Snack Attack

Rinconcito junto a la plaza de la virgen muy tranquilo. La terraza a la sombrita es una delicia. Obviamente no tiene una gran variedad de carta pero como cafetería lo veo ideal. El dueño muy majete.

«Snack Attack no es el laboratorio y viceversa», eso nos ha quedado claro. Pero no tiene nada que envidiarle, oiga. Porque pese a ser un local de dimensiones reducidas, tiene una terraza interesante. En Valencia somos muy terraceros, nos encanta y el clima lo permite. Así que aquí recalamos unas amigas un día en el que, lo reconozco, ibamos a la competencia y salimos encantadas. Porque da gusto ir a locales en los que los camareros se lo curran y oye, no tendrán lo mismo que los de al lado, pero tú pide por esa boquita que los cócteles de la carta se pueden variar al gusto del consumidor.
No es un lugar para los más sibaritas, todo sea dicho, pero oye, da para buenos ratitos y a un precio aceptable.
PD: Tienen un menú de comida para perros por 2 €. Vamos que si sientes la necesidad de salir con tu perro de paseo y tomarte algo puedes ir. Yo no lo haría pero poder se puede!

Literalmente, una esquinita digna de visita, junto a la plaza de la Virgen. ¿Qué tiene de curioso? Primero, que su local de un metro cuadrado –literal– está empotrado en medio de otro local mucho más grande, el Laboratorio, que ocupa la manzana y da a tres calles diferentes. Me costó comprender que se trataba de un bar aparte, pero cuenta con una pequeña terraza propia con cuatro mesas contadas.
¿Qué más? Que tú puedes tomarte un cóctel fresquito servido por un camarero muy simpático: mojito, daiquiri, caipirinha… todo abierto a las variaciones que te apetezcan; está bien que no sea el cóctel más grande, más sabroso, ni más currado que puedas encontrar en la ciudad, pero les honra el hecho de que en ese emplazamiento te cobren sólo 4 € por refrescar así la garganta. Y, bueno, también tienen opciones para comer algo.
¿Y, aparte de yo, quién se puede tomar un bocado reconstituyente? Pues ni más ni menos que tu perro, pues anuncia una pizarra que por 2 euritos te sirven una tarrina de paté con –gracias a las fotos testimonio de Noelia– galletitas de buey de regalo. Vale que los que tenemos peludo acompañante vital sabemos que una tarrina de ésas vale escasos céntimos, pero oye, sólo el hecho de que se hayan atrevido a ofrecer esta opción en una ciudad donde los perros son tan poco bienvenidos en los locales, les merece cuatro buenas estrellas.

Pequeño barecito que a simple vista destaca por tener un menú para perros. No he tenido la ocasión de ir todavia pero tengo muchas ganas de pasarme a ver que tal. Dado su originalidad pienso que se merece un hueco en Unilocal.He tomado la foto prestada del blog (
), cuando pueda añado una propia