Le Petit Hanoi

Ya he ido varias veces a este vietnamita y creo ha sido la primera vez que he conseguido cenar sin haber reservado sitio antes. Es verdad que era jueves y sobre las 21:00. Asi que si vais entre semana sin reserva tal vez tengais suerte como me ha pasado a mi.
Aunque el local es pequeño y muy sencillo creo que las mesas altas son cómodas. Y eso que yo soy reacia a comer en este tipo de mesas. Tal vez sea porque yo soy bajita y no me siento a gusto en las alturas. Sí recomendaría a los dueños que hagan algún arreglo al baño. Al menos mantener un mínimo como es papel y jabón.
Pero en cuanto a la comida tengo que darles el sobresaliente. Me encantan los fideos vermicelli con ternera. Solo con eso acabo llenisima. Comes bien, mucho y barato.

Llevaba mucho tiempo queriendo probar este sitio.
Tras un intento fallido de un martes a mediodía, que no abren, finalmente un viernes igual a mediodía lo conseguí!
Nada más entrar me sorprendió su diminuto espacio del local, de hecho me asomé al fondo a ver si había otra sala, y resultó que no.
Nos instalamos en una mesa independiente.
No sabía que no tenían el menú del día. Pero ya tenía más o menos claro lo que quería gracias a unos comentarios y recomendaciones de algunos Unilocalers. Así que después de echar una ojeada a la carta, las dos pedimos lo mismo como unas insípidas carentes de originalidad:
— Cerveza vietnamita
— Goi cuon tom
— Phở tái lan
La cerveza estaba muy suave pero un sabor profundo y tenía un toque un jarabe de fondo. Me gustó.
Enseguida nos sirvieron Goi cuon tom, que son rollitos de langostinos muy aromáticos debido a las hierbas frescas. Tienen un sabor agradable con frescura y entran fácil, por tanto como entrante, genial. La salsa con cacahuetes que acompañaba también estaba riquísima.
Y luego vino el famoso y esperado «Phở».
¡Pero, quéeee rico!
Estéticamente tenía bastante similitud con el de ramen, nuestra sopa de fideos japonesa.
Un plato sumamente sencillo, sin embargo resultó ser una armonía total de sabores y aromas.
El caldo estaba increíble, se notaba que tenía una buena preparación. La carne de ternera salteada al wok estaba sabrosa, y el toque de lima, muy sutil!
Echamos una salsa picante que nos trajo a la mesa, y no te imaginas cómo picaba. Yo eché tres o cuatro cucharadas y faltaba poco para echar el fuego por la boca. Pero me encantó este plato.
Prefiero diez veces más un buen Phở como éste a un ramen mal hecho.
La cuenta salió a 16 euros por persona, algo más caro que un menú del día quizá porque encarece la bebida sin notarse mucho, pero nos quedamos muy contentas. Mereció mucho la pena.
Volveré.

He intentado ir unas tres veces y siempre está cerrado! Dudo que siga abierto la verdad!

Local con encanto con una atención muy agradable, carta sin pretensiones en la siempre acertaras.
Repetiré.

Lo primero que puedo decir de este sitio es que no es un sitio con muchas pretensiones. Pequeño, bien iluminado, diáfano y con un servicio amabilísimo.
Pero creo que lo mejor es que la comida, aunque la carta no es nada extensa, si que es verdadera comida vietnamita. Rollitos vietnamitas, sopa phở o tallarines. ¡Y el verdadero y genuino café vietnamita!
Llegamos al local pronto, no eran ni las 9, y no había casi nadie, solo una mesa, de las dos que hay, ocupada. Nos sentamos en la otra y estuvimos decidiendo qué comer. Pedimos de entrante dos rollitos frescos «Goi cuon tom», los que llevan langostinos, y los «Goi cuon chay», los vegetarianos. Buenísimos todos, con esa salsa de cacahuete y con las hierbas frescas que les dan su sabor característico.
De primero, pedimos una Phở, la Phở no Ha Noi, enorme y los tallarines Bun Bo xao sa, también un plato enorme. La verdad es que yo los tallarines fui incapaz de terminármelos.
Desde luego un lugar para comer verdadera comida vietnamita por buen precio.

