Sonoman

Buenos tragos y muy buena música, ideal para venir con un grupo de amigos. La ambientación es excelente en cada detalle al igual que la atención y la calidad.

Un poco carito, pero el lugar es muy lindo. Tiene un salón cubierto, unas mesas al aire libre y un patiecito al fondo divino, con una barra y muchas plantitas. Me gustó especialmente por esto.
Festejé acá mi cumple pasado (no el último). Me reservaron una mesa enorme con muy poca anticipación. Me dejaron llevar mi torta y me la guardaron en la heladera, lo cual estuvo muy copado.
La comida y los tragos son variados y muy ricos. La contra: es bastante caro.

Llegue a Sónoman escapando de la lluvia un sábado a la madru, buscando un lugar donde no mojarme y donde poder tomar una birra más.
El lugar estaba a medio llenarse, buscamos ubicación y ya teníamos la carta en frente (la atención fue realmente muy rápida) si bien la oferta de birras tragos es amplia, nada muy fuera de lo normal. Da la sensación de barsucho por dondequiera que lo mires pero a la hora de ver los precios CARISIMOS!
Me pedi una warsteiner tirada la cual vino en un vaso común, muy lejos de ser una pinta y muy por encima de los precios de pintas (incluso artesanales) de la zona.
La frutillita del postre: luego de preguntar «me traés maní o cualquier cosa para picar» me responde NO TENEMOS, NO TRABAJAMOS MANI.
Chau Sónoman, nunca más.

No he tenido buena experiencia cenando. Pero si está bueno como bar. El
Patiecito con barra es ideal para el verano.

Fui un sábado con amigos, después de tomar algo en Temple Bar. Eran las 2 am ponele y queriamos recambio.
Nos hicieron hacer cola afuera, aunque había bastante lugar adentro. táctica básica. pero por suerte entramos en 5 min.
El patiecito de atrás estaba bastante lleno pero con gente copada y buen ambiente! si entras a esa hora es para estar parado con un trago en la mano y charlar y mirarse. tome un mojito, muy rico, buen ron!
La música era mala, era tipo de ambiente, o de ascensor. no se. era ruido. una pena pero creo la idea es generar charla afuera.

Sonoman es un barcito palermitano que está bueno, pero no es más que eso. Tiene unas cuantas mesas adentro, pero lo que más garpa es el jardín que tiene afuera en el fondo, el cual tiene barra propia aparte de la principal que está en la entrada del lugar. No es de los mejores bares para ir a tomar un trago, pero en sí zafa bastante.
El problema es que los fin de semana se llena completamente y es imposible tan solo pensar en transitar afuera –que es la parte que realmente está copada-​, en tanto que por dentro también es medio un quilombo y la verdad que la música –generalmente alta– no deja entablar demasiada conversación. Es de esos lugares que tienen más pinta para salir de joda que para ir tranqui a degustar de una buena bebida, aunque –a veces– resulta tan caótico que no sirve ni siquiera para eso. Es de esos bares lindos que supieron ser copados, pero que ante cierta popularidad se volvieron (casi) imposibles.

El finde fui por primera vez a este bar, y la verdad es que estoy dispuesta a reincidir.
Si bien la entrada es medio incómoda, con un pasillo largo y angosto, no apto para gente que se para en sus laterales –como siempre sucede en todos lados!-, tiene en el fondo un patio con una vegetación muy linda, que me recordó a The Temple.
La música fue variando con el transcurso de la noche, y fue bastante variado: escuché alguna que otra canción de rock hasta The Killers.
La gente: tipico varieté de Palermo, hay para todos los gustos.
Me encanta esta onda de bares con vegetación abundante, que me hacen olvidar por un ratito que estoy en pleno Palermo, en el medio de La City Porteña.
Peeeero, lo mejor de todo son los precios, y acá es donde le pasa el trapo a The Temple: habia tragos por 50 pesos, no existe! Lo malo del tema drinks, es que pedir tragos que se preparan con licuadora –de esos que nos gustan a las chicas!- hay que ir a la barra de adentro, o sea, hay que cruzar de nuevo ese laaargo trecho que separa la bella vegetación del fondo con el salón de la entrada, 2 veces: una de ida, y obviamente, otra de regreso: porque si te compraste un trago, seguramente quieras disfrutarlo bajo la frondosa copa de un árbol del fondo.

