Al Mesón de cordero la descripción que mejor le cabe puede reducirse a dos palabras: comida casera. Está ubicado en la esquina de Spiro y Cordero, en una cuadra que con el paso del tiempo fue llenándose de propuestas gastronómicas y dejando a los vecinos sorprendidos al principio, ya que se trata de una calle fuera del circuito comercial de Adrogué. Comer afuera en el Mesón es lindísimo, porque esa esquina empedrada tiene muchos árboles. Hay una vereda de sol y otra donde da más sombra al mediodía, así que hay para elegir. Eso sí, no son demasiadas las mesas. El lugar es chquitísimo: habrá 4 mesas en el salón principal y dos o tres más en una especie de entrepiso que tienen. La comida es la que podrías cocinar vos en casa. Nada rebuscado, más bien platos típicos caseros y abundantes: una opción de pasta, una o dos de pescado, pastel de papas, pollo, guiso de lentejas, etc. Hay un menú de mediodía por $ 130 en la semana que incluye bebida, postre y café, y en fin de semana te sale $ 220. El menú del fin de semana pasado a mi gusto fue errado: ya está empezando a hacer calor y los platos ofrecidos eran goulash, guiso de mondongo, guiso de lenteja o pastel de papas. De todas formas también se puede comer a la carta y los precios son coherentes. Las mozas son un amor, siempre. La contra del lugar es que, si comiste adentro, te vas con un olor a comida que no te lo sacás hasta el día siguiente.