Es tan tradicional este lugar que prácticamente eso lo hace famoso y caro. Pero, ¿qué se le va a hacer si está delicioso? Para los que a estas alturas de la vida no conocen la birria, sepan que es un platillo típico de Jalisco y muy delicioso. Es carne de res en caldo, acompañada de frijoles refritos, chile de la casa y cebolla picadita. Sí señores, aquí en mi rancho toda la comida es servida en caldo, con su propio jugo, con harta salsa o bañada de crema. Es parte de nuestra identidad. Birrieria El Compadre también es un lugar de antaño y ubicado en la zona de la 9 esquinas, tiene más competencia al rededor, pero, yo recomiendo llegar a comer aquí, más que en los otros lugares. Como un plus, las tortillas son como debe e ser, hechas a mano. Tienen a la venta tepache, una bebida típica hecha a base de piña fermentada y piloncillo. Si viene con mucha familia aproveche los paquetes que están diseñados para varios comensales. Provecho.
Juan Alberto S.
Rating des Ortes: 2 México, D.F., México
En mi odisea de la búsqueda de la birria prometida vine a parar con el compadre. El olor definitivamente prometía traer algo delicioso y humeante. Desde que ordené mi plato se me empezó a hacer agua la boca, y quizá por eso después sentí tanto coraje. En cuanto me pusieron el plato enfrente sentí que había llegado a ese sitio(o a uno casi de la estatura) del que tanto había oído hablar al sabio viejo de la birria; pero, en cuanto sumergí mi cuchara algo se me hizo rarísimo, no me topé con un gigantesco trozo de birria que obstruyera mi paso hasta el fondo del tazón. Volví a intentar, ahora más hacia la orilla y esta vez dio resultado, pero la obstrucción era tan insignificante que tuve que recorrer todo el plato cuidadosamente, usando mi cuchara como un remo en altamar. La escasa cantidad de carne poblando mi plato definitivamente me hizo darme cuenta de que por muy bien que oliera y por mucho que la boca se me estuviera derritiendo encima, tenía que acudir al mesero para comentarle. En un primer momento me miró con extrañeza, porque normalmente se pide más caldo para la carne y los garbanzos, pero no al revés. Se llevaron mi plato y cuando me lo trajeron ya traía un poquito más de carne, pero definitivamente la desilución inicial me reveló definitivamente que de esta birriera yo no soy compadre.
Kristofer N.
Rating des Ortes: 5 Centro, México
Fue el cumpleaños de Ander hace una semana y el estaba de necio que aquí era donde quería comer, y como era su cumpleaños todos los demás tuvimos que adaptarnos, cosa que Mony y a mi no nos costó trabajo, pues seguido los domingos en DF paso por ella para ir a comer Birria. Al llegar entendimos todos porque quería comer aquí, es cumpleañero come ¡Gratis!, que no entiendo porque, si algo le sobra es lana al morro… Pero luego entendí que no era porque él comiera gratis, es su restaurante de birria favorito, y la verdad es que, estaba de dioses, literal… ¡Gracias a dios no soy vegetariano! Sin duda es el mejor caldo de Birria que he probado, no te lo puedes perder, si estás por las 9 esquinas, ¡date! Y disfrútalo, las salsuras también hacen lo suyo, hay unas muy picosas y otras para gente normal, pruébalas antes de echarle a tu taco o caldo. (recomiendo para los crudos del fin de semana jajaja)
Mónica M.
Rating des Ortes: 5 Mexico City, México
Vine hace poquito con los cuates a festejar el cumple de uno de ellos y cuando entré reconocí el lugar. Un año ates había venido con mi ma a cenar aquí. Me acuerdo que estábamos en el centro y moríamos de hambre. Ya era tarde y estábamos medio molestas porque el centro estaba cerrado por una peregrinación y no se veía tan bonito como lo recordábamos. Queríamos comer birria obvio y todos nos decían de las 9 esquinas pero nadie nos daba bien las instrucciones de como llegar. Terminamos caminando por calles súper solas y cada vez era más de noche. ¡Por fin llegamos! Entramos justo a El Compadre porque nos gustó muchísimo el restaurante por dentro, sus mesitas rústicas y sus paredes decoradas. Cuando nos trajeron nuestra birria y nos llegó el olor que desprende y 5 segundos después llegaron nuestras tortillas echas a mano, supimos que había valido la pena haber venido a Guadalajara.