Luzana

Comprar comida para llevar no tiene que ser, necesariamente, comer mal. Para eso están las tiendas en las que, a módico precio, te puedes llevar un menú a casa que parecería hecho por tu misma madre (o abuela, aquí cada uno que implante el nombre que quiera). Yo en mi caso, nombro a los miembros femeninos de mi familia porque los masculinos solo hacen bien los huevos fritos y las barbacoas, aunque apuesto a que les gustaría ser tan buenos cocineros como ellas.
Eso es lo que ofrece Luzana: un refugio para esos días en los que estás harto de ensaladas, pasta y semejantes delicias de la cocina para solteros. Una especie de isla del tesoro donde los yonkis de la comida de mamá podemos ir a hacernos con una buena ración de croquetas, o incluso con unos cuantos gramos de ensaladilla rusa. Los fines de semana, además, tienen pollo asado, esa maravilla culinaria capaz de revitalizar cualquier estado catatónico de la resaca.
Eso sí, nunca va a saber como la comida de tu madre. Para eso, mejor coge el autobús y plántate en tu domicilio paterno para reclamar unos cuantos tupper.