Basilico

Pues parece ser que ya no es Basilico!
Tenía muchas ganas de probarlo, y nunca conseguía reservar mesa. Por fin este fin de semana lo consigo y al llegar allí, me encuentro con que ahora se llama Abarca .
Ha cambiado de dueños, de carta y de todo, pero
de todas maneras tengo que decir que me encantó!.
La carta es bastante reducida, quizá porque estan empezando, pero nos ofrecieron un menú degustacion, que consistia en:
= Tres entrantes individuales, que en este caso (supongo que irán cambiando), eran :
* Bocaditos de ajo arriero.
*Quesadillas de verdura y queso de cabra con salsa de tomate.
*Ensalada de atún fresco con salsa de naranja acompañado de copa de champagne para resaltar el sabor del atún .
— Un plato principal a elegir entre salmón con salsa teriyaki y solomillo en hojaldre con salsa de boletus.
Después de esto un surtido de postres que llevaba, helado de vainilla con chocolate derretido por encima, bizcocho de chocolate, tarta tatin de manzana y torrijas.
El café también incluido. Y chupito invitación de la casa. El precio del menú, son 20 euros e incluye todo menos la bebida.
Con una botella de vino, varias cervezas y agua, al final salimos a 25 euros por cabeza. Eramos 7.
La comida era de calidad. Y estaba cocinada con cariño, o al menos eso era lo que reflejaba… A todos nos gustó mucho.
El camarero súper amable, intentando en todo momento que estuviéramos agusto. Volvemos.
Lo que ya no sé, es si Basilico ha cambiado de sitio, o ha desaparecido! Si alguien lo sabe… Que me lo diga, please!

Dos copas de vino, corta pero muy interesante selección, y con ganas de picar algo rápido. Nos dejamos aconsejar y maravilloso humus con crujiente de garbanzos, con un deje picantito muy interesante.
También unas quesadillas de verdura con crema agria que a mi me gustaron menos, pero que encantaron a mi pareja.
Estupendo el descubrimiento, reservamos mesa para cenar semana próxima.

He cenado en Basílico en numerosas ocasiones, tanto en pareja como en grupo y siempre ha sido un acierto.
Todos los platos están buenísimos, el precio es razonable, el lugar es muy acogedor y el camarero es atentísimo. Merece la pena degustar lo que ofrecen, ya que siempre sorprende por su delicioso sabor. Cocina internacional.
Tiene unos entrantes estándar, pero en los platos principales siempre he probado algo nuevo.
Imprescindible reservar, siempre se llena!

Este restaurante merece 5 estrellas como 5 besos en los morros su chef. ¡Qué bueno está todo, por favor! Fui a probar el menú de mediodía que hacen entre semana (que son10 euros, sin bebida) y lo que te sirven no lo vas a comer en 100 km a la redonda. Nos llevó una amiga que es megafan y ahora me ha convertido en la segunda fan inmediata del club.
Llegamos a las 14, puntuales, y teníamos una mesita al lado de la ventana, con luz y tranquila. El sitio no es muy grande pero es de lo más agradable, moderno, sin estridencias, cómodo. Bueno, a lo que interesa. Tienen un menú cerrado, es decir no puedes elegir platos, cada día hay lo que hay pero a no ser que seáis muy, muy especiales (y que en ese caso seguro pueden hacer una excepción y quitaros el ingrediente que no os gusta) es para devorarlo todo ¿quién quiere elegir? Que el chef decida, que es un mago de los fogones.
Ese día nos tocó una ensalada de brotes con salsa oriental y un toque cítrico, pato y varias verduras cortadas en juliana, resultó de lo más fresca y sabrosa. De segundo había unos noodles con curry, pollo y habas de soja, de muerte os lo digo. El caso es que no se parece en nada a la cocina que acostumbramos, por las especias que lleva, la forma de cocinarlo, luego entendí por qué. Resulta que el cocinero viene de haber vivido en Londres mucho tiempo y es de origen pakistaní, con lo cual todos esos toques asiáticos tan delicados son comprensibles. Además, lleva el restaurante junto a un chico francés y esa mezcla imagino que también tendrá que ver en la originalidad que derrochan sus platos.
Para acabar, en el menú venía un bizcocho de jengibre, ciruelas y helado de vainilla que estaba delicioso, muy diferente también. Por último, quisimos probar el postre estrella de la casa que es el bizcocho inglés ¿alguien lo ha probado? Yo sí, en Inglaterra lo pedía a menudo pero este es, sin duda, el mejor que mi paladar ha degustado en más de 30 años. El bizcocho está empapado en su justa medida y no es ni excesivamente dulce ni especiado, una maravilla de los dioses ¡hay que pedirlo!
No he ido nunca a cenar e imagino que los precios serán un pelín más subidos, pero si quieres sorprender a tu pareja o a un compromiso este sitio es para volver día tras día. No sólo está buenísimo sino que todos los productos son fresquísimos y sanos. ¡Ya estoy salivando de pensarlo!

