Hotel Misión

Les voy a contar una historia que marcó la vida de mi familia y fue justo en el lobby de este bonito hotel.
Cuando yo era una pequeña Marifer, mis papás solían amar venir a Mérida de vacaciones y este hotel casi siempre era el que elegían, por sus cuartos cómodos, decoración bonita y buen servicio. Aquel día nos disponíamos a ir a tour de cenotes y quienes conozcan a mis papás sabrán que son pickys en mayúscula y subrayado, así que mi mamá armó la bolsa de playa más galigoleada, los binoculares, el cambio de ropa de todos, chancla de agua, chancla de calle… Etc etc…
Y aquí voy yo, dispuesta a ayudar como siempre me hice la encargada de la bolsa, esperamos unos minutos el auto en el lobby y… ¡En marcha!
No pasaron 5 min cuando mis papás descubrieron mi olvido ¡la boooolsa! Volvimos rapidísimo para que la recepcionista dijera que no dejamos nada.
Ahí la estrella menos, esa bolsa la deje ahí y fue robada por ella ¡a mí no me mienta señorita! jajajaja

Este hotel es uno de los más bonitos del centro, con sus techos altos, estilo colonias y sus acabados en yeso en techos, puertas y pretiles, son detalles que con solo visitar el hotel se te vaya el tiempo contemplando los detalles. En lo personal lo que más me llama la atención cuando voy son los candelabros, me encantan los candelabros en cualquier lugar, por lo que me gusta mirarlos y ver como reflejan la luz natural a través de sus cristales.
En realidad su servicio de hotel no lo he probado, porque al ser de Mérida no he tenido la necesidad, sin embargo si he ido a su área de restaurantes y desde que entras al hotel puedes ver al o la recepcionista, dependiendo de quién este y son muy amables, seas huésped o no, su comida no es la octava maravilla, pero es buena, quizás porque soy yucateca, pero a lo mejor su sazón le gusta mucho a extranjeros.