The couple that owns the place is absolutely adorable and so kind. The phở hit the spot, although it was very pricey. I enjoyed the experience but it wasn’t something that I would definitely go back to

¿ A quién no le gusta este sitio? He tardado un poco en hacer la reseña, pero no me olvido de uno de mis vietnamitas preferidos en Madrid. Lo descubrí hace tiempo por casualidad y, desde entonces, siempre me apetece volver.
El local es pequeño y sencillo, pintado de blanco y decorado con algunas máscaras y farolillos de este país que tanto quiero visitar. Una vez has trepado a las altas sillas, la dueña se aproxima para tomarte nota. Es una mujer dulce y calmada que se toma todo el tiempo del mundo en explicarte cada plato y en asesorarte si tienes dudas, un verdadero encanto de mujer que siempre sonríe.
Hecha la elección, no tarda mucho en salir de la pequeña cocina la delicia que hayas pedido ese día. Como entrante, se puede elegir entre tres tipos de rollitos, todos buenísimos, doy fe. Después están los platos principales: Phó o vermicelli en varias versiones (todas buenísimas) o carne de cerdo con huevos de codorniz, que fue lo que pedí la última vez y que, contra todo pronóstico, me pareció una auténtica maravilla. Lo cierto es que los platos están hecho con esmero, la comida es deliciosa y son tan amables que casi te quieres quedar ahí un rato más.

Llevaba mucho tiempo queriendo probar este pequeño restaurante vietnamita pero las veces que había intentado acercarme siempre lo encontraba lleno y como es tan pequeño, solo con dos mesas de taburetes altos y una pequeña barra, suponía que no reservaban. Pero me equivocaba, así que llamé y por fin me pude acercar a probarlo.
Lo primero en destacar, nada más llegar, es el gran trato de la chica que sale a atenderte. Un tono amable y tranquilo, te aconseja sobre su pequeña carta, explicándote con gran detalle cada plato.
Pedimos unos nem frescos de langostinos de entrante que me encantaron. Desde que visité Vietnam hace ya diez años me aficioné a los nems (rollitos vietnamitas) frescos, rellenos de carne o marisco, pero también de fideos de arroz, verduras y hierbas aromáticas. Los que probé aquí me parecieron muy auténticos.
De segundo yo me decidí por un phở con carne de ternera al wok y mi acompañante por un plato de fideos vermicelli con carne. El phở muy bueno, el caldo sabroso y justamente especiado. La carne al wok tierna y sabrosa y los fideos en su punto. El plato de vermicelli era frío, con una vinagreta donde se dejaba notar la característica salsa de pescado vietnamita en su justa medida, acompañada de carne y hierbas frescas, una sorpresa.
De postre un café vietnamita que se sirve en un filtro sobre un vaso con leche condensada. Hay que tener paciencia para que el café vaya filtrando poco a poco, al final se mezcla con la leche y se toma.
Y todo por unos 15 euros por persona, un precio muy bueno. Repetiré, sin duda

Tenía muchas ganas de ir a este sitio… pero es que nos cobraron 25 € por dos sopas y dos rollitos… literal. Me pareció muy muy muy caro en exceso. Estaba rico y tal… pero jolines! Además llegamos a las 22.30 y de la carta la camarera nos avisó que muchos de los platos ya no les quedaban, con lo cual las opciones fueron más bien escasas.
La sopa de lo más sano que he probado, pero sin dejar de ser sabrosa, aunque mi novio dijo que parecía comida de hospital…
A mí me gustó salvo por el precio, pero me esperaba más.

