Pony Line

Almorcé hoy y nos ofrecieron unas papas fritas de copetín caseras con dip de barbacoa en cortesía. Pedí la hamburguesa Pony Line (a $ 180) y una gaseosa (a $ 48). Te dan la posibilidad de elegir el punto de cocción de la carne, el pan tiene queso y las papas fritas son caseras! Volvería de noche para probar la carta de tragos. El ambiente es estilo estancia y con detalles de caballos por ser el dueño del hotel también el dueño de La Dolfina.

La mejor hamburguesa de Buenos Aires, sin dudas. Los tragos son riquísimos, la atención es un 10, el lugar divino, los precios bastante accesibles, como cualquier bar de Palermo. Recomendable 100%.

Una carta de tragos muy amplia, con opciones muy originales que llegan a incluir yerba mate. Pedimos un par de picadas para compartir y eran bastante abundantes y más que variadas.
Los precios, por estar dentro del Four Seasons son muy accesibles. He pedido un old fashioned por el mismo precio en un bar la mitad de bien puesto. La calidad del producto, el ambiente y la atención hacen que sea un claro ⁵⁄₅.
Hay que volver para probar la hamburguesa dry aged de Gaffuri.

Primero lo primero:
Fuimos dos parejas, dos pidieron la hamburguesa clásica y el veredicto fue: Espectacular, vale cada centavo.
El sándwich vegetariano es mas para disfrutar un medio día, en lo posible en la terracita, si el clima lo amerita. Como vegetariana que está intentando dejar el queso, me hubiera gustado alguna opción sin ello. Para veganos sólo hay un tapeo de hummus y algo más.
Los cócteles que tuvimos la suerte de probar fueron sublimes, excelente mezcla y por supuesto buena materia prima. Se nota la mano y la calidad de los productos que se utilizan.
La atención me pareció muy buena y correcta. La camarera Atenta y bien informada sobre la oferta de la carta.
Ah la carta –ahora me transformo en una señora de 106 años– la carta en sí como objeto es incómoda y, dada la poca luz, la tipografía muy pequeña. Bueno, nada, eso.
El lugar: es lindo y bien pensado por donde se lo mire. Buen gusto en cada detalle.
Atmósfera propia, me refiero a que no te das cuenta que estás en un hotel, cool, relajado y fancy a la vez.
No es caro, teniendo en cuenta que estamos hablando del Four Seasons.

Quiza esta no es la reseña que este lugar se merece, por eso quiero aclarar que fui solo por tragos y no comi nada del lugar.
El lugar es hermoso. En ningun lugar te van a atender de esa manera.
Mi problema estuvo en el trago Pileteiro, me lo recomendo la chica que nos atendia. El trago consiste en vodka, suavignon blanc, pomelo, naranja y menta. La mejor combinacion de todas. Pero el primero llego liviano, muy poco alcohol, el pomelo tapaba todo el resto. Al rato decidi darle una segunda oportunidad y fue peor esta vez no se si el barman se confundio pero el mismo trago tenia granadina cosa que el primero no.
Me dejo insatisfecha, es de muy buena categoria, pero no pueden hacer el mismo trago igual dos veces.

hamburgeeeesaaaaa diría Homero Simpson con baba que se cae de la boca cuando llega la Dry Age a la mesa y le entrás como si fuera la última cena!
Pony Line es el bar del Four Seasons y podrías asumir que te van a romper el totó y vas a comer como el totó como en cualquier bar de hotel. Nada más lejos de la verdad. Comerte un sandwich o hamburguesa por $ ¹²⁰⁄₁₅₀ pesos a la noche en un bar como éste en Buenos Aires es una ganga, y todo sale de la misma cocina de Elena, uno de los mejores restaurants de la ciudad. Entonces, es caro? Sí es plata, pero no es caro por lo que recibís.
Además tenés una gran barra, excelente atención, música, etc. para pasar un buen momento.
Definitivamente volvería

Imperdible comerse una clasica con un rico vino. La mejor hamburguesa que probe en Bs As!

