Paprika Natural

Empezare por decir que es la primera vez que voy a un ecológico. El hummus simplemente exquisito (plato que e degustado anteriormente en otros sitios), el risotto bastante bueno también, en general comida estupenda. Un servicio atento y bastante profesional.
Aunque se trate de comida orgánica me parece caro aunque la comida está buena. En mi caso, hoy faltaban unas cuantas cosas de la carta. No creo que vuelva. Es una pena porqué la comida es bastante buena.

Lo mejor de Paprika es que todo está muy bueno, desde los entrantes como los nachos con guacamole o los humus a las pastas, la fondue, el arroz con verduras, las pastelas (de la de pollo sólo puedo decir que es espectacular, buenísima mezcla de sabores, un poco rara al principio pero acertadísima) o las hamburguesas, también muy buenas y con salsas muy sabrosas.
En el piso de arriba hay un espacio separado por un cristal, una idea muy buena para ir en grupo y no molestar al resto de comensales si se monta un poco de barullo (y con niños casi siempre se monta en un momento u otro).
Es un sitio muy agradable, con mucha luz natural, una atención estupenda y con una carta muy variada. Muy recomendable.

Fuimos a merendar y pedimos una oferta de té y tarta por unos 5 € aproximadamente. El servicio, aunque había que pedir en barra, fue muy amable. Las tartas (ambas de zanahoria, pero de diferentes tipos) fueron deliciosas y, además, tuvieron el detalle de «aderezarlas» antes de servirlas añadiendo algunos ingredientes más. El té vino en tetera, por lo que pudimos disfrutar de más de una taza. Relación calidad/​precio bastante buena. Nos dejó muy buen sabor de boca todo. Volveremos.

Este es uno de los sitios más guays que he encontrado para comer o tomar algo por el centro. Paprika Natural ofrece una amalgama de platos y todo lo que he probado estaba realmente bueno, además, su menú nos costó 11’50 € incluyendo postre y café pero no bebida.
En general es un sitio bastante natural, no confundir con 100% vegetariano, pero es cierto que sus platos siempre tienen ese toque en el que las verduras tienen más protagonismo del habitual. Eso si, todo está increíblemente bueno. He probado el hummus, la mousaka, el arroz meloso con pato y setas y algunas cosas más y todas han sido realmente excelentes. Además, las raciones son las justas y necesarias y los platos están muy bien pensados. Me quedan por probar platos como las hamburguesas o la pasta, pero si está todo al mismo nivel creo que Paprika se convertirá pronto en uno de mis sitios favoritos.
La decoración del Paprika me gusta mucho, es el clásico sitio «hipster» pero con detalles que le dan veracidad, es mucho más que una fachada y me encantan detalles como que algunos platos se sirven en el recipiente habitual con el que cocinaría nuestra abuela. El rollo «madera y colores pastel» a veces me echa para atrás, pero en Paprika me gusta. Tiene una zona que parece más bien una cafetería y un comedor en la primera planta con más capacidad.
Como colofón final he de decir que la atención recibida es simplemente sublime, el camarero que nos atendió fue realmente amable, se interesaba por que todo funcione perfectamente y estuvo atento en cada momento. Así da gusto.

Poco arroz y le falta sal. Mucho ruido, servicio simpatico y gente guapa pero poco profesionales.
El sitio bonito, pero como todos ahora, parece que han recuperado los muebles de su abuela.
Los aperitivos buenos pero las clochinas no son valencianas.
Una vez pedido el arroz han tardado 70 minutos.
Es
verano, agosto, estamos de vacaciones y no queremos disgustarnos, estamos felices de estAr con buenos amigos pero…

Mi experiencia es más de una comida/​merienda, sólo he probado un licuado y un creppe.
El ambiente es muy agradable, bastante tranquilo y he observado que hay bastantes enchufes donde poder conectar el móvil, que por cierto, tienen wifi gratuito.
El creppe de manzana está muy bueno, con la caramelización de la manzana, las pasitas y la canela, no necesitan ningún condimento más. Sin embargo, me ha parecido que en algunos bocados, la masa no estaba del todo hecha o quizás había resultado excesivamente gruesa.
En cuanto al batido, en principio no le veo mayor pega que el hecho de que la licuadora que utilizan, ya que el zumo se oxida. Es una pena porque si no se oxidara sería lo más este sitio.
En todo caso, hay que decir, que tener la posibilidad de tomarte un zumo natural (que por cierto estaba muy bueno), en pleno centro de Valencia, o lo que es lo mismo, tener una alternativa a la mera coca cola en el centro, me llena de alegría, ya que a veces es difícil, así que olé por este tipo de locales.
Encontrar locales con opciones gluten free y con productos orgánicos libres de pesticidas y encima en el centro de Valencia no se crean ustedes que es fácil, así que olé por ellos!!!
El personal es bastante atento y muy agradable, el servicio es rápido, así que quedo bastante satisfecha. Son muy limpios. Al poco de irse los cliente, limpian las mesas y dejan todo super aseado.
De precio, no es económico, pero bueno, tampoco es excesivo (hay que tener en cuenta que estamos en el centro) por lo que creo que no está nada mal y es una muy buena opción saludable para desayunar, comer o merendar con menús que se pueden adaptar a tus necesidades.
Creo que es un buen sitio donde montar tu «oficina móvil» en el centro, y poderte tomar un tentempié con una alternativa más saludable a los negocios de alrededor.
Sin duda es un local donde no me importaría repetir y probar el almuerzo o la comida.

