Nonsolocaffé

Invitación a cenar. Reseña sin precios.
La experiencia en Nonsolocaffé fue genial hablando de comida, fue un auténtico banquete donde ningún plato quedó terriblemente eclipsado por otro, simplemente la fascinación fue en aumento.
Aperol Spritz rico, Aperol, Schweppes y cava.
Empezamos con Raspadura Lodigiana, delicioso, todo un vicio, queso fuerte, tipo parmigiano reggiano, genial ver cómo hacen las lascas, nos comentan que es el clásico aperitivo del local, una de sus señas de identidad, cuando falta la gente se queja.
La pizza no la probé, pero tenía buena pinta, aunque el borde parecía un poco más duro de lo normal, intenté cortar un trozo y desistí.
Caprese di Bufala Campana D.O.P. OJO qué mozarella brutal, muy suave, cremosa sin llegar a ser una pasta, un lujo.
Poca broma con el gnocco con embutido (salumi italiani (jamon trufado, finocchiona toscana…)), ese pan es una perdición, y mira que yo no soy fan de las mortadelas, los jamones suaves y esas cosas, pero estaban deliciosos todos.
Risotto de speck y manzana, elaborado con arroz carnaroli, el speck olía casi desde la cocina y le daba un sabor brutal, el arroz al punto, importante, debe notarse.
Raviolone relleno de vieira y gambones con bisque de mariscos, creo que es el mejor relleno que he probado en cualquier pasta ever, sin hablar del bisque de pescado que no puede ser más sabroso.
Los postres italianos que no son helado no son mis amigos, le di una oportunidad a la panna cota y aún me arrepiento, sabía a natillas, no puedo con las natillas, el tiramisú y la tarta no las probé directamente.
Sin duda volveré, el local es bonito y tiene una terraza agradable, la comida es maravillosa, no sé cuán auténtica pero al menos la materia prima es espectacular y casi toda importada.
Descubrimientazo.

Reconozco que habiendo viajado por todo Italia tengo un listón bastante alto para la comida italiana. Mi restaurante italiano favorito en Madrid es el Pulcinella, así que cualquier comparación iba a ser durilla.
La decoración del Nonsolocaffé de estilo modernilla y luminosa sorprende frente al típico restaurante italiano abigarrado y hortera a más no poder que estamos acostumbrados. Pero además sorprende que hasta los camareros son italianos! Y hablan italiano entre ellos! Oh milagro, esto no puede ser malo.
Y en efecto, la comida está muy buena y tienen una carta de vinos italianos y españoles muy apañada. Destacan las berenjenas al horno, el risotto de boletus (normalmente en cualquier sitio es puro cemento a los dos minutos y este estaba cremoso) y de postre la sorpresa de una torta della nonna deliciosa!
Muy muy recomendable! Eso sí, la quinta estrella se cae por lo pesadito del servicio preguntando cada diez minutos qué tal todo, y por la carta un pelín escasa para los que no comemos carne.

Buen ambiente y mejor café, con interesantes especialidades, os recomiendo el capuccino, y su tosta de tomate la mejor ke he tomado por la zona.

Lo que más destaca de nonsolocaffés es su aspecto de vanguardia y su decoración moderna, algo que contrasta con los restaurantes más típicos de la cocina italiana.
Sin embargo, todo se explica al ver la carta, donde se nos ofrecen sabores y platos típicos de Italia pero presentados de forma muy novedosa y con un toque especial. Esos platos son como una metáfora del propio restaurante: moderno por fuera, pero tradicional por dentro.
Yo destacaría especialmente la Tagliata di Manzo, que es básicamente un solomillo salteado con aceite de romero y que se sirve cortado en tiras y con sal gorda. Delicioso.
En cuanto a los precios, más que aceptables para la calidad de la comida. Por unos 30 euros por persona se come muy bien.
¿Su única pega? Tener las mesas algo juntas, lo que implica una cierta falta de intimidad. Lo demás, perrfecto.