Basta Pablo!

Nos encontramos con un gran lugar para ir a comer y beber con amigos. Más que nada a comer.
Pero empecemos por el espacio. Basta Pablo ofrece un salón amplio con muchas mesas, que incluye una terraza con un sector climatizado para días de frío. Aun así, es recomendable hacer una reserva si el número de amigos es considerable o se trata de un evento especial.
La atención es de buena para arriba. Estábamos en la última mesa de la terraza y el servicio no sufrió por ello.
Basta Pablo ofrece cerveza artesanal tirada, servida en jarra, muy rica y fría. Si la noche se hace larga y los comensales son varios, simplemente las jarras no dejarán de llegar.
Nuestra mesa era numerosa y los platos que se pidieron fueron variados. Todos con una gran recepción. Desfilaron la hamburguesa Doble Lancha Colectivo (hacerle caso al mozo cuando dice que es para compartir), la Bondiola Braseada con puré de batatas, tacos de carne (pidieron dos personas y trajeron todo en una gran tabla con abundantes acompañamientos de cheddar, guacamole, crema agria y tabasco), y pinchos de pollo rebozados.
La primera característica de la cocina de Basta Pablo bien podría ser «abundante», en todos los casos. Pero además está bien cuidada, con buen sazón y gama de sabores. Hubo sin embargo algunos mínimos puntos flojos como el guacamole de los tacos o el punto de cocción de las batatas fritas que pedimos de entrada, pero que difícilmente tuercen la muy buena impresión que nos dejó este lugar.

Fui por primera vez a Basta Pablo el viernes. Nos pedimos la primo del día: tabla de milanesas más fritas y litro y medio de cerveza. Eran dos milanesas, una napo y otra fugazzeta, y la porción de papas bastante abundante. La birra era isenbeck tiradas. No estuvo muy rico, las milanesas medio duras y muy venosas, a diferencia de las papas que están muy ricas. Pero lo cierto es que era un precio demasiado accesible, todo por $ 250 y siendo dos no lo terminamos.
No fue la primer mejor experiencia pero volvería a probar otros platos.
El ambiente si es muy lindo y tiene una parte arriba climatizada.

Amó festejar los eventos más importantes en este lugar. La atención es genial. La comida abundante y los tragos están muy bien hechos. No podes dejar de volver. Y sobre no es para nada caro. La ambientación y música perfectos!!!

Una noche de viernes, pos fiesta de Unilocal en Chaco, caminando y entrando de lugar en lugar llegamos aca y sentimos que nos hablaban «Basta Pablo» y nos quedamos.
El lugar es realmente grande. Podés elegir mesa a la calle, interior techado, terraza, etc. Los precios muy económicos, había combos de comida y bebida, tragos happy hour, etc.
Podés pagar en efectivo o tarjeta si superan los $ 200.-
La atención muy buena y la pizza era tan rica que entre 2 la comimos toda y era enormeeee!
Volveré seguro.

Buen lugar para estos días calurosos, en el salón hay aire, sino tiene una terraza linda y mesas abajo afuera, hay una promo que viene una jarra de cerveza mas una picada y milanesas con papas fritas tamaño extra large! Éramos dos, comimos y sobro más de la mitad, muy bueno y todo por $ 250, también tienen cervezas artesanales, para repetir :)

Linda terraza para disfrutar de una noche de verano. Pedimos un sándwich y llegó 45min después (eso debe justificar que haya llegado quemado), con un pan gigantesco que nos ofreciwofn diciendo que era panini… Tan difícil es hacer un sándwich?
El maní que te regalan tenía gusto a viejo.
La cerveza bien, con gas y bien fría…

Fuimos anoche con un grupo de amigos, el lugar esta genial, el ambiente un diez. Pero lamento que tenga tan mala atención, entre la moza que parecía nueva y la lentitud para sacar lo que le pedíamos, no se puede rescatar a ninguna.
Nos avisaron que iban a tardar, pero nunca que los sandwichitos son enormes literalmente, y tuvimos que pedir que nos envuelvan a todos la mitad de lo que pedimos.
Cervezas livianas y ricas.
Buen lugar para ir con amigos, y más si consiguen lugar en la terraza.

La atención es malísima. Esperé tres años al mozo para que me dijera que ya no le quedaban jarras de cerveza, que solo me podía dar una pinta y que tenía el mismo precio. Dos lustros más tarde, me trajo la pinta. La tomé sentada en una silla incómoda y con una mesa que se balanceaba. Diez siglos después, me trajo la cuenta y me fui. No pienso volver más.

El lugar es extraño, pero interesante. La música estaba demasiado fuerte (los bares tienen que aprender a distribuir parlantes más chicos por todo el lugar y no poner solamente 2 gigantes que llenen todo el espacio).
Fui un sábado por la noche y desconozco si les faltaba personal o que, pero estuvimos 30′ para hacer el pedido. Otros 20′ esperando una jarra de cerveza. Lo más lamentable fue esperar unas papas y una ensalada que demoraron más de 1 hora en llegar (el pedido se realizó junto con la jarra de cerveza). Es destacable mencionar que desde el momento que las reclamé, demoraron solamente 2 minutos de reloj en traer todo.
Las papas no eran la gran cosa y la ensalada dejaba bastante que desear.
No suelo ser demasiado exigente con estos lugares, pero me parece que les faltaban jarras porque durante la hora y monedas que estuve esperando, solamente se acercaron a la mesa para pedirme la jarra (que todavía tenía cerveza).
Es una pena porque cuando entré al lugar estaba entusiasmado al igual que el resto de los comensales.

