Amarena

Amarena. Parece un nombre de boliche, pero no. Es una panadería.
A mí parecer mucha simpleza desde afuera, lamentablemente casi que ni llama la atención para los que por allí pasamos. Creo yo, que si no fuera por ese riquísimo aroma a media lunas que se inpregna en toda la cuadra, nunca me hubiera enterado de su existencia.
Pero sí, tuve suerte, sentí el olor. Y entré.
Y adentro, lo mismo. La misma simpleza, y la misma atracción. Esta vez no por el olor, si no por la imponente imagen de sus productos. Todo se ve rico.
No se aleja de las tradiciones de cualquier panificación. Hace de todo, y muy rico.
Además vende postres que realmente son una obra de arte. Como por ejemplo, y es el único que probé, la Selva Negra. Una dulzura impresionante, que mí tío tuvo la buena idea de comprar para su cumpleaños.
¿Los precios? yyyy, hasta ahí nomas. Justos. Como cualquier panadería que podría estar ubicada en España al milquinientos.

Callensé todos, prestenmé atención a mí, y a nadie más que haga reseñas en éste lugar. Aunque uno desde afuera creyera que esta panadería es re nada y que comprarías sólo si estuvieras de paso, éste lugar tiene unos productos maravillosos. No todos, los que son de cualquier panadería son normales, zafan, pero le pongo 5 estrellas igual por los otros:
Tienen panadería árabe exquisita, maravillosa, riquísima, exótica, mágica, adictiva, empalagosa, todo hermoso. Es cara también, pero se lo perdonamos, porque todo lo que pruebes de lo árabe, que a veces hay unas cosas, a veces otras, es riquísimo, hacen un strudel de frutos rojos también que la rompe.
Mi preferido es el baklava, un bocado de hojaldre, con nueves, miel y almíbar que es una bomba.
La atención no es muy buena pero hay baklava.
El lugar no es muy lindo pero hay baklava.
Tiene dos mesitas chiquititas ahí, te podés tomar un café y leerte el diario, con unos baklavas, obvio.

Amarena como tal nació hace relativamente poco, ya que hace algunos años sobre el mismo inmueble se ubicaba otra panadería que se llamaba Roma. Ahora cambiaron los dueños y un poco el concepto de panadería tradicional.
A decir verdad, y por lo que uno ve desde afuera, se espera más de este local. Eso no significa que no sea una experiencia satisfactoria comprar y probar los productos de este lugar. Pero desde afuera y por el nombre y todo, promete más de lo que uno se puede llevar. Venden no sólo panificación y facturas sino también muchos postres y algunas especialidades típicas de la comida árabe. Eso realmente está buenísimo. Su especialidad son estos bocados de hojaldre y almíbar que te dejan de cama realmente.
También ofrecen todo lo relacionado con postres tradicionales y occidentales como lo son el lemon pie, budines, y brownies. Podemos encontrar tartas y empanadas y masas de pizzas a buen precio. Todo parece realmente llamativo y merecedor de premios. Pero pareciera que queda ahí, a mitad camino. Como si algo le faltara al lugar. Pero por su ubicación y variedad, es un lugar que merece ser visitado para que después cada uno saque sus conclusiones.

Últimamente ha estado lloviendo mucho en Rosario y nada mejor que esperar a que comience esperando con unas facturas un buen café.
Fue gracias a estas condiciones que anda en busca de panaderías por la ciudad y me tope con Amarena, una panderia que tiene sus altos y bajos.
En primer lugar cabe destacar los productos que venden tanto en su sector panderia como de postres. Cuentan con facturas clásicas como aquellas rellenas de dulce de leche con azúcar impalpable y las que tienen membrillo, después tienen medialunas saladas rellanas con jamón y queso, palmeritas, brownies, alfajores, tostadas y hasta chipas.
En su sector de postres se llevan el reconocimiento por su variedad, entre sus estanterías están clásicos como el lemon pie o los budines de pan pero también uno encontrara postres que despiertan curiosidad no solo por su atractivo sino por los ingredientes que utilizan para hacerlo como en Linz hecho a base de frutos rojos.
Cuentan con empanadas, tartas, sándwiches y seguramente algún otro plato que contenga carne o verduras.
Hasta acá genial, pero lo que a mi me puso de los pelos en primera instancia fue lo mucho que tardan en atender, pareciera que te lo hacen a propósito, no entiendo si las maquinas son lentas o lo son los empleados. Luego también esta el tema de su sabor, no es que sea feo, sino que ciertos alimentos carecen de ellos, como sus chipas o sus pastas (estas ultimas dicen venir de ciertos sabores pero yo nunca los sentí). Hay que reconocerles que el strudel viene genial.
Los precios no van acorde con la calidad de su sabor, capaz que por su presentación, pero mi panza no se llena con ello.
Prueben, por ahí ustedes elijen un producto que sea mas degustable.
Sus horarios de atención son de 7 hs a 20 hs de lunes a viernes.