Volví a probar la hamburguesa con amigos y la verdad excelente! $ 150 la Classic pony line y $ 240 la dry aged! La verdad vale la pena! El medallón de carne es muy rico y grande! Debe ser de unos 200 – 250 grs de carne y en todos y cada uno de los ingredientes se siente la calidad!
La atención como siempre muy buena y atenta!
El ambiente si bien es oscuro es propio de un bar y a la nochecita la rompe con el dj que va aumentando de a poco la música y ambientando el lugar!
La verdad lo súper recomiendo!
También probamos las slices de chorizo, vienen tres panes con rodajas de chorizo de cerdo y con Tuxtla selvática y una salsita increíble!
Los helados de Joaquín grimaldi son tremendos! Mi gusto favorito el chocolate con leche toffee, dátiles y african tea!
Un buen lugar para un after office o para disfrutar una noche con amigos!

Hamburguesas al nivel del lugar.
Con ingredientes precisos y bien seleccionados para cada una.
Todo muy bien logrado.
En esta ocasión yo probé la Dry Age de 45 días, el sabor suave pero intenso de la carne es esquisto que invita a la siguiente mordida. Junto con la BBQ y las papas que te sirven hacen del plato un éxito.
Después probamos los helados de Elena de Joaquin Grimaldi. Un postre que no deben dejar de pedir cada vez que van para el fourS
Bebidas bien logradas.
Un excelente ambiente para ir con amigos o pareja para disfrutar buena música, tragos y comida.
Recomendable 100%

Tremenda, única, sublime hamburguesa en Pony Line en estos momentos. Le gana a la de burger joint? Quizás.
Tiene queso, panceta crocante y cebolla moraday pepinillos .
Una masacre.
Valor de esta belleza: $ 140 + coca.

La atención del Pony Line es magnífica. Cuando fui me senté en la barra y tuve la oportunidad de entablar una amistosa conversación con los bartenders, todos muy atentos y dispuestos a ayudarte si estas indeciso en que beber y comer.
La comida es muy buena, se especializan en hamburguesas (enormes y riquísimas!) y sandwiches, aunque hay muy buenas tapas para acompañar tu bebida. Personalmente recomiendo el sandwich de trucha ahumada en pan de cebolla. Y no dejen de probar los helados artesanales! Los precios están acorde, no lo catalogaría como «inaccesible» Los mediodías ofrecen buenos menúes a precios muy buenos, chusmeen su web.
Sobre lo tragos, estan muy bien preparados (como no puede ser para menos). Disponen de muchas variedades de martinis y tragos con whisky. También es recomendable su cerveza artesanal. Ideal acompañar la comida con algo de ello.
En resumen, lo recomiendo sin dudarlo!

La decoración y ambientación es encantadora, la musica excelente. Lastima que los mozos no atienden muy bien, son cero atentos. Los tragos no son muy guau y tardan demasiado en servirtelos.
Una cosa que me parecio de mal gusto, es que los mozos pasan por el medio del bar con la vajilla de la cocina.

Fui a Pony Line en el marco del BACoctel. Obviamente es un bar muy bien decorado y con buena ambientación por ubicarse dentro del hotel Four Seasons. La atención es muy buena, tanto en la recepción, la de las meseras y en la barra. Los coctelería es clásica y excelente.
Tenía como preconcepto que por ser un bar en un hotel de lujo los precios iban a ser inaccesibles, pero más allá de los valores que se manejaban por el BACoctel, la carta fija se mostraba acorde con otras buenas barras de la zona, e incluso por debajo del pretensioso Florería Atlántico que está a unas cuadras (siendo que ofrece mucho mucho más).
Claramente un bar al que recomiendo y al que volveré.

