Cafe Margot

Un clásico de Boedo con muy ricos sánguches y buena atención. Mi favorito: las meriendas abundantes con tostones de campo y mermelada artesanal de arándanos. Buena relación precio-​calidad. Recomiendo buscar mesa adentro.

Me gustó la atención de la
Moza, la tortilla y la cerveza bien fría que tomamos.
Agradable!

Además de ser uno de los bares notables, es para mi un lugar de referencia. Lugar de encuentro con amigos desde el tiempo de la adolescencia, nos ha recibido para tomar una cerveza solamente, o cenar, o acompañar la lectura solitaria de un buen libro con un rico café.
El ambiente bohemio invita a viajar a otro tiempo, cuando las calles del barrio no estaban inundadas de tanta gente. Sentarse en una de las mesas que dan al pasaje San Ignacio un día de lluvia, es un plan genial para una tarde melancólica. Si a primera vista parece lleno, no olvidar que detrás de la barra hay otro salón donde puede estar esperándonos una mesa libre.
Mientras tanto, el sandwich de pavita o unos ravioles a la crema son una excelente opción para los que van con hambre. Las picadas también son muy recomendables.
La atención siempre es muy buena, con mozos experimentados (algo que valoro muchísimo). Si elegiste ir a última hora, puede que la señal para levantar campamento sea el hecho de que comienzan a poner las mesas sobre las sillas y se disponen a limpiar el lugar.
De los bares de Boedo, que se encuentran en esas dos o tres cuadras, es por mí el más recomendable.

Le pongo 3 estrellas porque es un bar notable y siempre es copado parar en este tipo de lugares. Pero en realidad no es muy diferente a otros notables en cuanto a oferta de comida, tiene lo mismo que se puede encontrar en El Federal o La Poesía. La arquitectura también es típica: piso en damero, mesas y sillas de madera y adornos viejunos. Es chico y suele llenarse.

Hermoso lugar, la atención es excelente. Es tranquilo y es uno de los lugares más emblematicos de Boedo, pero no tiene opciones vegetarianas.

En la mítica esquina de Av Boedo y Pasaje San Ignacio está Margot, uno de los cafés notables de Buenos Aires. Apenas entrás un cartel grande reza: «Los creadores del sandwich de pavita», y si vas ahi TENES que probarlo porque SI.
La historia indica que en esa esquina estuvo Trianón durante un tiempo y ellos fueron los «inventores». Es más uno de los tantos carteles que adornan el interior es el de chapa que estaba en la calle anteriormente.
Luego Trianón se mudó a mitad de cuadra sobre el Pasaje (nota de color: en ese lugar festejé mi comunión, sisi alguna vez fui buena y santa) y desde ese momento la esquina fue Margot.
La cosa es que estos dos comercios se disputan la creación de tan rico sandwich. En la carta, Margot tiene tooooda una sección que se refiere a los de pavita, hay en escabeche en todas sus variedades, comidas elaboradas y obviamente todo lo de cafeteria.
Son muy buenos los tostados, cualquiera sea, y la otra vez pude probar lo dulce y los brownies y medialunas se llevan aplausos.
Si hace calor o el tiempo está lindo no hay que dudar y sentarse en la vereda, es clásico ver los fines de semana mucha gente esperando para tomarse una cervecita con los tan mentados sandwich de pavita.

Me gustó mucho Café Margot.
Es una clásico de la zona que no conocía y vale la pena conocer !
Tienen cerveza artesanal de tres variedades: rubia, roja y negra.
Tome la roja y me gusto mcuho. Pedimos la picada gran margot que viene con tortilla fiambres varios y abundante pan.
Vale la pena ir… lo que si ir temprano o con ganas de esperar porque cuando salimso estaba llenisimo y con espera

Un clásico de boedo con aires de bohemia, es una parada obligada para quienes salen del teatro, picar algo con una rica cerveza. Tip! Tienen cerveza artesanal en 3 versiones clásicas. Buena variedad de picadas y no irse sin probar una tremenda tortilla española. Los precios son razonables, promedio de gasto una picada para 2 y una pinta de cerveza $ 150.

Café Margot es un bar tradicional del barrio de Boedo, ubicado en la esquina de Boedo y el pasaje San Ignacio. Tiene una ambientación cálida, con mesas y sillas de madera, estantes llenos de botellas e imágenes en todas las paredes, que te hacen viajar al pasado.
La carta tiene una amplia variedad de comidas, de la que se destacan los sándwiches (se especializan en el sándwich de pavita al escabeche), las picadas, y la tortilla de papa española. Si conocen los otros «Bares Notables» de Buenos Aires (como El Federal, o el Bar de Cao) se van a dar cuenta de que la carta se repite, con algunos cambios de nombre: acá la picada «Gran Cao» es la «Gran Margot», por ejemplo.
Tienen cerveza artesanal de elaboración propia, muy buenas. El otro día fuimos con amigos y cuando pedí el mozo me dijo «no querés que te traiga un poco y la probás antes de pedir?», a lo cual respondí que me gustaba su cerveza, que la trajera de una. Estaba ácida. Evidentemente ya lo sabían y no deberían haberla vendido. Pero las otras veces que la tomé, estaba muy buena. Así que ojo si el mozo les dice algo por el estilo.
Se suele llenar todos los días de la semana, especialmente en verano. No esperes caer a las 9 de la noche y encontrar lugar.
Es una parada obligada para ir a picar algo con una cervecita en mano. Se los recomiendo!