La comida está buena y el menú de mediodía cuesta 11,50 más la bebida (café o postre). Yo tomé un gazpacho de sandía y unos macarrones con boletus que estaban muy ricos. El local es muy bonito y tranquilo, la pega es que el servicio fue bastante lentito…

Buena iniciativa la de apostar por los productos ecológicos y de calidad y la de enmarcar todo ello en un ambiente cuidado y agradable.
La carta consta de platos apetecibles para la mayoría, lasañas, pizzas, hamburguesas … con algún que otro wok para los que gustamos de las tendencias orientales. Lo que comimos estaba muy sabroso, más el rollito y el postre que el plato principal, el wok, ya que tenía un exceso de aceite.
Sería fantástico que cambiaran su lema de «la mayoría de nuestros productos son ecológicos» por «todos ellos lo son» ya que los lácteos y huevos no gozan de este sello.
En cuanto al precio, algo subido si pides a la carta, aún teniendo en cuenta su procedencia ecológica. Mejor acogerse al menú de mediodía de entre semana sin duda alguna.

Estabamos por el centro de la ciudad y huyendo de los restaurantes para «guiris», ya me entendéis, «paella» expuesta en la barra, sangría,… Pues bien, dimos con este local y decidimos probar.
Un acierto, empezando por un local con una decoración muy acogedora, ambiente muy tranquilo, un servicio muy atento.
Un detalle que me gustó mucho, es que en la mesa de al lado, había una persona vegetariana vegana, y le adaptaron los platos del menú en un momento.
El precio del menú, unos 15 €, considerando en la zona de la ciudad que se encuentra, pienso que es más que razonable.
En cuanto a los restaurante vegetarianos que he probado, este y Les maduixes, están a la cabeza.

He venido recomendada por una Unilocaler élite!!! Y me ha gustado bastante.
Es un local con decoración muy chula y el trato y el servicio muy agradable.
Al ser entre semana había menú pero nos apetecía probar la carta.
Hemos pedido un tabulé para compartir y un plato cada uno, el mío wok de arroz vegetal y el otro pastelas del Sultán. A los dos nos ha gustado mucho. El tabulé con un toque dulce que nunca había probado y el arroz con verduras, jengibre y salsa de soja; riquísimo. Para acabar hemos pedido una tarta de manzana que es una bomba de azúcar y que por supuesto no ha sobrado.
Al no pedir menú no ha sido barato, 40 € dos personas, pero el menú era de 11,50 €
Me ha parecido un sitio muy recomendable, con productos ecológicos y una carta bastante amplía para alguien como yo que no cómo carne.
Me he quedado con las ganas de probar más cosas, así que volveré.

Buena opción para desayunar. Lugar agradablemente decorado para una paradita en el bullicio del centro. Inconveniente: para ser las 9.30 no hay un mostrador con demasiada oferta de bollería y tartas. Ventaja: buen café.

Hacía días que teníamos ganas de ir a ver si este local. La verdad es que desde fuera me cautivó su decoración.
Fuimos a tomar algo para merendar y la verdad es que los productos son de una calidad extraordinaria. Sólo hemos estado una vez pero a mí me entraron ganas de volver.
El local está decorado con muchísimo gusto y poder ver todos los productos en el mostrador (fresco, fresco) incita a la degustación…
Tienen productos sin gluten, ecológicos, y naturales. Helados, gofres, tartas, batidos, café, licuados de frutas y verduras… Por ejemplo, para los licuados, te dicen cada uno qué función tiene: depurador, antiox, revitalizante, etc… Te los preparan en el momento y, claro, no están fríos, sino naturales, cosa que permite saborear los matices del producto.
El local y los utensilios pueden simular a los que habían en las casas antiguas (mi vaso de licuado Paprika (buenísimo, por cierto) venía en un vaso de esos y me recordó a casa de mis abuelos)…
Positivo: los productos son de calidad y recién preparados. El local es exquisito en su decoración y los baños limpísimos. El chico que nos atendió fue muy amable.
A mejorar: igual ajustar un poco los precios no estaría de más, aunque siendo productos ecológicos se puede entender. Mi vaso de licuado de aproximadamente unos 200 ml costó 2’50 €. Aunque volvería a tomarlo sin dudar… (Ni un grumito, por cierto!)
No descarto la 5a estrella cuando pruebe el resto de servivios que ofrecen (menús, postres, brunch, etc.)

