Ir a comer o cenar a la Tradicional supone una excelente opción que no defraudará al paladar más exigente. Siempre que voy, tengo el problema de que no sé qué pedir, ya que hay bastante variedad de tapas a cuál más apetitosa. Si eres alérgico o tienes alguna intolerancia, este es tu sitio, pues en la carta ofertan una gran cantidad de productos. En cuanto al servicio, las bebidas hay que pedirlas en barra y, la comida te la llevan a la mesa. El local es muy pequeño, las mesas se ubican en su terraza exterior. Suele estar lleno, por lo que es frecuente que tengas que esperar un poco. Además de sus tapas habituales, disponen de platos fuera de carta. Hoy había salmón a la crema de espárragos y barca de calabacín rellena de Carrilla, entre otros, a cual más exquisito. Entre sus platos fríos, destacan sus ensaladas, la de queso de cabra y la de bolas de foie con kiwi y grana, para chuparse los dedos. En lo referente al precio, indicar que no es barato pero para lo elaborado de su género no está nada mal de precio. Como muestra un botón: ensalada con bolas de foie, kiwi y grana para compartir, barca de calabacín para mi novio y salmón a la crema de espárragos para mí, más tres bebidas por 24 €.
María D.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
La Tradicional es mi bar favorito desde pequeña. Se encuentra en el barrio de La Juncal y es un sitio muy pequeño(caben un par de mesas altas y poco más) pero con una terraza en la que habrá unas siete-ocho mesas cuadradas de bar de toda la vida. En invierno ponen las estufas para que se esté agusto. El sitio siempre está hasta la bola y lo veo natural. A pesar de no tener cocina, Félix, el cocinero, lo hace todo en su casa y allí simplemente calientan en hornillos, emplatan o aliñan las ensaladas o platos fríos. Que este dato no te eche para atrás, la comida es deliciosa. La carta ha ido aumentando con los años, los clásicos como las espinacas con calamares en su tinta o el pastel de berenjenas, siguen ahí y además, muchos platos para intolerantes a diferentes productos. Esta vez probamos el pastel de berenjenas, rico como siempre, una ensalada con queso de cabra, mayonesa de mango, manzana, fresa y más, que estaba brutal, virutas de secreto con setas, lo mejor, exquisito, y unas berenjenas rellenas de pollo campero y pisto, también muy ricas. Allí todo vale la pena. Aparte tienen variedad en vinos, así como uno especial del mes. El personal es muy amable. Pero ten cuidado con venir a las horas puntas, o llegas antes de las dos o ya vienes a las tres, o es probable que estés un buen ratazo esperando mesa. De precio está bien, hoy han sido unos 33 euros, 3 personas y hemos acabado genial. Los platos están bien servidos. El sitio es tradicional, pero la comida es muy variada, la mezcla de sabores también tiene hueco aquí. Es siempre un acierto.
Celia M.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Tengo el privilegio de poder vivir en la urbanización donde se encuentra el local. Los platos son geniales, calidad, sabor, presentación… Merece la pena venir a este sitio aunque sea una vez en la vida. Recomiendo probar el salmorejo con carne de centollo.
Juan José R.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Calidad gourmet en un bar puramente familiar. Han ampliado la carta por si no fuera suficiente. Cada plato, elaborado con esmero, da a entender su se trata de un negocio diferente. No dejéis de probar los vinos, excelentes. Eso si, disponen de muy pocas mesas por lo que deberás ir antes de las 14:00, es lo que le da también ese toque diferente, por contra, al tratarse de una zona exterior, con mal tiempo, aunque está cubierto y tengan las típicas estufas, puede no ser tan cómodo.
Fernando H.
Rating des Ortes: 3 Sevilla
Llegué a este bar por recomendación de un conocido de mi familia que al igual que yo es intolerante a varios alimentos, ya que me dijeron allí se preocuparían por ofrecerme una buenas tapas sin preocuparme por pasar una mala experiencia. El local es algo chico, no hay más remedio que llegar bastante temprano si quieres pillar mesa en la terraza. La primera sensación al leer la carta fue buena, ya que indicaba que si tenía algún problema de intolerancia se lo comunicara al camarero. Al leer los platos me di cuenta que no existía ninguno que pudiese tomar porque todos tenían al menos algún ingrediente que me produciría alguna reacción, así que le pedí al camarero que me aconsejara algún plato al que se le pudiera quitar algún ingrediente. Quedé sorprendido cuando me dijo que era imposible, ya que todo estaba hecho de antes. Al final me decidí por aquel plato que pensé que menos me iba a sentar mal. Cuando llegaron las tapas de mi novia y la mía nos dimos cuenta que efectivamente la comida la servían algo recalentada. A pesar de eso no se puede negar que estaba todo rico. Como hecho positivo señalar que en vez de pan me ofrecieron unos grissini sin gluten y sin ningún tipo de cereal, incluso el camarero me dejó leer los componentes ya que no estaba seguro de ellos. En resumen, la atención fue buena y la comida rica pero podría estar mucho mejor. En cuanto a lo negativo, para ser un restaurante adecuado para intolerantes y alérgicos deberían poder dejar cambiar los ingredientes.