Intenté en varias ocasiones cenar en Margot y el sábado pasado después del teatro finalmente lo logré, aunque tuve una experiencia ni fu ni fa.
Estaba realmente hasta las manos, los mozos tardaron un montón en atendernos, no les quedaba cerveza artesanal y tuvimos que pedir que recalentaran la tortilla de papa. Sin embargo todo lo que comimos estaba rico, quiero volver y darle revancha.
Un dato que considero importante: solo aceptan pago en efectivo.

La cerveza medio caliente, ofreciendo solo dos marcas para la opción de litro. Hay cervezas artesanales, de las cuales probé la roja, sin deslumbrarme. Lugares a pocas cuadras ofrecen mucho mejores opciones artesanales.
Las picadas son de buena calidad pero escasas para el precio. Traen 3 panes para una picada y cobraron 9 pesos por una nueva panera.
Tienen mucha variedad de fiambres y sándwiches lo que puede ser llamativo para los que busquen combinaciones nuevas con distintos tipos de pan. La pizza es mediocre: una especie de prepizza de molde con queso cremoso.
La ambientación interior guarda un estilo de los años 40 mezclada con pinturas contemporáneas y linda iluminación que es lo más destacable del lugar. El espacio es reducido lo que dificulta charlar libremente. En el exterior se pierde la ambientación.
La atención deja mucho que desear aún con poca gente. Sin dudas no es la mejor opción de la zona.

Me acerque al café Margot despues de que le hicieron su (mala?) fama con los sandwiches de pavita, y toda la mistica que gira en torno a esa interna en Boedo. Aprovechando que no es algo tan comun disfrutar un sandwich de pavita en estos dias, decidi pedirme uno para llevar.
El local en su interior es muy pintoresco y hasta hay libros a disposicion de quien tomar uno y sentarse horas a leer y tomar algo. Ahora bien, pedi el sandwich «completo», el pan tipo arabe estaba sin tostar y/​o calentar, apenas se veian los pedazos de pavita totalmente secos, una rodaja de queso sin derretie y una de jamon. Me parecio algo desabrido y decepcionante que eso valiera tan caro, y no le hiciera ni un poco de merito a la fama que tanto ostentan en sus carteles. Habra que probar en su principal competidor, que tambien se precia de ser el inventor del autentico sandwich de pavita y desterrar de una buena vez el mito de Boedo!

Uno de «Los Notables» porteños. Los «creadores del sandwich de pavita» según dicen ellos. No se si serán ellos o el local de al lado que tb se adjudica esta creacion.
La verdad tampoco me interesa tanto. Yo sigo yendo a Margot porque me gusta. Y MUCHO. He probado ya varias cosas de la carta y ninguna me defraudó.
Obviamente, hay que probar alguna de las muchas variedades de sandwiches de pavitas y otras clases y/​o las picadas que son muy completas y muy ricas.
La ultima vez que fui probé unos raviolones de pavita con salsa Rossé geniales! Cuando vi llegar el plato con esas 6 piezas pensé que me habia quedado corto, pero la verdad es que eran una bomba, super rellenos y muy ricos.
Para tomar siempre tomé la cerveza artesenal que hacen ellos mismos, hay un par de opciones muy buenas (recomiendo la roja).
En cuanto a los precios, creo que están mas que bien por lo que ofrecen, tanto en calidad de la comida/​bebida y el servicio.
Tener cerca de casa CafeMargot es una de las cosas que más me gustan de mi mudanza a CABA.

Café Margot es uno de los bares típicos e históricos de Boedo. Ubicado justo en la esquina de Av. Boedo y San Ignacio; su interior mantiene el aspecto de bodegón porteño original, mesas y sillas de madera bastante añejas pero que hacen al encanto del lugar, entrar a este Bar Notable es casi como viajar en el tiempo. En las paredes hay cantidad de cuadros de avisos vintage y pizarras con las especialidades, entradas y sus precios. El menu tiene gran variedad de comidas no muy elaboradas pero si muy deliciosas, destacan las picadas, diferentes tipos de sandwiches y pastas caseras. Los precios son accesibles y acordes a la calidad de sus productos. La atención es muy buena. El bar cuenta con wifi. También hay mesas en la vereda aunque para mi gusto personal es preferible comer adentro: por la ambientación original y porque en toda la zona de la avenida donde hay mesas de bares suele haber cantidad de palomas muy molestas a la pesca de comida (casi como aves de rapiña), suelen avalanzase sobre las mesas vacías. Es mi lugar preferido sobre la avenida y lo recomiendo.
PD: para destacar el sandwich de atún en pan negro y la mini tortilla.