Platos muy originales, una mezcla de platos de todo el mundo, combinaciones sorprendientes, camareros encantadisimos y un ambiente acogedor.
He quitado una estrella porque si el local esta lleno es muy ruidoso y es un poco difícil mantener una conversación…

Descubrir Basílico y repetir es una de las mejores cosas que puedes hacer en Valencia. Lo he visitado en innumerables ocasiones para degustar su menú de mediodía, en jueves o viernes por 9.5 euros, y cada vez me ha sorprendido con platos que hacen vibrar el paladar por su exquisita y cuidada mezcla de sabores.
El trato personal te hace sentir como en casa. qué más se puede pedir?

Es un restaurante pequeño, con decoración moderna y muy acogedor. Tiene una carta de vinos corta pero muy acertada. Lo regentan dos chicos, uno se encarga de la cocina y el otro de atender las mesas. Si tienes dudas sobre los platos no dudes en preguntar porque asesoras muy bien en cuanto a cantidades y gustos. Si eres vegetariano, no hay problema, hacen platos para vegetarianos. La cocina se puede calificar de mediterránea de fusión con otras cocinas como la marroquí o asiática aunque con un punto de vista muy personal del cocinero. Recomiendo el cuscús, la ensalada taboule o las empanadillas de gambas al vapor. Si no te has pasado con la cena, pídete un postre, están buenísimos sobre todo la tarta de chocolate o el bizcocho de zanahoria.

A mi los sitios me conquistan por los postres. De normal si veo algún postre que me llame suficiente la atención entonces sé que aunque la comida no sea del todo de mi gusto, me reservo al postre y listo.
Y en el Basilico dan en el clavo con todo. Acertaron con la zona. En el barrio de Ruzafa, gracias a estos locales pioneros se ha convertido en el más de moda de la ciudad. Y con los platos, creando una auténtico fusión de sabores.
Una cafetería barra restaurante con estética minimalista y en el que siempre te sorprenden sus platos de cualquier rincón del planeta. La originalidad es el toque del Basilico. Con tanto plato imaginativo uno no sabe qué pedir. Si no tienes los bolsillos para hacer mucho gasto entonces te aconsejo que te pases por allí a mediodía para que pruebes uno de sus menús.

Cuando hace unos cinco años más o menos empezó a crearse una nueva identidad del barrio de Rufaza, abrió sus puertas el Basilico. En el chaflán con la calle Cádiz y Puerto Rico vigilaba atentamente a ese primer trasvase de gente que ya empezaba a desplazarse hasta aquí porque habían oído que el barrio iba a seguir los pasos del barrio del Carmen en oferta gastronómica y ocio.
No tuvieron mal ojo y apostaron por un espacio moderno (en su concepto), con una comida elaborada y con un aire poco valenciano, más al estilo de otros países. Pese a que no sea el más revolucionario ni visionario de la ciudad, el Basilico empezó a apostar por el Brunch para los domingos a medio día. Un concepto que en otras ciudades europeas, y en algunas españolas más cosmopolitas, sigue barriendo en esos días en los que la resaca te hace ahorrar y te obliga a condensar una única ingesta.
Desconozco si aún lo siguen haciendo porque nunca he pasado a esas horas por allí desde hace un tiempo, pero me consta que antes estaba anunciado en alguna de sus pizarras y ahora no lo veo.
Un restaurante que también, así a bote pronto, parecía o daba la impresión de pertenecer a esos locales en los que el precio por persona supera los 25. Para luchar contra eso, creo, reformularon y apostaron pos los menús de medio día a un precio bastante competente: cosa normal ya que sus competidores colindantes ofrecen menús a muy buen precio con una calidad excelentes.
Comida moderna, bien elaborada y con una agradable terraza. Pasa y échale un vistazo al menú que tienen colgado en la fachada. Si te convence leyéndolo, espera a probarlo.

Que el barrio de Russafa se está convirtiendo en el lugar más cool de la ciudad es un hecho (nada que ver con que sea mi barrio de toda la vida).
A diario crecen locales modernillos por aquí y por allá pero uno de los pioneros fue el Basílico.
Con un toque minimal, fue de los primeros en aunar el concepto de cafetería y restaurante.
Solía ir una vez por semana con mi amiga María, y es que nos tenían robado el corazón un plato de quesadillas y otro de escalopines. Ahora no lo frecuentamos tanto, supongo que por aquello de que «fue tantas veces el cántaro a la fuente…».
Los camareros son muy agradables, y siempre están dispuestos a explicar, con mucha paciencia, todos los ingredientes que lleva cada plato. Y es que hay opciones de todos los lugares: japoneses, italianos, franceses, mejicanos, y árabes.
Eso sí, si no eres tan «internacional» como para dejarte seducir por la carta, prueba los postres. Mi favorito es el vodka de frambuesa… Sólo de pensarlo ya tengo ganas de volver.