Descubrimos este restaurante llevados por el rico aroma que deja en la calle Velarde.
Ya sólo con el olor
empiezas a salivar. La carta no es muy extensa pero de los cuatro platos que probamos no nos defraudó ninguno.
Lo que más nos gustó fue la sensación de estar comiendo comida sana y fresca!
Un paseito por el lejano Vietnam en Madrid.

I am an American, 31, male, and have been living in Madrid for 8 months. I speak fluent Spanish. This place is TERRIBLE! 3 reasons: waaaaay over-​priced for the quality of crap you get and setting/​ambiance, it takes 30 minutes to make 2 spring rolls with 6 other customers in this dump, and the portions are extremely limited in both size and flavor. I had, among 2 other dishes, the phở. They put all ingredients in it and then bring to you. I have never had all ingredients in phở put in before serving. Basil, sprouts, etc etc are always on a side dish and you add it yourself. This is standard, both in Vietnamese restaurants in Madrid, Paris, throughout the States, and in Vietnam (I’ve been to all places and had Vietnamese food at all). This place over-​cooked the phở and put all ingredients in ahead of time. Wrong. This place falls flat. AVOID IT!

Fui con unos amigos este verano ya que uno de ellos se iba de viajazo (1 mes por Vietnam) y queria adentrarse mas recientemente a la comida vietnamita, para luego poder hacer una comparacion cercana a lo que mas tarde probaria alli (aunque ni que decir que las comparaciones son odiosas). Pero he de decir que se asemeja mucho a lo de alli (mi amigo a la vuelta me lo confirmo), mas que nada porque el cocinero es vietnamita y eso se refleja en la cocina.
Nada mas entrar nos atendio muy amablemente la camarera que transmitia una relajacion total, muy zen vaya y nos explicaba todos los platos con mucha tranquilidad y armonia y eso te hace adentrarte mas en la comida.
La carta es cortita pero exquisita, por lo que pudimos probar casi todos los platos y a todo siempre le echabamos mogollon de picante (nos juntamos los adictos al picante).
Muy original y sabrosa la comida, y yo como soy una friki del jengibre me pedi ginger beer y me encanto! salimos a 15 € por barba y comiendo muy bien! el negocio lo llevan una pareja, ella española y el vietnamita, asi que es una muy buena fusion y encima en mi calle preferida de malasaña!;)

Una pena, me ancanta la comida vietnamita y creía haber encontrado un sitio donde poder ir a menudo. La comida no está mal, he probado mejores phở pero estaba rico. Considerando que el Phở es un plato muy barato por excelencia, aquí era un poco mas caro que la media pero supongo que es de esperar, Madrid aun no es Londres o Seattle donde hay un restaurante vietnamita en cada esquina.
El ambiente del restaurante es un poco raro. Eramos un grupo de cinco personas y la chica que nos atendía parecia muy agobiada por ello (y eso que sólo había dos personas más comiendo) le pedimos varias veces que si podía encender la calefacción y se le olvidaba, al final nos dijo de malas maneras que nadie más le había dicho que hacía frío (que!!!) Aunque les deseo todo tipo de suerte a los dueños, creo que deberían entender que abrir un restaurante no es sólo servir comida, también se espera un tipo de empatía con los clientes y no hacerles sentir incomódos. Aun así, si no has probado la comida vietnamita, te lo recomiendo, eso sí la próxima vez que vaya pediré para llevar.

