Fass

Como era admiradora de esta tienda-​restaurante desde hace tiempo, supuso una inmensa alegría el ver que cerca del nuevo Liceo Alemán han abierto, como es lógico, una sucursal donde surtir a estudiantes y familias con buenos productos germanos. El local es más pequeño que el de Rodríguez Marín, pero cuenta con un espacio con mesas donde disfrutar de desayunos y meriendas de cara a un gran ventanal. La decoración es bastante agradable, igual que quien te atiende.
Respecto al producto, sólo he probado el pan de cereales, que está bastante bueno, que te pueden cortar en rebanadas para desayunar cómodamente en casa y los pretzels: mi perdición. Me pirran estos lazitos salados, algo que la gente que me rodea no suele entender (al fin y al cabo es sólo pan) pero no me importa y, desde que han abierto, he consumido unos cuantos.
He visto productos alemanes como cervezas, mostazas, yogures y paquetitos con ingredientes variados de la marca Doctor Oetker (confetti para cupcakes y otras cosas que no suelo consumir). También elaboran sus propias tartas, postres, ensaladas de arenque y de col, chucrut, embutidos y, por supuesto, es posible elegir entre una amplia variedad de salchichas: ¡aleluya! Estoy muy contenta porque es una tienda que me gusta y que, hasta ahora, no me ha decepcionado.