Linda y clásica esquina de Boedo, con aires típicos de café porteño.
Fuimos por la recomendación de una amiga que vivió en el barrio hace más de veinte años, y nos dijo que probemos las picadas.
Tienen picadas muy generosas y a muy buen precio. Comimos entre dos la picada «Gran Margot» que tranquilamente alcanzaba para tres o cuatro agregando alguna cosita. Costaba alrededor de 150 pesos.
La moza nos malentendió y nos trajo una que se llamaba Margot a secas, pero no tuvo en problemas en cambiarla cuando lo notamos, incluso después de haber empezado a comerla. Así que debo destacar la buena predisposición.
Siempre hay gente, pero también lugar. Es una esquina piola para sentarse afuera.

Un tradicional bar del barrio de Boedo que mantiene la arquitectura y el diseño del antiguo y tanguero barrio. Las picadas generosas y no olvidar de la rica cervecita que las acompaña.
Linda esquina para compartir en una tardecita de verano

Nice place to meet, quiet and not noisy at all, excellent coffee. Has a simple décor and very good service. Is located at the corner of San Ignacio and Boedo. Traditional in Boedo.

Un lindo lugar para hacer una parada y comer una picada, no porque sea particularmente rica o abundante sino porque el lugar es muy tradicional de boedo y tiene cierto aire a historico.

Por la zona de Boedo hay varios bares típicos y con historia. Margot, es uno de ellos
.
En la puerta tiene un cartel que dice: «En esta tradicional esquina en la década del ´40 se inventó el sándwich de pavita» y tengo que decir que todos sus sándwich son exquisitos y abundantes.
Ni bien lees la carta no sabés cuál pedirte porque todos traen alguna exquisitez que no querés perderte de probar. Además cuenta con platos como ravioles de pavita con fileto, salchichas con chucrut, buenas tortillas entre otros.
La decoración es tradicional pero cálida, con sillas de madera, cuadros en su interior y un piso clásico de aquella época de cuadrados blancos y negros que es una belleza.
Los fines de semana, que suele haber mucha gente, tardan en atenderte y si estás famélico de hambre no está bueno, pero como después te traen esos sándwich que parecen torres, se aliviana el mal humor y todo pasa.

Cuentan los historiadores (me refiero a viejos vecinos del barrio) que en la esquina de Boedo y pasaje San Ignacio, Sanguchería Trianón inventó el famoso sánguche de pavita. Luego se mudaron a unos metros, allí abrió Café Margot y se quedó con la fama.
En resumen, Margot dice «aquí se inventó» y Trianón «nosotros lo inventamos». Los dos tienen razón pero el tiempo consagró al primero y ahora Margot es famoso un Bar Notable que mantiene intactas sus tradiciones.
Mozos de los de antes, que saludan con la mano o un beso y por el nombre a los clientes, soda en sifones, sidra tirada y una carta muy extensa dónde lógicamente predomina la pavita.
Traviatas (¡galletitas con fiambre!) sanguches (entre los cuáles hay una página entera para la pavita en escabeche y otra para el blanco de pavita), pollos, hamburguesas, milanesas, pastas, algo a la parrilla, supremas, tortillas, omelettes, etc.
Las mañanas son de los viejitos. Pero los viernes a la noche se juntan muchos grupos de amigos en búsqueda de las picadas que también son buenísimas.
Como en todos estos bares, el café suele estar quemado y soso, pero venís por otros motivos.

Café Margot se disputa la invención del auténtico sandwich de pavita con Trianon, la pizzería vecina. Y por si quedaban dudas de su especialidad su menú dedica 7 páginas a los sandwiches. El blanco de pavita y la pavita en escabeche son las reinas del lugar, se las puede pedir al plato o en pan francés, negro, árabe, pebete, miga o casero. Eso sí: asegurate de tener un servilletero cerca porque al escabeche no le falta aceite.
La pavita también está presente en picadas, ensaladas y pastas. Pero ir y no probar la tortilla de papas con chorizo y los chopps de cerveza artesanal de elaboración propia sería un pecado imperdonable.
En 2003 fue galardonado como Café Notable de la Ciudad de Buenos Aires y los mozos deben sentirse demasiado orgullosos porque a veces tratan a los comensales con desdén, como haciéndoles un favor. Hay mesas dentro y fuera del local pero cuidado con las palomas que bajan como misiles a comer las migas de la vereda porque asustan a más de un turista distraído.
En el segundo piso se encuentran el Espacio teatral Boedo XXI y la Biblioteca Lubrano Zas, de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo. Además, hay muestras de pintura y fotografía, charlas con artistas y programas de radio en vivo. Que no te pase como a mí, que pregunté si había alguna revista para hojear mientras almorzaba y me señalaron la biblioteca…¡Jaja!
Abierto de lunes a domingo, desde las 8 de la mañana hasta el cierre. Llevá billete porque sólo aceptan efectivo.