Divino Nuñez

Ubicado a una cuadra de la estación de tren de Núñez y a unas pocas de Av. Libertador este pequeño pero acogedor bar/​restaurant se las ingenió para hacerse un lugar en un barrio donde no abundan las propuestas de menú de autor.
Entre sus platos principales destaco, la bondiola a la cerveza negra y miel con papas y la brochette de langostinos. Aunque tienen un menú bastante ecléctico que va variando todos los días según las nuevas propuestas del chef.
Es un lindo lugar para arrancar la mañana al sol, tomando un café en algunas de las mesitas que ponen sobre la vereda, ya que el barrio es bastante tranquilo (salvo cuando hay algún partido o recital en River).
Durante la noche el ambiente se transforma y las luces tenues que ponen sobre las mesas lo convierten en un espacio romanticón, ideal para ir en pareja.
Los precios si bien no son accesibles, tampoco te matan.

Divino Nuñez se define como «bistró de barrio». Es un restaurante pequeño y decorado bien simple, sin grandes lujos. Tiene unos estantes con botellitas de colores que aportan calidez, y baldosas que hacen acordar a los patios de las casonas antiguas. Pero, a diferencia de la mayoría de los lugares del barrio, trata de aportar un poco más de intimidad, sobre todo a la noche, cuando bajan las luces y las velas y lamparitas que colocan sobre las mesas crean un ambiente bastante romántico.
Las cenas suelen ser bastante elaboradas y van variando las opciones. Por el almuerzo se descontractura mucho y ofrecen menúes más bien simples.
La idea es buena, porque definitivamente faltan más lugares así por la zona. El problema es que con el tiempo fue decayendo y la propuesta no pudo mantener la calidad que ofrecía en un primer momento: la atención comenzó a ser dejada, los mediodías son un caos, y la comida ya no es tan buena.