Gobinde

Cuanto más voy a este centro más me gusta y por eso quiero actualizar mi comentario y ponerle las estrellas que se han ido ganando en mi corazoncito. Ponen muchas ganas y profesionalidad, algo que siempre he destacado, pero es que ahora puedo entender el por qué de cosas que antes, a lo mejor, no acababa de entender. Existe un horario fijo de clases que variían de un curso a otro y puedes ir eligiendo las que mejor te vengan por horario o clase de yoga que imparten. El caso es que hay tanta libertad, que muchas clases (frecuentemente las de la tarde) se llenan hasta casi ver esterillas en el techo, pero entiendo que no pueden poner límite, porque precisamente éste se encuentra en el sentido común. Si no cabe ni una chincheta, todos harán por dejarte un huequito y estrechar su espacio en tu favor, lo cual se agradece cuando te ha desplazado hasta allí con la ilusión de asisitir a una clase de yoga (a veces es imperiosa necesidad de regalarte un tiempo a ti mismo); el caso es que se suele caber a pesar de estar a reventar, pero si no puedes ni estirar las piernas… he visto gente que se ha salido.
Con esto quiero decir, en su favor, que dejan a criterio de los alumnos esta decisión y nunca te van a decir que no puedes entrar a una clase porque está llena. Además, los profesores son gente que por sí misma da paz, sonríen, transmiten, es como si te estuvieran esperandote allí toda la tarde para ayudarte a canalizar toda la energía y poner las cosas en su sitio.
La sala siempre está limpia, así como el material, que ponen a tu disposición, aunque recomiendo que te lleves tu pareo, tela o toalla para estar más cómodo y cojas de allí los cojines, mantas o almohadones que te hagan falta para el ejercicio. Con los años y cursos unos profes van y otros vienen, algunos te gustan más que otros, normal, pero todos son serios con su trabajo y muy amables en su trato. En la entrada, hay un saloncito con sofás, libros, una mesita, pufs… donde siempre hay alguien charlando o tomando una infusión (supongo que será, no creo que tomen gin tonics antes de las clases…) en un ambiente apacible y relajado.
Los vestuarios y baños están limpios, la gente es cuidadosa, y hay un mueblecito frente al vestuario femenino dónde dejan un sinfín de tarjetitas y folletos con información valiosa sobre todo tipo de centros de terapias naturales, masajes, danza, enseñanza de yoga, cursos de alimentación ¡hasta de cocina! Ahora mismo dispongo de escaso tiempo para dedicarle a actividades extra en mi vida, sin embargo tengo la intención de seguir manteniendo este espacio en mi vida para el yoga, y quiero que sea en Gobinde. Aquí me he aficionado a esta práctica tan beneficiosa para la persona y aquí quiero seguir veniendo.

Lo quería (y tenía) que conocer.
Hace años que practico yoga, y aunque tengo unos lazos muy estrechos con mi profesora, en otra escuela, no me pude resistir a ver qué se cocía en el Gobinde.
El espacio es espectacular, muy nuevo y cuidado.
El servicio de Gobinde incluye varios tipos de yoga, del hatha al kundalini, yoga para futuras mamás, clases de meditación, de mantras (justificando el nombre)… etc…
Los precios, como en todos lados con esta disciplina, me parece algo caros, pero bueno, eso es lo que hay.
He estado en mucho centros de yoga, y de los que he visitado este me parece muy recomendable; además los profesores conseguir convertir una clase en toda «una experiencia».

El barrio de Russafa de Valencia tiene de todo. Desde hace unos cinco años se completó con un espacio, que se convierte en universo, donde puedes practicar yoga. Pero Gobinde, que es así como se llama, es más que eso. Y lo hace especial el hecho de que cuando atraviesas la puerta para acceder a su interior, tu forma cambia. El espacio está muy cuidado, muy preparado y a la altura de la calidad que ofrecen. Lo mismo ocurre con las personas que lo regentan.
En Gobinde puedes iniciarte en el yoga y puedes practicarlo si es que ya lo conoces. Además el centro te enseña las diversas variantes de yoga, porque no hay uno único. Tienen clases abiertas, jornadas especiales donde te dan cabida aunque no pertenezcas al centro. Se trabajan mucho lo que ofrecen y el cómo lo ofrecen y tienen un amplio horario para que, si te atreves, abras el día, a las 6.30h, con un yoga especial para ese momento.
Lo mejor es que te pases si es que estás interesado, porque allí te mostrarán todo cuanto hay y todo cuanto puedes hacer. Entra en su web si quieres saber más o contacta con ellos por teléfono o por email:
Repito, es espectacular el cambio que manifiestas simplemente por atravesar su puerta y permanecer allí.
Sat Nam.