Lo de Tata

De vacaciones en mardel con unas amigas pinto ir. La mejor salida de todo mar del plata. Lo de tata queda alejado de toda la movida turistica de playa grande, es un local chico y tranquilo donde conviene ir con reservacion para asegurarse un lugar (en toda la noche no vi ni una mesa desocupada)
El menu excelente: corto pero variado y super personalizado.
La atencion de 10, y un ambiente super distendido y hogareño, no decidiamos que pedir y nos sugirieron una degustacion de los platos favoritos de la casa. Como aperitivo un vermouth a cada una. Eramos 5, nos trajeron un plato de rabas, una tortilla de papas, un escaveche y unos langostinos. No se por donde empezar, un plato mejor que el anterior, no duro ni 5 minutos la comida en la mesa, terminamos super satisfechas y felices.
De postre arroz con leche, un panqueque con dulce de leche chimbote, y una jalea de ciruela con helado. Todo 10 puntos tambien.
Plus: estuvimos cenando a una mesa de distancia de ciro de ciro y los persas y para el otro lado algun actor que yo no conocia, pero 2 amigas si.
Respecto a precios, la relacion precio– calidad excelente, volveria sin dudarlo. Por $ 200 por cabeza se puede comer y riquisimo.

Increíble! Ambientado como típico bodegón italiano/​español, te reciben con un aperitivo cortesía de la casa.
De entrada pedimos calamaretis fritos: me comería MIL! una delicia.
De plato principal pedimos un abadejo para compartir. Venía con acelgas al vapor y papas, no sé qué estaba más rico de todo!!!
Para completar elegimos la jalea de ciruelas con helado de postre y la verdad no desiluciona.
Algunos datos a destacar: la vajilla es hermosa, los cubiertos, bandejas, son como si fueran de plata, antiguos.
En el baño de mujeres las paredes y las puertas son de «pizarrón», hay tizas en el lavatorio para que dejes un msj.

Así como La Marina me parece el lugar indicado para ir de a varios, en familia y/​o con amigos, creo ideal recomendar Lo de Tata para tener la experiencia de una GRAN cena en pareja (ojo, podés ir con quien gustes y lo vas a pasar genial, pero me pareció un ambiente ideal).
A ver, cómo describírselos… para que se den una idea, tiene una onda similar a Café San Juan y a El Refuerzo: ese aspecto de fondita que me encanta y que lo hace, incluso, un poco (y necesariamente) kitsch. Lo que cambia, en este caso, es que –obviamente– todo hace referencia a una zona portuaria, con redes de pesca recostadas sobre los techos y una decoración acorde.
Lo de Tata se ubica en una zona no demasiado transitada (incluso en temporada alta) y es fácil y cómodo conseguir estacionamiento. Aceptan reservas y recomiendo que la hagan porque se llena rapidísimo; nosotros fuimos a las 21h, apenas abren, y a los diez minutos el lugar ya estaba lleno.
Apenas entramos, fuimos recibidos por unos SEÑORES mozos, de esos mozos de antaño, idóneos para concretar perfectamente el clima del lugar. Nos ubicaron en el momento (las mesitas son preciosas) y junto con unos pancitos, aceitunas y sardinas, nos ofrecieron un Vermouth, cortesía de la casa, y que, por supuesto, acepté :P.
Ahora hablemos de la comida: En la pared ofrecen los platos del día, anotaditos en una pizarra. En Lo de Tata salen a pescar cada mañana, así que lo ideal es aprovechar (sí o sí) este gran detalle; incluso, suben a sus redes sociales aquella pesca que hayan conseguido: D. Además, anotan postres y alguna que otra cosita extra que siempre tienta.
Por otro lado, poseen una carta fija más que tentadora (leí que recomiendan MUCHO su tortilla de papas, así que me la anoté para una próxima ocasión).
Para empezar, decidimos ir con un Tiradito de pez limón –plato del día-​: una especie que nunca antes había probado y que me ENCANTÓ. La frescura se notó tras cada mordisco e, incluso siendo bastante picante, fue una pesca concisa y súper agradable al paladar.
Pasamos al plato principal: Un Merluzón con papas y con las mejores espinacas salteadas que probé (en serio). El plato era para compartir y quedamos más que satisfechos; todavía me relamo de recordar lo excelentemente bien condimentada que estuvo esa merluza.
A la hora del postre, nos tentamos con un arroz con leche GENIAL. Gustito a casero y medida justa de canela.
En Lo de Tata no cobran cubiertos, aceptan tarjeta, los precios son los justos y ofrecen una muy buena carta de vinos. Todos los platos tienen personalidad y, pidan lo que pidan, van a notar un detalle «especial». ¿Hace falta más? VAYAN.

Fuimos a cenar ayer con mi novia. Luego de una mala experiencia, nos aseguramos de que hubiera lugar, llamando por teléfono. Desde el primer momento la atención fue excelente; los mozos son de aquella generación de experimentados en ofrecer un buen servicio, y no la atención de un pibe que ni sabe lo que está haciendo.
Esa pasión también se refleja en la cocina. Pedimos, de entrada, unos calamaretis fritos, que estaban muy frescos y excelentemente preparados. Como plato principal, un abadejo, con acelgas al ajo y papa a la pimienta, todo rociado con un muy buen aceite de oliva. Para terminar, elegimos de postre una jalea de ciruela con helado de crema, en donde la acidez de la primera combinaba muy bien con el dulzor del segundo.
El lugar es un bodegón, bien puesto, decorado y atendido como tal; nada de sofisticación inútil. La vajilla es antigua y da gusto encontrar un reducto en donde el más mínimo detalle te transporta en el tiempo.
El baño de caballeros está decorado con fotos deportivas (fútbol y básquet en su mayoría) de otros tiempos; podes verlo al Diego abrazado con el gordo Porcel, o la planilla de la Selección dorada de Atenas, firmada por todos los jugadores.
Lo único criticable es la mesa que nos tocó, muy pegada a otra pareja, pero se entiende por ser un lugar pequeño, que compensa con lo acogedor y la buena atención.
Perfecto para ir a comer bien.

El mejor lugar para comer mariscos en Mardel, te atienden muy bien, es decir, el mozo conoce la carta y recomienda en cuanto a la cantidad de comensales, hay siempre pesca del día fresca, al llegar te invitan con un vermut y unas anchoitas con una buena panera. No es barato pero lo vale. Súper recomendable.

Un lugar espectacular. La atención es excelente, pero lo mejor es la comida. Las porciones son generosas, la relación precio/​cantidad es simplemente perfecta. Éramos 11 comensales, dos pidieron lasagna (la porción en teoría es para dos, comen 3 bien) y el resto ceno una picada de mariscos y tortilla babe de entrada y pez espada al limón con papas con aceite de olvidaba y perejil. Exquisito. De postre la mousse de chocolate es muy buena, pero sin dudas lo q descolló fue el Strudel de manzana con helado de americana. Con unos 3 vinos y algunos sifones de soda más alguna gaseosa perdida, gastamos 2 gambas y media por cabeza. Una bicoca. Muy recomendable.

De las cenas más felices de los últimos años.
El lenguado a la plancha con rúcula y papas con oliva y los langostinos fríos con berros y tomates cherry son in-​cre-​í-​bles.
Parada imprescindible para comer pescado en Mar del Plata.
Ah, como si lo anterior fuera poco, tienen colgada una camiseta original del mítico Garrafa Sánchez. Si esto nos los convence de ir…