Sonoman: es como un outlet de gente. Entras y todo es un desastre, tenes que revisar, revisar un poco mas y podes encontrar buenas cosas.
La música es clásicos del rock, esta bueno porque no hay muchos bares en donde podes encontrar esta música. La barra es normal, la gente suele tomar cervezas y mojitos. Es un lugar de fin de semana, edades de 20 a 35, ambiente bastante informal. La entrada no es exigente pero respetan las capacidades permitidas.
Lo mas importante, hay buena onda en el lugar.
Si no sabes adonde ir, Sonoman es un buen lugar para pensar y tomar esa decisión.

Desde que una amiga festejó su cumpleaños en Sonoman que lo tengo como un bar copado, sobretodo para ir los días de semana porque viernes y sábado suele haber cola en la puerta para pasar. En las noches de verano es ideal porque tiene un patio muy amplio en donde se puede charlar y tomar algo esuchando unas músicas ochentosas que te hacen mover las patas automáticamente. Si caes cerca del cierre se pone un poco aspen classic. Hace poco volví con dos amigas y nos sentamos en un patio cerrado, donde permiten fumar, en unos sillones muy cómodos y nos atienderon barbaro. Es más, nos vieron buena onda y nos regalaron unos tequilazos. Los tragos no son la novedad, pero los hacen ricos. Los precios están masomenos como en cualquier bar de la zona. Todavía no fui a comer, pero se que sirven tapeos. El público es jóven y sobretodo suele haber muchos grupos de chicos de 30 y pico de años

Esta antigua casa refaccionada tiene en su fondo uno de los jardines más lindos que podés encontrar. Pero empecemos por el principio. La entrada algo estrecha da paso a un ambiente en ele donde se encuentra la barra. La música alta le da su tono al lugar y la carta de bebidas se vuelca por la coctelería tradicional, completa y con una o dos sorpresas.
Sónoman también es un prolijo restaurante con poca variedad pero lo que tiene es muy rico. Unas picadas, tapeos fríos o calientes, lomos, pollos y algunas pastas. Pero lo que a mi me voló la cabeza fueron las papas Panoramix, que vienen con molleja. ¡Oh, si!
Al costado del primer ambiente un lago pasillo cubierto y con mesas (donde se prolonga la acción de la barra) da paso al patio. En este podemos encontrar a veces un DJ pasando música y mucha gente parada disfrutando de sus tragos. Dependiendo del díà la cantidad de concurrentes puede ser mucha, pero mucha.
Después de cierta hora la música sube mucho su volumen y las charlas se dificultan. Es entonces cuando se da todo el movimiento social y la gente abandona las mesas para relacionarse. Es genial para estar con un grupo de amigos y acercarse a otros. Si tenés entre 20 y 30 años, no te lo podés perder.

¿Qué vuelve especial a un bar en un barrio donde se los encuentra uno junto al otro? Quizás Sonoman tenga algunos puntos que le permiten despegarse del resto. Al fondo, un buen patio al aire libre, lleno de gente (promedio de edad: 30 años) con ganas de tomarse unos tragos y divertirse mientras escuchan rock de los ochentas y noventas.
Adelante, un ambiente cerrado para picar o tomar algo. Buen ambiente y precios accesibles para la zona (los tragos oscilan entre los $ 40 y $ 50).
Sonoman es, quizás, un lugar ideal para hacer la «previa» para aquellos que prefieran terminar la noche en un boliche; también, porqué no, para pasar un rato para aquellos que no se entusiasmen con los grandes boliches.
De cualquier manera, la propuesta más consistente de Sonoman pasa por su buen ambiente, lo atractivo de su decoración, y un buen patio para conocer gente y escuchar música.