Vici de Bici

Desde hace tres semanas soy madre primeriza. El chiquillo vietnamita aún no ha llegado, de momento estoy hablando de mi flamante bici de segundo culo. Como buena madre de estreno, sufro cada vez que la dejo atada a más de 10 metros y padezco en mis carnes cuando cae la gota fría y se le mojan los cuernitos en la terraza.
Lo que tiene no tener ni pajolera idea de un tema es que te sientes muy perdido; viene muy bien como rejuvenecedor natural, porque estrenar algo es como volver a ser menor e inexperto. Así estaba yo con una bicicleta en medio de la gran ciudad, cuando lo más parecido en mi haber fue una mountain bike hace 10 años por las cuestas de aquel pueblo sin semáforos. Así que vine a preguntar al gran chamán Unilocal dónde podía encontrar por el barrio alguien que me echase una mano, a ser posible con llave inglesa incluida: la pequeña estaba muy bien para el tiempo que tiene, pero tampoco quería partirme los piño (né)s por fiarme a ciegas de su anterior culo-​dueño.
Vine a hablar con este par de chicos tan simpáticos y les pedí una puesta a punto. De paso le añadí a la retoña un portaequipajes donde llevar los bultos ahora que me he divorciado definitivamente de las archipesadas bicicletas de alquiler y sus útiles cestas delanteras.
El servicio calmó toda mi ignorancia, por cercano y profesional, ya que me explicaron todo muy bien y asesoraron sobre lo que más nos convenía a las dos, nunca a ellos y su caja registradora (en serio: descartaron algunas incorporaciones más que yo tenía en mente e incluso me ofrecieron soluciones do-​it-​yourself). Al día siguiente pasé a por mi cornudita; desde entonces corre cuanto quiere, marcha cuando hace falta y frena en el momento preciso.
Dad por bautizada a una viciosa más para el club.

Decidí «aparcar» la valenbisi (horror donde los haya, por pesada y dura) y saqué mi bici de la comunión para llevarla a arreglar a algún sitio. La más cercana a mi casa es Vici de Bici. La llevé allí y me la pusieron a punto bastante rápido y muy bien.
Hace poco se me pinchó una rueda y la volví a llevar allí, y de nuevo, quedé contentísima.
Buen servicio y precio, rapidez y amabilidad máxima! Muy recomendable ;)

Esta tienda es lo mejor que podía sucederle al barrio.
Los dueños son muy profesionales y amables. Se nota que el mundo de las bicis es su pasión.
Son rápidos y bastante económicos.
Arreglan bicicletas y también las venden.
Hacía falta una tienda de bicis así en el barrio. Espero que sigan haciéndolo tan bien como hasta ahora y que tengan éxito suficiente como para abrir una tienda más grande. Ya se les queda pequeña.
Además, si tienes que esperarte un ratito a que te hagan algo, te invitan a un café en la panadería/​cafetería que hay enfrente, que es espectacular.
Enhorabuena por el increíble trabajo y los buenos precios. De momento, me seguiréis conservando como fiel cliente.