Había leído, había oído, y moría de ganas de comprobarlo.
Un intento truncado, un día cerrado y por fin, un viernes a la hora de cenar le propuse venir a la persona en la que había pensado desde que había oído hablar de este sitio porque sabía que le iba a encantar.
Llegamos, y como era de esperar, estaba lleno, el local es ínfimo, pero conseguimos una esquinita y dos banquetas donde ponernos.
Pedimos Mahou, de lata, y empezamos a decidir.
Yo quería probar los gi cun tôm (vietnamesse spring rolls/​summer roll/​salad roll), rollitos en papel de arroz rellenos de langostinos, vegetales, hierbas y vermicelli, pedimos, vienen dos unidades, y estaban requetebuenos.
Ambas nos decantamos de plato principal por el Phở bò Hà Ni, fideos, ternera, cebollino, cilantro, lima. La delicada y ultramegaamable camarera/​dueña nos facilitó un poco de picante advirtiendo se la potencia de este, el que avisa no es traidor, pero recomiendo tomarlo picosito porque le da un puntazo.
Si la comida es maravillosa, se nota que es natural, que todo se cocina al momento y que se le pone mucho mimo queda casi eclipsado por el trato para el cual no tengo palabras, asesoramiento continuo, amabilidad y simpatía por doquier, y oye, paz, mucha paz, me meo en el yoga y los masajes, si estás estresado vete a Le petit Hanoi, creo que el Dalai Lama es actualmente una mujer.

High-​end prices for comfort food with low-​cost ambience. The experience didn’t feel right. The food was OK, but not enough to overcome the issues: creativity, portion, décor, etc. (especially not recommendable for vegans/​vegatarians). However, the people were really nice.

El sitio es pequeño pero acojedor. La chica es súper amable. El cocinero majisimo y vietnamita así que sabe lo que cocina. Los rollitos vietnamitas son de verdad. Genial el sitio. Recomiendo a la gente que quiera probar.

Such a nice place! Was looking for a vietnamese place in Madrid for a long time and I am so happy that I found this. I got phở to take it home and it was delicious and perfectly prepared. The place is small and very cozy. The owners are super nice and you can see that they make everything with a lot of love! (Never saw anyone putting so much attention in preparing a bag of food…) Will repeat several times and I totally recommend it

Gracias al comentario de un Unilocaler (Lolo R.), hoy hemos comido en Petit Hanoi y nos ha encantado. Hemos descubierto la cocina vietnamita, que se diferencia claramente de otras cocinas asiáticas, y nos ha gustado mucho. La cerveza vietnamita que tienen sorprende, es bastante original. La carta no es muy extensa, pero todo lo que pedimos estaba buenísimo, en especial el postre. Los precios muy razonables. Merece la pena el café vietnamita, más caro que el precio habitual en España, aunque es como un café bombón, pero bastante más grande y mucho menos empalagoso y más suave. El personal es muy muy amable y atento. El sitio no es muy grande, eso sí. Sin duda un descubrimiento que merece la pena.

De lo más impresionante que he probado últimamente, la verdad. Yo soy fan absoluto de la comida vietnamita, y había pasado un par de veces por la puerta del Petit Hanoi sin tener oportunidad para probarlo. Hasta que el otro día iba con unos amigos, de restaurante en restaurante, y terminamos en este por arte de birlibirloque.
El Petit Hanoi es mínimo: no tiene más que un par de mesas a un lado, y una barra bastante grande al otro. No hay más, pero la verdad es que tampoco lo necesita: es más que suficiente, y la barra hace que casi siempre haya espacio disponible.
Entramos tres, y el camarero se ofreció, muy amablemente, a explicarnos algunas cosas de la carta. Yo, de todos modos, me moría por una sopa Phở, que en Madrid no se hace en muchos sitios, así que iba con las ideas fijas. Para acompañar, pedimos unos rollitos Goi cuon tom, hechos con pasta de arroz y deliciosos.
Después pedimos tres sopas Phở: dos Phở Bo Ha Noi y dos Phở Tai Lan. Estaban espectaculares. Nos trajeron también una salsa picante deliciosa que, por cierto, nos acabamos. ¡La sopa Phở con un poquito de picante está todavía más rica! El sitio me encantó, porque aunque es pequeño, tiene mucho encanto. Los camareros /​¿dueños? eran una pareja encantadora, tienen cerveza vietnamita y –aunque no lo probamos– también tienen café vietnamita que… ¡ay qué rico!
Qué alegría que me hayan abierto este vietnamita tan cerca de casa, ¡albricias!