Que lindo, otra bar desconocido para mi, otro excelente momento, el Four Seasons, Pony Line, que decir, gracias BA Coctel, tuve el placer de conocer a un embassador de Johnny Walker! y su «mentor programme».
Huellas del pasado! Conocer la historia de unos de los Whiskys mas importantes del mundo!
Y todo gritamos ¡Slanjoba! Grito gaélico de antaño que significa salud!
Tuvimos el placer de degustar tres excelentes Whiskys de «El caminante», todos acompañados de la historia de la marca.
En primera medida probamos el corazón de Johnny Walker, el Cadeau, la primera destilería comprada por John Walker, su «alma». Malta y una expresión sincera y aromática, color dorado que le dan las barricas, un sabor a como su nombre lo indica «Piedra negra». de las Tierras Altas «Highlander» de Escocia.
El segundo a degustar, un Johnny Walker Etiqueta Negra, (creado en 1893 por Alexander walker) como todo blender, se destaca su botella, su poesia, su etiqueta a 24º grados, perfumado y ahumado.
En 1906, el master vlender Alexander Walker, crea otra expresion, el Etiqueta Roja que recuerda la Pimienta, el humo y Dulzor de un Blend de mas 40 whiskeys
Nos contaron que en 1908, en Londres, Alexander Walker se reúné con Tom Brown quien crea el icono del «Keep Walking» el trotamundos, el caminante, siempre adelante… Icono de la marca
Por eso el tercer Whiskey probado es un Red Label, de los cuatro rincones de Escocia. Ahumado dulzor de 12 años. Todos a riego de lo que muchos piensan con un chorrito de Agua que abre y lo libera, lo exalta y deja entrever toda su capacidad, 12 años añejados dorado por la barrica, que placer
No hay secreto para tomarlo. El Whisky se toma como uno prefiera, puro, con un poco de agua, con un buen hielo.
Por ultimo y como «excelencia» pudimos degustar un Johnny Wakler 2010 Doble Black muy ahumado, muy perfumado, quizás el mas intenso, mezcla de sabores.
Como siempre una experiencia al paladar. ¡Slanjoba! y a seguir caminando…

No te pierdas Pony Line, decoración impecable, los tragos increibles, y buena atención. Es más que un bar de hotel, tiene su plus. Los precios como en cualquier buen bar, para quien sepa apreciar la buena cockteleria. Buena alternativa para quien quiera sorprender en una primera cita. Recomiendo probar el trago Osaka y acompañar con Hummus y pan pita.
Si tengo que decir alguna contra? Muy poca luz, muy poca enserio, más de lo que estamos acostumbrados de otros bares del estilo.

Y un día fui al Pony. Me había negado durante mucho tiempo pero terminé cayendo una noche de amigos en donde yo no teníà la decisión final. El lugar es lindo y amplio. Hay poca luz y sectores tipo box con un living armado. Todo muy Miami para mi gusto. No hay privacidad en ningún lugar, la luz es baja pero no genera clima y la gente esta en un registro que tiene mas que ver con mostrarse que con relajarse con un trago. No esta mal que así sea pero no es lo que yo busco. Como dato curioso destaco que el lugar no tiene baño propio, hay que ir al del hotel, no es grave pero si yo fuera huésped del hotel no me gustaría.
En cuanto a la carta solo puedo referirme a su formato novedoso y letra diminuta, que debe hacer que mas de un cuarentón la pase mal delante de las jóvenes que intenta levantarse o que alguna señora de las cuatro décadas se sienta descubierta cuando intenta dar de 36. Más allá de eso no la miré porque suelo perder tragos clásicos que suelen estar en la carta o consigo que me preparen igual. La realidad es que los tragos son correctos, nada que llame la atención pero correctos.
Insisto, no es lo que busco cuando salgo a beber pero esta correcto en general. Hay que tener en cuenta que al estar fuera de circuito es mejor estar seguro de querer ir a un lugar así porque si no es un bajón.

