Pipol

Nuestra visita a este asador surgió a partir de un regalo de una de esas famosas páginas de ofertas que estaban tan de moda. ¿Lo siguen estando??? TEngo que investigar…
Fue uno de esos casos en que vas con unas expectativas muy bajas y al final te llevas una sorpresa.
Lo primero que hay que avisar es que miréis bien la dirección y no os pase como a nosotros que acabamos en su otra sede, situada cerca de la plaza del ayuntamiento.
Nuestro menú consistió en lo siguiente:
— Espuma de brandada de bacalao. Era la primera vez que tomábamos algo así y la verdad es que la textura resulta un tanto extraña, pero está bastante bueno. Un poco salado, supongo que en parte culpa del bacalao. :)
— Tomamos una crema de legumbres con huevo escalfado muy suave y sabrosa. Aparte nos dejaron el cuenco con la crema sobrante por si nos entraba más hambre. Decidimos dejar un poco para no llenarnos :)
— El último entrante eran una croquetas caseras de pollo muy riquérrimas. De esas croquetas bien condimentadas, en las que el pollo está en porcentajes más grandes que la bechamel, lo cual se agradece.
— Como platos principales podíamos elegir entre varias carnes (Pincho moruno y solomillo) y unos cuantos pescados. Decidimos que le íbamos a dar caña a las carnes, así que pedimos los dos platos. Muy sabrosos y una carne de muy buena calidad. Si hay que ponerle un punto negativo es que el punto no te lo preguntan y si eres poco carnívoro quizá te resulte muy poco hecho.
— Para rematar, de postre tomamos una tarta de queso con mermelada de tomate que estaba de muerte.
La atención en todo momento fue muy atenta y agradable sin entrar en confianzas excesivas. No es uno de esos restaurantes donde vas a menudo pero como experiencia está bastante bien.

Stumbled upon this restaurant and was satisfied. Food was fine, nothing amazing.
Paella marisco 16.00/pp EUR
Calamar plancha 8.00 EUR

Entramos al lugar y no las tenia todas conmigo, de que la elección de comer ahí hubiera sido la correcta. Me pareció un lugar que se había congelado en los ochentas.
obscuro, desangelado, casi vacío.
Hasta que llegó el mesero más educado y simpático de valencia.
Nos trajo la carta y la verdad que todo parecía tener una pinta estupenda.
Pedimos un poco con recelo, Pero por Dios, que bueno que estaba toodo.
Definitivamente regresare sí o sí… aparte que los precios no están nada mal, para lo bien que comes ahí.
El carpaccio de buey con foie es lo máximo. Probadlo!

Una vez más nos hemos lanzado a la aventura de salir a cenar con un cupón de Groupalia, y en estos casos tengo comprobado qué o bien son un éxito total o un tremendo fiasco… Y ahora es preguntaréis ¿Cuál es el resultado de la cena en el Asador Pipol?
El menú consistía en lo siguiente:
1. Milhojas de Foie, queso de cabra y manzana, con reducción de Oporto y pasas: El primer plato de la cena estaba increíble! Muy buena textura, sabores equilibrados, una porción digna, un acierto! eso si, se ve que no estaban por la labor de reducir el Oporto y nos lo acompañaron con mermelada de frutos rojos.
2.Ensalada de Nuggets de pollo, picatostes y vinagreta de miel: buena, pero muy básica. Una ensalada más, con lechuga, picatostes, 5 tomates cherry, y nuggets de pollo, que más bien deberían ser lágrimas por el reducidisimo tamaño de los pedacitos de pollo. Una vez más cambiaron la vinagreta y en lugar de ser vinagreta de miel, lo que llevaba era vinagre de Módena. Lo dicho, estaba buena, pero era una ensalada más.
3. Buñuelos de Bacalao: que poca gracia, por favor! mini buñuelitos rellenos de puré de patata con leve sabor a bacalao. Nunca he sido fan de este producto, pero he comido croquetas de bacalao que las podías tirar al agua y saldrían nadando! No era el caso, los buñuelos bastante insípidos.
Y ahora pasamos a los platos fuertes!!! podíamos elegir entre dos pescados y dos carnes y como somos 100% carnívoros nos lanzamos a pedir magret de pato con mermelada de frutos rojos y perfecto de cordero confitado a baja temperatura con sussete de naranja. ¿Suena espectacular, verdad??? Pues ahora veréis!
Lo primero que debo decir es que ambas raciones eran sencillamente ridículas!!! Aluciné cuando vi las porciones, qué pena no haberles hecho una foto porque eran de coña!
El cordero estaba bueno, tierno y sabroso, pero es que apenas había 3 bocados en el plato! Y el sussete de naranja (mermelada) pintaba cuadros! no me gustó la combinación con la carne…
Y que decir del magret de pato? Además de la ración minimalista, nuca había comido carne tan tirante e insípida. Cómo puede ser que el pato esté tirante e insípido? Si es una carne grasa y sabrosa!!! La respuesta es sencilla: muy posiblemente no fuera pato! Yo no le encontré el sabor a pato por ningún lado y mi acompañante está convencido de que era ternera! desde luego el corte era tal cual el de un solomillo de ternera… en fin…
Y para terminar, un pudding de horchata con fartons, debo decir que era casero, cosa que se agradece y que estaba bueno, pero para mi era pudding y ya está, no sentí el sabor de la horcharta ni de los fartons!
En lineas generales, este cupón fue un verdadero chasco, más que nada porque se supone que el precio original de ese menú para dos era de 75 €!! menos mal que no los pagué porqué hubiera estallado en cólera.
eso si, debo decir que todos los platos que pedían las otras mesas y que eran de la carta tenían un aspecto fantástico, unas raciones más que generosas, y un olorcito rico, rico!
Yo entiendo que con estos cupones no pueden dar el mega menú porque no les sale a cuenta, pero se supone que lo utilizan como reclamo para que pruebes el sitio y vuelvas, pero si lo que te dan es así, no tienes ganas de volver!
Aún así, le daremos la oportunidad de ir a cenar un día a la carta (aún recuerdo una torre de chuletas de cordero con patatas que sacaron a la mesa de al lado que aún me llaman en sueños, Olgaaaaa, Olgaaaaaa!!), además he ido de menú a mediodía y sale muy bien de precio y está bueno.
En resumen, Pipol buen restaurante de menú de mediodía y cenas a la carta, pero si no lo vas a hacer bien, no te metas en cuponcitos que pueden arruinarte la reputación!

