Taberna del Góngora

Voy a reseñar este sitio después de varios desayunos… Y no, no me gusta nada. No sé si le he cogido manía, porque es el sitio al que van mis compañeros siempre o porque es realmente malo, pero ya sabréis que lo de desayunar en Sevilla puede convertirse a veces en una odisea. Yo soy muy fan del café bien servido y de las tostadas sencillas, pero originales y bien hechas. Aquí ni una ni otra.
El café es lo peor de todo, insípido, hirviendo y sin buena cara u olor. Le sigue la atención. Aunque hay camareros amables, siempre están hasta arriba, se les olvidan cosas, tardan, no saben qué te has pedido al solicitarles la cuenta… Una vez se llegaron a mosquear entre ellos porque fui a pedirles más leche. En fin.
Luego las tostadas tampoco están mal, pero no son nada del otro mundo. Para mí, completamente prescindible, aunque dicen que no está mal de precio. Ojalá prueben otro sitio en la zona.

Estuve un año trabajando por esta zona y el Góngora era nuestro sitio para desayunar. Bueno, este Góngora en concreto, porque hay tres en la misma zona. Aunque a mediodía están muy frecuentados por guiris, los desayunos suelen atraer s gente que trabaja por la zona como éramos nosotros.
Aunque fuera de este horario lo he frecuentado poco, el Góngora es un sitio perfecto para desayunar. Su oferta es la clásica, cafés, tés, zumo de naranja y tostadas. El pan está muy rico y, aunque mi opción preferida era la de tomate triturado, aceite y jamón york (o serrano según el día), también puedes pedir mantequilla, mermelada, paté o difentes combinaciones de aceite y azúcar, aceite y sal… Vamos, los desayunos típicos, sin novedad pero muy buenos.
Los camareros son un punto a favor, porque además de su profesionalidad, no les falta simpatía. Son de estos camareros que terminan siendo casi parte de tu ritual de ir al trabajo, porque los ves todos los días y terminas hablando con ellos y sabiendo cosas de tu vida. Si eres de costumbres fijas, nada más llegar empezarán a prepararte lo que pides cada día.