Les contaré mi pequeña e inesperada anécdota de uno de los días más comerciales del año para mí (el 14 de febrero, aunque esto sucedió el viernes 13, con vísperas del 14), trataré de enfocarme más en el recinto y la comida y no abarcar tanto en los detalles de la historia.
Bueno… todo comenzó el miércoles 11 cuando mi mejor amigo Israel me mandó un whats para preguntarme que planes tenía para el 14, le respondí que iría a una boda, más tarde me habló y me dijo que necesitaba de mi apoyo que le urgía que le ayudase a hacerle un regalo a la chava que le gustaba (desde que lo conozco él siempre ha sido una persona así, súper detallista y romántico), le comenté que no podría el sábado y que si ya tenía idea de lo que quería hacer, él me dijo que sí, que me contaba el viernes porque teníamos que salir entre amigos para celebrar un año más de amistad (según el irían otros tres amigos y solo yo faltaba por confirmar), como no tenía planes para el viernes termine aceptando, el lugar al que acudiríamos todavía no sabíamos cuál sería, pero lo más seguro era que iríamos por unas cervezas, algo para comer y poder pasar un buen rato entre amigos.
Mi sorpresa fue al día siguiente cuando todo dio un giro inesperado, a eso de las 9:00 pm pasó por mí a mi casa todo parecía normal, dijo que veríamos a los demás en Friday’s (el lugar que se había elegido para ir a cenar), cuando me di cuenta que no estábamos camino al restaurante le pregunte a donde iba, me contestó que tenía que pasar a hacer unas diligencias, no le tomé importancia, hasta que llegamos al lugar donde según él tenía que realizar unos pendientes.
Fue extraño que a esa hora haya ido al Hotel Misión Mérida, pero con las justificaciones de que tenía que resolver problemas, me fui con la finta y creí que era algo sobre su trabajo. La sorpresa fue cuando de la nada me pidió que me bajará y que necesitaría de mi ayuda pues tenía que subir algunas cajas al carro, le creí y accedí; bajé del carro he íbamos juntos, entramos al hotel y me indicó hacia donde debíamos dirigirnos (el hotel misión es grande, está construido con estilo colonial, me parece un hotel muy bonito, aunque pocas veces he acudido), llegamos a la casona así se le conoce a esa parte del hotel que son unos pasillos, en el cual en medio de estos hay una fuente con un pequeño jardín, noté que habían varias mesas preparadas para recibir comensales (supuse que eran para algún evento del hotel o alguna fiesta privada, de hecho habían ya algunas personas en las mesas), cuando de la nada un mesero se acercaba, Israel me volteó a ver y tomó mi mano, yo lo miré con cara de extrañada, en ese momento el mesero se a cerco, le hizo una seña e indico que lo siguiéramos, lo miraba y me preguntaba que sucedía, llegamos a la mesa y el mesero nos dio la bienvenida.
Israel se acercó a mí (sin soltarme la mano) y me dijo que este era mi regalo de San Valentín, me abrazo y me dio un beso en la mejilla; yo no podía entender que sucedía estaba en un shok, al no entender lo que pasaba. En ese momento lo único que se me ocurrió decirle fue: que ¿por qué hacía eso? Respondió con una sonrisa y dijo que esa noche entendería muchas cosas, jaló la silla y tomé asiento.
El mesero fue muy amable y atento, nos dio el menú de la cena, y nos ofreció una copa de vino; la cena fue de tres tiempos como entrada nos dieron una crema de tres quesos, el plato fuerte fue pechuga empanizada en salsa poblana y el postre chessecake de fresa, teníamos opción de tomar más vino tinto, jugo de jamaica o naranja. La verdad es que todo estaba realmente ¡¡EXQUISITO! La crema de queso, la pechuga, las verduras, el puré de papa (y eso que no soy fan del puré pero ese estaba yumi yumi) y la salsa eran una fiesta para el paladar y el chessecake no se queda atrás, todo delicioso, fue una cena casi perfecta.
El gerente muy amable se tomaba la molestia de pasar a las mesas y preguntar si todo estaba en orden y si necesitábamos algo, por cierto las mesas eran cuadradas, adornadas con un mantel rojo muy a doc con la celebración el centro de mesa era una rosa roja, muy bonito y romántico, el recinto quedaba como un perfecto complemento para hacer la noche más agradable y fantástica.
No puedo quejarme de nada, tuvimos una velada muy romántica, pasé una noche inesperada y a pesar de que San Valentín apenas comenzaba no olvidaré ese regalo tan inesperado en ese maravilloso recinto como lo fue el Hotel Misión Mérida, una de las mejores cenas que he tenido.
Antes de retirarnos nos dieron a cada uno una bolsita con dos muffis en forma de corazón (que me trague en el camino, porque estaban riquísimos) y a mí me obsequiaron la rosa de la mesa, salí más que feliz, un poco agobiada por la sorpresa pero con una historia que apenas se empieza a concretar.
Espero no a verles aburrido con esto, pero les prometo que lo resumí lo más que pude. :)

Una fecha: 20 de diciembre de 2014.
¿Qué tiene de especial este día? Pues a menos que haya sido tu cumpleaños, no ha de tener gran significado. Para mi esposa y para mí fue el día que elegimos para casarnos. El hotel Misión fue el recinto elegido para la recepción.
Como ven en las fotos el hotel es muy bonito, con un estilo muy clásico y un aire del siglo XIX. Según nos contaron, en el pasado fue la residencia de un personaje de la aristocracia, posteriormente el inmueble fue desocupado y adquirido por una cadena hotelera, la cual la habilitó nuevamente como el Hotel Panamericana. Fue hasta hace una década aproximadamente que el local pasó a llamarse como se conoce hoy: Hotel Misión Mérida.
Me imagino que quieren saber sobre la fiesta, bien, empezaré por hablar del banquete. Éste consistió en un menú de 4 tiempos, en general todos lo alimentos estuvieron bien, sin embargo el servicio fue muy apresurado, con decirles que a las once de la noche ya se había servido toda la comida.
A pesar de las indicaciones dadas al personal la fiesta en general estuvo bastante apresurada y terminó antes de lo previsto, ello debido a que la organizadora no quiso arriesgarse a que los huéspedes se quejaran por el ruido.
Fuera de esos detalles, la celebración fue buena y nos divertimos mucho. Casi fue la boda de nuestros sueños.
Ah si, y tal vez se pregunten sobre las habitaciones, bueno, sólo me limitaré a decir que son cómodas, pero se hace muy evidente la antigüedad de la construcción.