El Molinón

Asturian restaurant. Food is ok but nothing great. Staff is very friendly. I think you can find better food from Asturias.

Uno de mis lugares predilectos, trato familiar, genero de calidad, y cuando me ven llegar saben que no hay problema conmigo si no hay mesa, me conformo con un pedacito de barra para saborear ese jamón, esa crema de cabrales, cecina y una sidra bien escancianda.

Empezó la cosa bien y acabó regulera. De entrada, queríamos simplemente probar la sidra. Como yo había estado hace un par de veranos por el norte, sabía que en estos lugares acaba saliendo más a cuenta comprando directamente una botella que ir pidiendo vasos. Sí, para ser dos sales un poco doblaete, y más sin cenar, pero merece la pena (la botella cuesta 5 euritos) y por inercia terminas por pedir alguna tapita pre-​cena. Para estos menesteres, escogimos el combo de quesos más «light» (no por calorías, sino porque incluye sólo dos variedades, nuestra idea era cenar en otro lugar). Queríamos probar sí o sí el Idiazabal, porque la semana pasada nos sirvieron en otro sitio unas croquetas a base de este queso de oveja y nos encantó; el segundo lo dejamos a decisión de la camarera y, tras varias evasivas por parte de ésta (¿?), escogimos el de chivita. De cabra pequeña, no de la mujer del bocadillo.
Pues bien, empezamos a beber sidra, socorridas por la labor escanciadora de la muchacha esta, y al rato llegan los quesos. Ehm… bueno, decir que pagamos 9 señores euros por dos cortadas de uno y 4 – 5 del otro (tampoco se dignó a explicarnos cuál era cuál, segundo fallo). Acompañaron con una cestita de pan. Sí, ese pan que no pedimos, pero que sí pagamos… a 1,20 € los cuatro chuscos, ¡qué guay!
En fin, seguimos bebiendo –para olvidar– y a la cuarta vez que solicitamos la ayuda de la camarera (para no iniciados, la sidra se bebe de culín en culín) ya pensamos que era un poco absurdo y muy coñazo que esta mujer tenga que estar sirviendo 20 veces a cada comensal por el hecho de no ser nosotros expertos astures. Así que le decimos «¿por qué no nos enseñas a escanciar?» a lo que ella contesta, de mala gana, señalando un artefacto de madera que hay en la pared de detrás. Un escanciador, vaya. ¡A buenas horas! Antes habíamos tenido que pedírselo a la segunda camarera a veces, porque la cara de ésta era ya de molestia total… y resulta que hay un «autoservicio». En fin.
Se nos hizo tarde y la idea de cenar en casa se olvidó, pero sin dudarlo salimos de allí para buscar otra opción ya que, entre nuestros quesos y las raciones enanas que veíamos en las mesas vecinas, no parecía muy alentador darle más comba… y menos con esa falta de profesionalidad, cero simpatía y cero ayuda. Una lástima, porque los dueños que nos recibieron y despidieron desde detrás de la barra (los únicos trabajadores españoles, por cierto, algo como poco «chocante» en una taberna asturiana) sí parecían encantadores…

¡¡¡Asturias, patria queridaaa!!! Cantando esto saldréis casi seguro, si visitáis esta sidrería asturiana situada en el corazón del barrio del Carmen.
Con una carta a base de tapas y estando en un local de la citada zona española, no se debe abandonar la sala sin probar los quesos, sobre todo el de Cabrales. Si unos pies huelen así, ni nos acercamos, pero si es un queso, mmm.
Por otra parte, siempre lo he pasado bien (y duchado) intentando escanciar la sidra correctamente, cosa que todavía no he aprendido a hacer. ¿Tendrá algo de merchandising para así pedir más botellas de las que pedirías en principio?
Respecto al local, si sois un grupo no muy numeroso (cinco o seis personas) y podéis reservar, hacedlo en un reservado (y valga la redundancia), en realidad una habitación pequeña, muy pequeña, tipo zulito, que hay en el piso de arriba.