El lugar: La ambientación es rara pero linda, tiene varios niveles y una terraza. Suena mayormente jazz.
Comida: No he visto sandwich de hamburguesa más grande, es para compartir mínimo entre dos personas. La porción de papas fritas también es generosa.
Bebida: la birra artesanal es rica pero solo tenían en porrón y tirada solo había Isenbeck.
Atención: muy buena.
El bajón: solo aceptan pago en efectivo.

Habíamos reservado una mesa para 20 un viernes a la noche, y por suerte nos ubicaron en la parte techada de la terraza que nos protegió un poco del viento frío que no esperábamos. Lo malo es que no se veía nada (había solamente tres lamparitas adentro de unas esferas de mimbre) y que en vez de una mesa de 20, eran dos mesas de diez.
Al principio fue medio confuso, nos tomaron el pedido (una de las meseras que no entendía mucho español y se le complicaba responder nuestras preguntas o entender lo que pedíamos) y luego vinieron a avisar que no lo procesaron para ofrecernos una promoción, que de paso no demoraríà la cocina.
Nos sugirieron que, si los 20 estábamos de acuerdo, aprovechar que por $ 250 por persona teníamos una picada, pizza libre, y jarras libres por tres horas. Como es bastante difícil que 20 personas se pongan de acuerdo, terminamos pidiendo cada uno lo que quería, con muchos platos para compartir, y terminamos gastando más o menos eso de todos modos, con comida que sobró.
La picada es enorme, está bastante bien con la variedad de cosas que trae. La pizza que ofrecen no está buena, es comestible, pero nunca iría a comer una pizza así si no fuera una ocasión social donde hay más variedad de comida. La otra mesa del grupo devolvió una pizza porque llegó media hora tarde de lo prometido, cuando ya decidimos empezar a retirarnos. Los sandwiches, ENORMES.
Las jarras están bien, cada una está $ 200 y rinde como cuatro o cinco vasos. El lugar se llena mucho, por lo que hay mesas muy cerca unas de las otras. Las escaleras son amplias pero cuando sube o baja un grupo grande puede ser caótico. Yo entiendo que la onda sea armar un buen ambiance, pero si te dan el menú y tenés que sacar el celular para iluminar con el flash porque no leés nada, no da.
En la entrada creo que vi un cartel que decía efectivo solamente. Bajón eso.

Un buen lugar para ir a probar cerveza artesanal (la rubia es riquísima), con una decoración muy llamativa, tres ambientes y una linda terraza ideal para estos días de calor y poder apreciar el cielo en su esplendor. No probé la comida, pero las porciones se ven gigantes, así que es un punto adicional, y sirven hasta tarde, cosa que no encuentras en todos los lugares de la zona. Muy pero muy buena música, al volumen adecuado para poder charlar. El lunar del sitio es que se llena demasiado, y a mi parecer quedan cortos de personal, por lo que la atención termina siendo muy regular, poco personalizada y demoradísima.

Buena ambientación, tanto en su iluminación como en la música que pasan… Mayormente jazz.
Una amplia barra de tragos, no tiene variedad de birras.
No probé la comida

Este lugar tiene un gran punto a favor, sirven comida hasta bien entrada la madrugada. Yo caí tipo 2 de la mañana y cuando me fui, dos horas más tarde, todavía te servían una pizza si querías.
Ahora, creo que ese es uno de los pocos puntos del lugar. Obviamente esta bien ubicado, y tiene wifi que funciona. El fernet estaba bien hecho y los precios son más o menos standard por la zona.
La atención es bla, quiero decir, las chicas no le ponen onda en especial. Las mesas están muy pegadas en la planta baja y los baños estaban bastante olorosos.
La comida bueno, normal, dejaba bastante que desear si consideramos el precio palermitano que pagamos. All in all, no hay chance de que vuelva, les juro que prefiero pasar por el quiosco y comprarme unas frenchitas.

Buen local para ir a tomar en cantidad. La entrada llama mucho la atención, con esa decoración llena de palets y luces de navidad ubicadas estratégicamente, dandole un aire de locación de video de música con jóvenes en Brooklyn (forma larga de decir ‘hipster’?).
El lugar es bastante ruidoso y se llena bastante. Tiene una muy buena terraza, pero que en estas épocas queda un poco desaprovechada salvo para los más resistentes al frío. La oferta de bebidas es normal, con precios dentro del estándar, pero es destacable que tienen varias jarras típicas para ir en grupo (fernet, mojito, etc.). Hay que ser sincero: la jarra de mojito vino con un exceso de jugo de limón, pero un poco de azúcar lo equilibró.
La atención es aceptable, pero en un día concurrido por ahí tenes que andar haciendo señas para que te atiendan.

