Voy desde hace años y con mi marido siempre estamos contentos de volver. Es el lugar donde saben tu nombre y se acuerdan del plato que te gusta. Cusi, la dueña, es amorosa y su comida(ofrece opciones de brunch, almuerzos o merienda, algunas van cambiando según el fin de semana) tiene siempre mucha onda. Entre los clásicos, los bagels son muy buenos, las mermeladas de hibiscus, y la torta húmeda de chocolate, que es imprescindible. Sin embargo, es necesario advertir que Cusic no es un lugar para ir por algo rápido: siempre se toman su tiempo, así que lo mejor es ir relajado, con algo para leer o con amigos o familia para charlar sin apuro. Tampoco conviene llevar a gente que espera un servicio tradicional, con panera, servilletas de tela y carta de vinos. Algo que para nosotros es muy importante: sin ser uno de esos antros nefastos con pelotero, es un lugar apto para ir con niños, son bien recibidos, hay patio para que circulen libremente y hay silitas altas disponibles para ellos.
Flor F.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Siempre volvemos, siempre disfrutamos. Ir a comer el viernes a la noche o a merendar es un placer. Ideal para llevar un buen libro y disfrutar el patio en el verano o la chimenea en invierno! Ademas, Cusi suele dar clases de cocina en el lugar en las que comparte el amor que tiene por lo que hace y te deja conocer los secretos de su riquísima comida.
Yanina G.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Mejor chocotorta, mejor limonada y mejores scons(recién horneados) de Buenos Aires. El lugar es cero pretensioso, te sentís como en una linda casa de campo y te invita a quedarte porque es muy tranquilo; la música ayuda. En invierno las sopas son espectaculares. El bagel de salmón, queso blanco y eneldo es delicioso. Cuando tengas ganas de comida casera riquísima y de estar en un lugar bien cozy, Cusic es una excelentísima opción :)
Marianela A.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Cusic es una especie de casa familiar que funciona como restaurant y café. Para entrar tenés que golpear la puerta, te abren y ahí pasás a lo que sería el living de una gran casa donde están distribuidas las mesas. El ambiente es super relajado e informal y todo es super casero. Los menús, por ejemplo, son hojas de carpeta Rivadavia escritas a mano en pluma. El lugar se destaca por su variada oferta de sandwiches y cosas dulces. No tiene comida demasiado elaborada ni sofisticada. Generalmente son cosas que vos te podrías preparar en tu casa, pero están hechas con mucha delicadeza y todo sabe muy bien. Recomiendo las hamburguesas y el brunch(ideal para un domingo al mediodía, super chill). Los precios son normales y un detalle importante es que siempre suena muy buena música en el lugar.
Marina C.
Rating des Ortes: 4 Buenos Aires, Argentina
Cusic es una casa en palermo que abre sus puertas al publico para ofrecer opciones de almuerzo merienda y cena. Cusic es un lugar unico y solo apto para quienes van a buscar lo que este lugar ofrece que es por lejos muy especial. El ambiente es muy calido, amigable y familiar. Es un buen lugar para ir con niños o con tu pareja a tomar el te un domingo por la tarde. La comida es super artesanal y esta preparada en la cocina de la casa por los mismos dueños. Los platos son ricos y servidos de forma informal pero abundante. No hay muchisima variedad pero hay un poquito de cada cosa, un plato de pastas, uno con carne, etc. Los precios son super accesibles por ser un lugar en palermo. El servicio es simpatico pero no es bueno, los mozos son los dueños de la casa y atienden con su calidez que caracteriza a este lugar pero tambien con su falta de profesionalismo. Los dias jueves por la noche se ofrece un menu a la gorra, o sea que cada comensal paga por la comida servida lo que considera justo. Una idea super original pero en caso que no te guste el plato ofrecido puede ser un limitante. Lo mas recomendado: la porcion de chipa recien salido del horno.
Amanda M.
Rating des Ortes: 2 Buenos Aires, Argentina
Había oído mil maravillas de Cusic y fue la elección de una merienda de un domingo cualquiera. Ambiente rústico, con luces de navidad, cálido y perfecto para el invierno: es una caja — o se parece a una cabaña — atendida por los dueños que son bastante simpáticos. El menú viene escrito en una hoja de carpeta de la secundaria y a mano, lo que para la idea del lugar me pareció bastante tierno. Y la carta, obvio, es más de merienda que otra cosa. Lo que sí es que el ambiente posee dos perros chiquititos que conviven con los dueños en el lugar y por más de 4 veces se subían a las mesas y comían lo que quedaba de los platos de los clientes que ya se habían ido. No me pareció higiénico y me causó malestar. Pero seguí, en un momento me paré yo para ir al baño y uno de los perros se subió a la mesa que yo estaba y se lambió la chocotorta que recién me habían dejado. No fue una experiencia para nada agradable, después indagué a los dueños por los perros y me contestaron que ”eran los jefes de la casa”, salí y uno de ellos estaba en la cocina. Yo no tengo problemas con perros, pero me parece que hay limites para todo. Igualmente escuché decir que no es común que eso pasé allá y puede ser que justo en un día le dí mal, pero no me quedó una buena impresión.