Cada vez que pienso en El Molinón me entra el apetito y mi espalda empieza a padecer, contradictorias sensaciones, y es que lo que de bueno tienen las tapas en este restaurante sidrería, lo tienen de malo los asientos. Sé que es lo típico, mesas de madera y bancos para sentarse, pero yo disfrutaría mucho más pudiendo apoyar la espalda, en fin, no se puede ser perfecto.
El sitio es bullicioso y los fines de semana hay que esperar bastante rato para sentarse, a pesar de haber reservado. Las mesas están demasiado juntas y a la atención no es que sea demasiado cuidadosa, pero tienen bastantes platos en la carta que están muy bien. Hay productos típicos asturianos, quesos y chistorra que son decentes y hacen algunos revueltos que yo no había probado nunca, como el de oricios. Hay mucha variedad y, aunque las raciones no se pasan, sales bastante satisfecho. De todas formas, como amante de la carne que soy, lo que más me gusta pedir cuando voy es el solomillo trinchado, lo hacen muy bueno, con sus patatas y pimientos, y todo ello regado con un buen vino. La oferta en cuanto al zumo de uva está muy bien, mientras esperas puedes entretenerte leyendo las paredes en las que están detallados los vinos que tienen y los precios, también por copas.
Dentro de lo que se puede encontrar en la ciudad en cuanto a sidrería es bastante decente, tiene aspectos mejorables, pero en mi baremo aprueba, por si a alguien le sirve de algo.

Para ir de tapas por el Carmen tengo unas pocas apuestas seguras. El Molinón es una de ellas, la que toca cuando estás tragón y no importa esperar un rato y rodearte de griterío.
Cuando me pongo a pedir, el espíritu asturiano de El Molinón se me apodera. Quiero sidra, quiero quesazo, quiero embutido. Y los tienen riquísimos. En la cocina manejan las tapas clásicas con sabiduría y mimo, y entre platos guerreros no aptos para afecciones circulatorias te sirven también finos revueltos y el mejor calamar a la plancha que me he comido.
Siempre me las apaño para salir de allí con una cuenta razonable y las mejillas rojas. Qué más voy a querer.

buen local pero los precios se han disparado

J’y ai déjeuné tout seul aujourd’hui. Je suis arrivé un peut tôt pour l’horaire espagnol, vers 14h30. D’après ce que j’ai compris, c’est un restaurant de spécialités des Asturies, d’où la décoration des murs avec des ardoises
6 serveuses papotaient au comptoir du resto encore bien vide. Je demande une table et obtiens après hésitation une table pour deux à côté de l’escalier.
J’ai pris:
— un petite tartine Montadito de cabrales: le fromage était bon;
— du chorizo au cidre, qui avait peu d’intérêt;
— un tout petit verre de cidre servi dans grand verre, très bizarre. Le cidre des asturies a peu de bulle et est un peu amer.
— des patatas au fromage (grosse portion)
— des albondigas (gros portiong également).
Pas impressionné par la nourriture et très déçu par le service, sans entrain, sans sourire et incapable de m’aider dans mes choix. Dommage, la salle laissait présager beaucoup mieux. Et l’addition fut trop salée d’au moins 6 euros à 18,30EUR…

Although my friend and I aren’t really good Spanish-​speakers, the owner was very friendly and even chatted with us for a good half hour (in Spanish). Therefore I’m not quite sure what the previous review is talking about.
The food was the best we ate in Spain. We literally had eaten all the tapas El Molinon served and El Molinon served the best each time. The prices are definitely reasonable for the quality.
The only thing questionable here is the cider, which neither my friend nor I really liked. But the food is unquestionably good.

Be careful: English menu prices are not valid any more, and staff is charging higher prices! Service isn’t really friendly there, though cuisine is ok.

nice place, good food and ciders.

Execelente sidrería en pleno Barrio del Carmen y al ladito justo de la Plaza del Tossal, así que hay que llegar temprano puesto que se llena, al igual que el resto de bares/​restaurantes de la zona.
Híper recomendado pedir una botellita de sidra mientras se degustan las exquisitas tapas asturianas que ofrecen: chorizo a la sidra, lacón, patatas al cabrales (deliciosas)…
Económica, trato agradable y con una decoración muy chula de bancos corridos y mesas de madera.

Un buen sitio donde degustar toda la variedad de tapas y sidra Asturianas, no excesivamente caro, y muy bien atendido.
Quizas el local sea algo pequeño, de hecho parece estar montado en una vivienda, aunque tampoco es claustrofobico.
Suelen tener un ‘menu degustacion’, con el que podemos probar gran variedad de productos de Asturias, incluida su increible sidra escanciada.
En este local no vale la pena pedir un plato combinado. Es un local de tapeo, y cenaremos mucho mejor si solamente pedimos tapas, las cuales tienen una calidad inigualable.