íbamos por el centro y no teníamos pensado comer fuera, pero vimos este restaurante y me acordé que mis padres estuvieron no hacía mucho y me comentaron que no me lo podía perder; total que acabamos quedándonos a comer y que bien hicimos.
Nos comentaron que tenían un menú degustación para dos personas, y yo, la verdad, soy bastante reacia a este tipo de menús porque te acaban poniendo cuatro cosas y sales con hambre, por lo que preferimos probar un arrocito (para quién no lo sepa, soy adicta), en especial, un arroz a banda.
Tuvimos suerte de que no había mucha gente porque te recomiendan que lo pidas por encargo, pero nos lo pudieron hacer sin problema y tardaron unos 25minutos más o menos.
El resultado fue muy bueno, el precio por persona del arroz fueron 15 e (lo he comido igual de bueno un poquito más barato), pero sin pensarlo, conocimos un lugar nuevo y continuamos paseando por el centro.

Las pasadas fallas vinieron a visitarme unos amigos de Córdoba, y, además de hacer ruta turística no sólo por fallas sino también por Valencia en si, quería invitarles a comer paella de verdad, pero claro no era cuestión de traerme a mi padre el día de San José a que me hiciera la paella a mi casa. (Por si os queda alguna duda, SÍ, mi padre hace la mejor paella del mundo). (Dato para el que no lo sepa: en Valencia suelen hacer la paella los hombres).
Buscaba un restaurante en el que me dieran a comer paella, pero paella valenciana de verdad, no arroz con cosas, (Ajá). Mi madre me sugirió el Pipol, y yo me reí y le dije, «Pero si allí es dónde hacen las hamburguesas» pero lo que yo no sabía es que había otro Pipol, dentrás justo del Ayuntamiento, lugar idóneo para comer nada más ver la estruendosa mascletà.
Reservé (muy importante). Llegó el día y nos fuimos comer. Yo tenía un poco de miedo, porque ya se sabe, en algunos restaurantes muy céntricos al paellador, le llaman paella… ejem.
Bueno, al grano (anda que…) Resulta que de entrantes pedimos ensalada valenciana, con su lechuga, tomate bueno, atún cebolleta, muy buena mucho. Bravas, calamar a la plancha, tiernísimo.
Y nos sirvieron la paella. Oye, que sorpresa me llevé, ya la pinta era la que tocaba, y cuando la probé, pues lo primero que dije «Creo que esta es la primera paella que me como fuera de casa, que puedo llamarle paella» Sí, señor, estaba muy bien, en su punto, no sabía a avecrem ni nada de eso.
El restaurante es enorme, nosotros estábamos arriba, un poco caro, eso sí, peor mereció la pena, la verdad.
(Dato curioso: Cuando casi habíamos acabado la paella, mi pareja y yo nos peleábamos por comer el socarrat, y los de Córdoba se quedaron ojipláticos, porque ellos pensaban que eso se desechaba por estar quemado, Ah señores, el socarrat, bien hecho, es casi lo mejor de la paella).
Fin.

Menu bueno y economico. Servicio profesional .Muy centrico