Comedor El León

Un lugar hermoso y muy tranquilo, con carta variada y platos exquisitos. El servicio es muy bueno. Todo lo necesario para pasar un momento único en compañía de quienes una más quiere.

Uno de los colectivos que me lleva a mi casa desde el centro es el 143, que va derecho por Alem desde San Luis hasta Uriburu; lo uso al menos cinco veces a la semana y todas las veces cuando paso por el frente miro el Comedor El León, con sus paredes verde viejo y la pérgola con enredadera en la vereda. Nunca fui ahí hasta que la mejor amiga de mi mamá se mudó a un par de cuadras y entre las dos organizaron un cumpleaños en él, y entonces toda la tropa de familia y amigos las seguimos para cenar en el lugar.
Fue como comer un asado multitudinario en tu casa. Cervezas y vinos, gaseosas de litro (¡aplausos! detesto con todo mi ser que en los bares y restaurantes sólo haya gaseosas de medio litro, a veces ni siquiera eso), paneras con pan fresco que nos reponían cada vez que se acababa. Comimos un menú que era de costillar con ensalada y papas fritas como acompañamiento (enormes las porciones), que incluía postre y café. Necesito decirlo: nunca en mi vida vi costillas tan grandes. No eran las típicas costillitas que comprás en el súper, eran unas costillas enormes y curvas que no entraban en el plato y que fueron tema de conversación toda la noche. De postre había brownie con helado, peras en almíbar y ensalada de frutas (no nos dieron a elegir, simplemente trajeron varios de cada uno) que estaban geniales.
El lugar es muy acogedor y cálido, con su aire de bar viejo, y la atención es muy buena; los mozos son atentos y saben orientarte si no sabés bien qué pedir. La carta es variada, y si bien los precios no son tan económicos como podría esperarse y no siempre tienen todo lo que figura ahí, sí hay que sumarle un punto por original: la primera vez que fuimos había como especial del día cocodrilo a la parrila. Además tienen un patiecito al que se puede salir a fumar. Muy buena opción para salir de los lugares habituales y probar algo nuevo.

Domingo de invierno, una y media del medio día, solcito que mejor que tener una reserva en el comedor el leon… llegas tu mesa redonda que te invita a sentarte con toda la familia. Las paneras esperan para poder calmar ese hambre dominguero jajaja muy rico pan. Los mozos unos genios. El ambiente ya te indica que tenés que pedir algo bien
todos los platos que comí todo sme gustaron pero los platos hechos al disco son súper recomendables. Abundante hasta diría para compartir aquellos q son flojitos… sino son platos para salir directo a hacer una siesta .No te pierdas un domingo en el leon, o sábado, o cuando quieras jajaja.

El León es uno de los comedores preferidos de mi papá. No está en una zona de bares, ni si siquiera está en alguna avenida importante. No tengo idea cómo lo descubrió, conociendo a mi progenitor, seguro que vio luz y entró! jaja Cuando nos saca a comer a mí y a mis hermanos, nos lleva ahí.
Es un lugar bastante sencillo en cuando a decoración, en una de las paredes hay un animalito pintado ¿Adivinen cuál? Si si, un león rugiendo nos invita a comer (mmm… yo no sé si aceptaría una invitación así ahora que lo pienso)
En la carta nos encontramos con una lista limitada de platos, pero a su vez única. Tienen platos extravagantes, para que se den idea me acuerdo que una vez había uno de jabalí! La carta a veces cambia, según tengan o no la materia prima para elaborarlos.
Mis hermanos siempre me cargan, porque mientras ellos se animan a probar esos platos, yo me termino pidiendo un plato de sorrentinos con crema. No tomo vino, pero por la compañía con la que suelo ir, les puedo contar que es un lugar de esos que tiene vinos de la casa, muy económicos.
Por otro lado, siempre recalco cuando un lugar tiene mozos experimentados, que saben guiarnos a la hora de elegir, El Léon es uno de ellos: si querés algún consejo sobre el menú, no dudes en consultarle!