleno, ambiente informal, básicamente modernetes del barrio. Pero vamos a la manduca que es lo que interesa… La carta se compone básicamente de especialidades yanquis (hamburguesas, hot-​dogs, burritos y alguna ensalada), aunque nos ofrecieron fuera de carta cosas como magret de pato, y vimos que entre diario tienen un menú del día en el que no falta el cocido madrileño. Tres personas, pedimos unos finguer de pollo y unos nachos para compartir y tres hamburguesas. Los finguer, caseros y de pechuga, tenían un rebozado nada pesado, nos gustaron. Los nachos también estaban bastante buenos, nos los sirvieron con jalapeños, queso filadelfia, cheddar, guacamole y pico de gallo. De segundo tres hamburguesas que cumplieron perfectamente, dado el nivel que hay últimamente en Madrid. No son excesivamente grandes (calculo unos 150 gramos), se pueden pedir con pan de mollete o con pan de semillas tradicional, la carne bien aliñada y muy sabrosa. No preguntaron cómo las queríamos pero las sirvieron al punto. Patatas fritas caseras. De postre un muffin a compartir bastante bueno que llegó templado y, aunque estábamos llenos, duró un suspiro. Aunque no tienen carta de vinos, nos dijeron que tenían un albariño Lagar do Castelo que fue lo que pedimos. El vino muy rico, servido en copas adecuadas y con cubitera. Servicio simpatiquísimo. No tienen manteles, servilletas de celulosa. Reservando por la Web de descuentos, la cuenta ascendió a 43,60 euros. Nos gustó, repetiremos.

Este restaurante pasa desapercibido para los paseantes de la zona. Quizás por su iluminación algo oscura (comparada con los otros restaurantes de estilo americano) Sin embargo, si te animas a entrar, se agradece no sentirse como en un solarium, con miedo de abrir los ojos.
En cuanto a la comida, las ensaladas están muy ricas (yo probé la césar) y la hamburguesa no está nada mal tampoco.
A destacar la amabilidad del camarero que estuvo atento pero sin molestar en ningún momento.
Tomamos tambien un cóctel que hizo él mismo y estaba perfectamente preparado.
Estando un poco harta de locales americanos chiclosos, es de agradecer tener un sitio tan bien situado donde sentarte a comer algo con un amigo y poder disfrutar de la conversación.