Un desastre y una pena a la vez. La comida riquísima, las fabes estupendas, las verdinas mejor no pueden estar, una ensalada de pimientos rojos para chuparse los dedos. El chico que nos atendió mas amable no podía ser, se deshizo en disculpas, atendía a los clientes con una sonrisa de oreja a oreja, pero… No puedes tener un sitio con 5 mesas y una barra atendido solo por una persona! Una hora y cuarto para tomar una ración, una tapa y dos cazuelitas. Qué lástima!