WindGurú

No suelo salir mucho por La Latina, y el Viernes pasado recordé a qué es debido. Ese tener que despegarte a los Relaciones Públicas de los garitos más cutres de la ciudad como si fueran sanguijuelas y ese verte molestado por gente que te intenta vender artículos la mar de variopintos cuando estás sentado en una terraza y que te insiste a pesar de que le dices repetidamente que no quieres nada es algo que me desagrada totalmente.
Pues bien, tras sortear estas vicisitudes, entramos al único sitio en el que parecía no haber ninguna de las dos cosas. La terraza estaba hasta arriba, así que tuvimos que entrar dentro para sorprendernos de que dentro se estaba incluso más fresquito que fuera.
El local está decorado con ambiente surferillo, con alguna tabla de poliespán, dibujos de olas y demás. La música también me agradó bastante, con una playlist de música actual y no tan actual en la que sonaron cosas de Florence and the Machine o Hot Chip mientras estuvimos dentro.
Las copas correctas, por 6 € y cargaditas, no como en esos sitios en los que te sirven la copa como si te estuvieran sirviendo oro líquido.
Luego quedó un sitio libre en la terraza y salimos. Como se estaba la mar de a gusto, nos pedimos otra ronda y esta vez la acompañaron con ¿Gusanitos? No sé, lo típico que nunca te apetece comer pero luego siempre acaba la cesta vacía y que nunca viene mal a la hora de tomar unas copas.
En definitiva, buen sitio para tomar algo después de cenar por La Latina, sin Relaciones que te coman la cabeza ni gente vendiéndote rosas de plástico cada 5 minutos.

Si quieres tomar mojitos o cocktails en la latina, es una buena opción. También tienen varios tipos de cerveza y combinados.
El ambiente es surfero y en verano la terraza le da un plus.

Puede gustarte más o menos el estilo surfero y desenfadado de este pub, pero seguro que te lo pasarás muy bien.
‘Cañas y mojitos con vientos del Sur’: El eslogan lo dice todo, y la decoración del interior lo refrenda. Mención especial para el Chewbacca que tienen colgado.
Siempre que voy, suele caer algún mojito, que por 7 € merecen la pena. Aparte del clásico, tienen de fresa, de sandía (hay que probarlo), daiquiris, caipiroskas, gin tonics variados… y de cerveza, si no especificas, sirven Becks (3,5 €), y como especial, la Brabante (madrileña ‘creada’ en Bélgica).
La música es actual y bailonga, perfecta para animar al personal, y con el buen tiempo la terraza se llena enseguida. De vez en cuando sirven palomitas, cortezas…
A destacar que los baños suelen estar bastante limpios

Solo he ido una vez a este sitio y espero poder no volver. Al local solo le puedo criticar la selección musical (que si no te gusta no te gusta y ya está), y bueno, el portero que no sé muy bien a qué estaba, porque el garito estaba lleno de gente a rebosar que no paraba de empujarme –y soy bastante difícil de mover, lo prometo-​. Al enésimo empujón en menos de cinco minutos me di media vuelta y me salí para afuera.

Al WindGurú sólo le falta tener arena de playa por el suelo para parecerse a un chiringuito. Decorado con un estilo surfero, este bar de copas de la Latina pese a su pequeño tamaño, consigue llenarse todos los fines de semana hasta rebosar.
Tiene poco espacio para sentarse pero es que no hace falta porque todas las canciones las querrás bailar, pinchan sólo las que todos conocemos y podemos cantar. Por cierto, ahora también hacen sesiones de karaōke. Las copas a buen precio y los camareros simpatiquísimos.

Me decepcionó que las tablas de surf que decoran el local fueran de corchopán (la cosa esa blanca que si la rallas parece copos de nieve cayendo). Yo esperaba que en un sitio tan playero y surfero como éste fueran de verdad. Bueno, es una pequeña broma y, siendo positivos, si eso es lo único malo que tengo que decir del pub no está mal, ¿no? Los mojitos se los curran allí en directo, machacando la hierba buena con el azúcar bien, bien. Y las copas son en vaso ancho (muerte al vaso de tubo!!!). Creo recordar que están a 6 euros, que dada la zona, no es mal precio. A veces los camareros son chavales guapetones y, a veces, chavalas de buen parecer, así que está todo bien repartido.
El sitio mola porque al estar un poco apartado del resto de bares de La Latina no está tan masificado. Y lo mejor, es que tiene los WC más limpios de la zona.

Menudo susto me pegué la primera vez que fui a este local… Sonaba Bisbal y no sé que otros cantantes algo fatales para mi gusto. No es que tenga nada contra ellos, ni contra los garitos que los ponen, pero me lo había recomendado un amigo y, la verdad, no me esperaba eso…
A los quince minutos la música cambió, para bien, grupos españoles de fusión, rock moderno y antiguo y algún que otro cantautor. Ganamos con el cambio. El local, de clara inspiración surfista, es muy acogedor, mezclando motivos modernos con aspecto de tasca andaluza.
Fuimos un domingo por la tarde y, la verdad, estaba llenísimo, aunque pudimos enganchar banqueta, que tienen y que son muy útiles para las almas errantes que han estado por la mañana pateando el rastro.
El ambiente es bailongo, si lo que quieres es estar tranquilamente tomando un café de sobremesa, mejor búscate otro lugar, porque este sitio detiene el viento, las olas y el tiempo y cuando vas al mediodía un domingo, sigue pareciendo sábado noche.