Ahhh, Pony Line. Lo visité dos veces antes de hacer la reseña y de entrada ya te digo que me gusta mucho. Tiene un ambiente muy íntimo para los que necesitan intimidad, y un sector preparado para los grupos. Eso ya es un golazo y te ayuda a disfrutar más de tu visita.
Obviamente es topísimo al estar en uno de los Hoteles más exclusivos de la ciudad, pero los precios no te desnucan como había pensado, están al nivel de cualquier bar de moda. La coctelería está buenísima. Probé varios tragos en la mesa y todos estaban muy bien. Yo me pedí una cerveza artesanal que la rompía y que repetí. Muy bien!
De comer sólo probamos unos nachos (normales) porque íbamos de after office, algo muy común. También lo visité más tarde para pedir un old fashioned de corrida con unos amigos y vimos que se vacía para volverse a llenar después de las 9.
Muy recomendable.

Pony Line es un lugar muy especial. Es extravangante sin ser prohibitivo, la gente que va es excéntrica, la coctelería es impectable y la atención es sublime.
El lugar en sí es muy lindo y no es acartonado, como suelen ser los bares de hotel. La decoración es kitsch, muy cálida y se diferencia bien de los demás bares de Buenos Aires.
Personalmente la comida no me sorprendió y me pareció cara, pero los tragos están al mismo precio que cualquier bar de Palermo y son realmente gloriosos. Personalmente me gusta mucho como experimentan con infusiones (tragos frescos con té o con mate) jugando con diferentes perfiles de sabores, y remarco que los tragos clásicos están en su mejor expresión.
Pony Line se convirtió en un punto de encuentro para mi grupo de amigas: nos juntamos a charlar, comer postres ricos y a beber tragos impecables mientras observamos a la gente que va y viene, es un espectáculo en si mismo que vale la pena aprovechar.
¡Vayan a reír y beber! Para eso está :)

La semana pasada fui con unas amigas al bar de Hotel Four Seasons y me quedé fascinada.
Los tragos no son para nada caros y vienen acompañados con una canasta de nachos. Y lo más lindo de todo es que cada vez que se acaban, te los reponían!!! Lo mismo pasa con las servilletas. Las chicas están muy atentas a los comensales lo cual me encantó!
Los jugos de frutilla con naranja son una delicia!!! Y la mejor parte es que son económicos.
El lugar es muy grande y tiene una ambientación de caballeriza. Se puede hablar tranquilo ya que la música no está muy fuerte. Y las luces son tenues lo que lo hace un lugar íntimo.
Es un lugar ideal para ir con amigos o en pareja

A mi el Pony Line me parece… raro. A ver: El lugar es muy lindo y claramente está puesto con la intención de que la palabra LUJO se te quede clavada en el cerebro. Pero bueno, para mi una review no solo debe estar basada en la observación y evaluación de las partes, sino mas bien en el todo de la experiencia.
Fuí unos 5 o 6 Miércoles durante el año pasado con amigos y amigas (en marco del ciclo en el cual ponía música SRZ), y lo que siempre me chocó del lugar fué el ambiente. Para mi gusto, había demasiado levante en el aire, con mucho oficinista en traje de Macowens intentando vivir la vida loca, lo cual aparentemente no incluye el uso de los buenos modales. Una vez un pibe me increpó en el baño para que me sacara el pullover, porque el tenía puesto uno igual (!?!). Otra vez el lugar estaba atiborrado y nos movieron de acá para allá (con el temita de las reservas) y terminamos compartiendo mesa con Graciela Alfano y un púber que le hacía compañía, cosa que tal vez a alguno le resulte fascinante pero a mi me bajó el humor 5 puntos.
Con los tragos y la atención tampoco tuve nunca una experiencia remarcable. Siempre todo fué de una calidad standard, y honestamente esperaba mas.
Está claro que no es el típico bar upscale y serio que uno asocia con el concepto de bar de hotel y que está orientado a otro tipo de público, pero nunca me terminó de convencer y honestamente, el viaje es demasiado largo o costoso como para tener otra experiencia que me deje las expectativas a medio llenar.