LOLA R.
Rating des Ortes: 5 Sevilla
Desde hacía mucho tiempo mi amiga Cristina no hacía más que darme la paliza para que fuera a conocer este sitio. Estaba frita porque probara alguna de las exquisiteces que allí sirven, total que allí me planté. Un sitio diminuto, chico de verdad, pero de una calidad asombrosa(esa es la sensación que tuve la primera vez que fui). Nos sentamos en la terraza, prácticamente la única opción ya que dentro tan sólo hay una mesa. Tienen autoservicio para pedir pero luego te lo llevan a la mesa. De entre todas las tapas que tienen me quedo, y así se los hice saber a los dueños, con: las espinacas con calamares en su tinta(se me cayó una lágrima al probarlas), el pastel de berenjenas(de la que más éxito tiene) y el hojaldre relleno de requesón y champiñones. La media de dinero que he gastado siempre oscila entre los 10 – 15 euros por personas. Las tapas son rollo minimalistas(en cuanto a recetas) y abundantes(nada de esos platos mojones que apenas traen comida). Tienen una extensa carta de vinos y recomiendo preguntar al camarero cual sería un buen maridaje(comida-vino). El trato es muy correcto, con amabilidad y velocidad. La última vez que estuve comiendo allí me pude percatar que la fama de este sitio va mucho más allá de la gente del barrio(los cuales se hacen pedazos), pues llegaba gente de pueblos de alrededores que además de venir para pasar un día en la ciudad, vienen animados por este bar. ¡Sorprendente!
Lucía V.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
La Tradicional está semiescondida en los bajos de unos bloques de pisos sin acceso directo a una calle ancha. Pero eso no es obstáculo para que mucha gente en Sevilla conozca el sitio y acuda a probar sus magníficas tapas. Y, os digo, si tenéis oportunidad, no dejéis de hacerlo, porque lo vais a disfrutar. Ahora mismo recuerdo su pastel de berenjenas con carne y su hojaldre de requesón pero disponen de una carta bastante amplia y todo, me atrevería a decir, está asombrosamente rico. Y si su cocina puede clasificarse como tradicional, ¡pues que viva la tradición! porque realmente sabe muy distinta de los platos de siempre preparados con las recetas al uso. Lo peor del sitio es que siempre está lleno. La fama se ha difundido y es difícil llegar y encontrar hueco, al menos a mí me ha pasado un par de veces, que he ido y he tenido que volverme. Es cierto que tiene terraza y en invierno se está bien, porque está techada y disponen de paraguas de calor, pero aún así… Supongo que lo más acertado será ir temprano, ya sea a medio día o por la noche, y coger sitio.
Laura S.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Iván aparcar en mi calle, lo he invitado a comer. Lo escucho como sube las escaleras. Supuestamente tendría que haber cocinado algo, pero últimamente no tengo tiempo para casi nada. No he podido preparar nada, no tengo nada que ofrecerle más allá de una cerveza de la marca blanca del Mercadona. Sin alcohol. Soy un desastre de anfitriona. Lo asumo, y él deberá asumirlo. Son las dos y media de la tarde. Tendrá mucha más hambre que yo, que por no tener tiempo, no tengo ni tiempo para el hambre. Llama al timbre. Abro la puerta. «Tengo una cerveza sin alcohol, ¿te apetece?, es lo único que tengo». Lo mejor será salir afuera a buscar lo que no tenemos en casa. Un bar. Salimos paseando de mi casa. Iván conoce un bar que me va a gustar. Confío plenamente en su paladar. El tío tiene criterio para algunas cuestiones, y una de ellas es la cocina. Tras serpentear por varias calles, cogemos Alcalde Juan Fernández hacia el barrio de la Juncal. Pasamos el Izquierdo. Cogemos a la derecha y nos metemos como dentro de un patio que hacen una serie de edificios. Nunca un lugar tan insospechado escondió un bar con tan buena cocina, pensé. Son los bajos de los bloques. Es la hora de comer y algunos comercios están cerrados. Detrás de una esquina está La Tradicional. El bar es oscuro por dentro, pero con una gran terraza techada en la que apetece sentarse. Es verano y corre el aire. Tenemos suerte y hay una mesa libre, las otras veces que he repetido, a pesar de tener una terraza grande, he tenido que esperar algo. Nos pedimos dos cervezas. La sirven en dos copas, muy fresca, nada que ver con la lata de marca blanca del Mercadona. De comer, comida tradicional, nunca mejor dicho, fuera de la típica variedad de tapas de fritos, montaditos, ensaladillas y solomillo. Nos pedimos varias tapas para compartir. Paté, pastel de berenjena, patata rellena. Varias cervezas más. Todo está buenísimo, y además a diez euros por cabeza. Una vez más tengo que reconocerle a Iván su acierto.