Aquí la especialidad es la cochinita pibil y eso es con lo que yo me quedo. Recuerdo haber ido cuando abrió esta sucursal, que antes consistía solo de una cocina en forma de barra y 4 o 5 bancos. No se me olvida porque probé la única salsa que me ha hecho llorar, ‘Negra Tomasa.’ Hoy en día el local ha crecido y el menú es bastante amplio, inclusive ofreciendo desayunos. Muchas veces se me antoja venir aquí pero al ser una decisión grupal, el sitio sufre la gran desventaja que ahora se encuentra un poco alejado de la ‘zona de comida rápida’ más arriba sobre la misma avenida. Tienen un servicio a domicilio bastante eficiente, que además puedes hacer a través de su sitio web, esto de acuerdo a la sucursal que te quede más cerca. También cuentan con contratación para eventos, de lo que personalmente no puedo decir mucho. entario…