Genial terraza! es lo primero que me sale decir, porque la verdad, es lo mas aprovechable en estos días. Un lugar al aire libre, que este bien musicalizado y que te corra el vientito (y quizás te piqué algún mosquito).
La terraza no lo es todo. Tiene un salón amplio y una barra interesante. Yo fui un día de semana y no lo vi lleno, pero el mozo me brindo su testimonio y dice que se llena (por lo tanto, ir temprano!).Adentro hay una pantalla gigante en donde estaban pasando los partidos de la copa libertadores (dato de color para los amantes del fútbol).
La propuesta gastronómica esta muy bien por el tamaño de los platos. Es generoso, abundante y rico. Nos armamos una picada con varias entradas y en general, todo estaba muy rico (los bastoncitos de muzarella con aderezo de mostaza me coparon). Después de 3 horas nos animamos a postre y ahi debo decir que «no no no!». El tan temido volcán de chocolate era cualquier cosa menos volcán, pero a decir verdad, no esperaba que sea bueno.
La atención de los mozos es fantástica. Super atentos todos y muy predispuestos.
Luego tiene una carta de tragos amplia: los básicos y un poquito mas. Algunas versiones en jarra que están bien. Pero a mi gusto, solo hay una cerveza y no es de la que a todos nos gustaría. Me da la sensación que para el espacio que tienen, al menos 4 ofertas de cerveza debieran tener, y por eso restan puntos.

Gracias al dato de una amiga salidora dimos con este bar de Palermo que ofrece tres grandes beneficios: una hermosa terraza, platos abundantes y precios increíbles para la zona donde se ubica. Claro que la voz se hizo correr y para conseguir mesa es casi requisito indispensable reversar con anterioridad.
Fui en dos ocasiones y en ambas oportunidades me trataron muy bien. La primera pedí un sandwich de pollo -¡gigante!- y la última un plato de palta con mariscos y un teriyaki de pollo. Ricos y frescos, aunque un poco falto de condimentos o sazón, como bien dirían en el Caribe. A los camareros les encanta la reacción de los comensales cuando reciben sus platos y se admiran del tamaño y a mí me da gracia que lo celebren, ¡bien hecho!
La música es agradable y acompaña sin aturdir, los tragos también se lucen. Si van varios y les gusta beber pueden aprovechar y pedirlos por jarra, al igual que la cerveza. Hay una pantalla grande adentro para quiénes gustan de ver fútbol mientras cenan, yo prefiero las estrellas del cielo (sí, soy una romántica incurable). Definitivamente vale la pena conocerlo, ¡y volver!

Increibles precios. Lindo ambiente, terracita muy copada y mucha onda. La comida super bien, rabas al punto justo, bastoncillos de muzzarella sabrosos, tragos sabrocisimos y con buen alcohol. Porciones super generosas. Ideal para grupo de amigos. Clap clap clap nunca defrauda.

Este lugar estaba bárbaro hasta que se archimegapopularizó y explotó de gente. La verdad es que tiene precios muy buenos para la zona. La bola se fue corriendo y hoy puede ser que vayas y no encuentres una mesa libre a pesar de su gran salón.
El lugar tiene dos pisos, el salón de la planta baja y una terraza ideal para el verano. Es el típico lugar para ir con amigos y hacer base antes de recorrer bares. No lleves a nadie en plan romántico. Hay mejores lugares y acá el ambiente no da para eso.
Uno de los puntos fuertes de este lugar es que la cocina sigue abierta hasta muy tarde. uno de los puntos flojos, es que la variedad de platos no es muy extensa. Pero de alguna manera esto se compensa para que la experiencia siempre sea positiva. Eso si, andá con paciencia porque los pedidos se pueden demorar bastante, tanto por los mozos que tardan en atender como por la cocina que tarda en prepararlos.
Un lindo lugar para arrancar o terminar la noche.

Basta Pablo! queda en pleno Palermo Hollywood y es una buena opción para tomar unas cervezas o picar algo no tan caro en un lugar más calmo que bares cercanos como El Único o Sonoman.
El bar tiene una disposición interesante, con un gran salón en la planta baja, un balcón más íntimo y una gran terraza ideal para noches cálidas.
La variedad de platos no es amplia, pero todos están preparados con esmero y dedicación.
Las promociones combinadas de bebida y comida que se mantienen hasta altísimas horas de la noche son una gran oportunidad para aquellos que se olvidaron de cenar. Preguntar por los nachos con guacamole, cheddar, picante y jara de cerveza a $ 100.
Para los que no les alcanza con la cerveza y los nachos, pueden consultar días y horarios en los que se presentan shows de stand up.
Para todos los que alguna vez nos preguntamos por el nombre… Algunos dicen que el tal Pablo en cuestión es Picasso, otros sostienen que es Aimar, hay quienes señalan a Pablito Ruiz, y tampoco faltan aquellos que apuntan a Pablo Granados o hasta a Pablo Mármol. Sea quien fuese, sigue siendo un misterio lo que se le pide al pobre Pablito en cuestión que deje de hacer.