Repetimos habitualmente, la calidad, el trato, el ambiente invita a personas como yo que gustan de lugares sencillos, calidos y de materias primas y trato muy cuidado a seguir, los licuados insuperables y hechos frente a ti, desayunos y brunch’s excelentes, falta probar las cenas, muy recomendable!!!

Este local, apenas lleva tres meses abierto y ya he repetido varias veces, por lo que por algo tiene que ser.
Uno de los motivos puede ser su cuidada decoración rústica, que le da un ambiente acogedor al local, de como estar en casa, hasta con su cestito de flores y todo.
Puede ser por la atención amable de los camareros, que hasta en los momentos de más estress, como pueden ser las cenas navideñas, intentan cuidar del cliente al máximo y saben estar en el momento adecuado.
Pero el principal motivo es su comida. A pesar de que a algunos el precio les parece elevado, no lo es para nada, ya que hay que tener en cuenta que en este local se fomenta el producto ecológico y de km 0, es decir, productos de calidad, que han sido cuidados desde su producción y trabajando con el producto local. Prueba de ello son sus helados artesanos, el mejor para mi el de mandarina y zanahoria, una mezcla que me sorprendió gratamente .
Del resto de platos de la carta, tengo que decir que me ha encantado todo lo que he probado, desde el hummus de aperitivo, pasando por las pizzas de harina de espelta y acabando por mi favorito: la pastela del sultán, Una delicia que no te puedes ir sin probar.
Para rematar tu comida o cena puedes tomar un buen café (según mi acompañante uno de los mejores que ha probado) o si eres fan del te como yo, elegir uno de su amplia variedad.
Sin duda es un local que recomiendo y al que volveré próximamente,

Sitio monísimo, ideal, con una decoración cuidada al milímetro al que le doy dos estrellas por varias razones:
— Con la competencia que hay en el centro no puedes poner un menú del día tan caro o platos a la carta en plan macarrones boloñesa por 10 €, porque eso lo pago en un italiano, pero no en una cafetería. Con los sandwiches y hamburguesas lo mismo, me parece una pasada estos precios tan abusivos cuando no es un restaurante.
— Tardamos un poquito en pedir porque estábamos contándonos cosas mi amiga Ana y yo, y aún no habíamos casi mirado la carta. La camarera vino varias veces en plan impaciente cuando le habíamos dicho que le avisaríamos en cuanto lo tuviera. No es que fueran a cerrar ya o que hubiera cola para entrar, porque habían otras dos mesas solamente y ya estaban atendidas. Le molestaba mucho y decíamos gracias tal, ahora t avisamos. Y nos decía DE NADA con una soberbia importante.
— Nos pedimos un zumo, que no teníamos ganas de comer nada y menos con esos precios, que costaba 3 €. No le hice foto al vaso, pero nos lo sirvieron en una copa de coñac practicamente.
En fin, que esperaba muchísimo más de este sitio, ya que la localización está muy bien, por cerca de las calles de las novias que tanto frecuento y tal, pero no volveré seguro.

Hace un mes aproximadamente que abrieron «Paprika Natural Bistro» y despertó mi curiosidad. El primer motivo esa el tema de la naturalidas, indican que sus productos son naturales y ecológicos.
Me gustó la estética del loca, mucha madera con efecto pintura gastada en mesas y sillas.
Pero lo que me sedujo del todo fue ver la pintaza de los desayunos cada mañana al pasar por la.puerta.
Disponen de varios desayunos, yo he optado por el desayuno «New York» con:
Café: muy bueno, es Salzillo, lo había tomado en otros lugares, no muchos ya que es ecológico.
Zumo: natural, recién exprimido y a elegir, el mío de zanahoria y manzana.
Pan: de cereales con pasas, nueces y tomates secos. Te sacan tu ración de tomate natural recien rallado.
Queso y jamon york: para terminar de rematar la tosatad
Estaba todo genial, y el precio 5’75 € aunque nosotras le hemos añadido una carrot cake para tener la nota dulce!
También dan comidas y cenas, he revisado la carta y le daré una oportunidad!
Nota, aunque parece pequeño tiene un salón arriba, así que se pieden organizar cenas de grupo.
Un sano rincón en pleno centro de Valencia :)

En lugar nuevo en el barrio… Con una decoración muy agradable. El menú consta de un primer plato (crema o ensalada) y un segundo (que no se podía elegir, al menos el día que hemos ido)… Y un café … Por 11,50 sino recuerdo mal. Nos comentaron que todo era ecológico y natural. La ensalada era un mezcla de lechugas, pan tostado y pipas… Se supone que llevaba naranja, manzana y tomate, pero no vi nada de todo eso… bueno, tomate si, pero trozos tan pequeños que ni con lupa. Una decepción. El segundo era como un pan de pita enrollado con seitán y setas. estaba rico. Pero me parece un menú muy caro para lo que nos ofrecieron.