Rutabaga

I attempted to go back so I could fairly rate them based on more than the rollitos since they were «out of phở» last time I was there and I was completely ignored for at least 10 minutes of being there. I would have excused this behavior if they were incredibly busy and hadn’t noticed me come in but that wasn’t the case sadly. I’m pretty sure I will not be giving them another chance.

Me encantó la fusión de sabores y texturas. Platos imaginativos y a un precio excelente. Decorado de forma acogedora, es lugar perfecto para una cena tranquila con amigos o en pareja, y con un personal la mar de simpático. Para repetir.

Ayer estuve comiendo de menú del día en este lugar, y la verdad es que me gustó muchísimo. Vale que me dio mucha pena que haya desaparecido el In Situ (draaaamaaaaa), pero bueno, llegan nuevos tiempos a la calle Valverde. La verdad es que han modificado un poco el restaurante, y diría que les ha quedado más espacio en la zona de la barra.
El Rutabaga es, por lo visto, un franco-​vietnamita. Yo he de decir que en la carta vi sobre todo platos vietnamitas, pero bueno. Lo que sí me sorprendió es, oh cielos, el precio de las cosas. El menú Cantine incluye un rollito a modo de entrante y un plato principal con bebida por tan solo 8 €. A ese precio, la verdad es que me sale más barato que comer en casa…
Yo tomé un rollito frito nem de cerdo, riquísimo y nada grasiento (y esto es un plus, que a veces esos rollitos son puro aceite) y luego me lancé a por una sopa Phở. Deliciosa, riquísima. Me trajeron todos los aperos de la Phở aparte (la menta, el limón, la salsa picante…) y tengo que reconocer que al principio la salsa picante me pareció floja (así que se la eché toda) y luego sí que la noté bastante en el caldo. Pero de primeras viene con ella aparte, así que no tengáis miedo.
¡Riquísimo todo! Volveré SEGURO.

Como persona que ahora vive en las afueras y con un bebé, cada «bajada» al centro debe star muy bien escogida y calculada para no terminar fatal. Aún así, nos la jugamos con este restaurante relativamente nuevo (lleva 2 meses, nos han confirmado allí) y sin reseñas. MIEDO!
Para empezar, está en el lugar d un restaurante que me gustaba mucho y juraría que mantiene la decoración. Lo que ha cambiado es la carta, mitad internacional (el menú el día, el brunch y los postres) y mitad vietnamita. Nosotros fuimos de cabeza a lo vietnamita.
Yo pedí un Phở, exquisito, bien caliente como debe ser (luego en la calle casi muero, estábamos a 25 grados pero mereció la pena). Como entrante pedimos unos rollitos de verano de cerdo, fríos y muy ricos, y una creppe con pollo también buenísima. Mi acompañante pidió ternera con tallarines y también un acierto, la carne s deshacía en la boca. De postre, una de las mejores tartas de zanahoria que he comido.
La comida, de 10. Pero el servicio, de 11. Su camarera y cocinero no solo son encantadores y rapidísimos. No nos lo pudieron pone más fácil para estar a gusto con un bebé y su aparatoso carrito. Hay trona, un estupendo cambiador en el wc y hasta juguetes si tienes que entretener a un peque. Muy bien! 100% child friendly! Ah y la comida no picaba ni tenía cosas raras así te los niños más mayorcitos la pueden comer sin problema.
Un GRAN descubrimiento! Apuntado en nuestra lista de sitios para padres-​no-​sin-​mi-​hijo.