¡Xe, quín dinarot! La verdad que no es un sitio para ir todos los días, pero para celebraciones o jornadas especiales vale la pena. Ojo, que estamos hablando de un restaurante que aparece en la guía Michelín, poca broma… La última vez que fuimos nos decantamos por el menú de tapas o «picaeta» en valenciano, por 29’90 €, bebida a parte; de los entrantes a destacar las extraordinarias croquetas de atún, yo seguí con un carrillada de ternera con almendras espectacular y mi acompañante se decantó por una merluza en salsa verde; la lástima que no habíamos leído lo de «bebida a parte» y la cuenta se nos incrementó más de lo que nos hubiera gustado. Promocionan mucho las carnes pero el pescado también tiene muy buena representación entre sus platos. La carta de vinos muy variada y con muchas denominaciones de origen distintas y diversos precios. El personal muy atento y amable, el local un poco recargado pero elegante y como hemos destacado, la cocina lo mejor.
Rodrigo M.
Rating des Ortes: 4 Valencia
Adaptándose a la maltrecha coyuntura económica, recientemente han creado una propuesta, denominada«picadas», con la que cada comensal puede degustar por 30 euros un menú bastante completo, con varios entrantes de elaboración muy cuidada, excelentes, y una pieza de carne de gran calidad. Además de un postre casero. Sin duda, algo parecido a una promoción, inteligentemente ideada. Porque si bien sus precios se corresponden con la exquisitez de su gastronomía, el Eladio es un local de muchos tenedores al alcance de pocos bolsillos. En mi caso ha sido el escenario de varios eventos familiares, y hemos acudido con la intención de darnos un capricho. Para una ocasión tal, este establecimiento es perfecto. La presentación de los platos, la ambientación y la decoración del espacio, el servicio y el nivel de destreza del chef son inmejorables. La carta, alimentos mediterráneos y españoles comunes, preparados como suele en sitios de alto standing: arroces, carnes, pescados y entrantes selectos. Mi sugerencia para los indecisos: los solomillos y los entrecotes. Tanto para los que gusten de dosis semejantes de proteína animal como para los que no, el sabor aquí es delicioso y merece la pena sobradamente despertar tu lado carnívoro.