Monumento a Cuauhtémoc

Siempre que he visto este monumento me a algo de nostalgia. Y es que aunque la escultura del emperador azteca esta en posición de combate, a punto de lanzar un tlacochtli o lanza y elevando su chimalli o escudo, me dio cierta angustia saber que los ocho leopardos o felinos que están alrededor de la escultura representan ocho momentos en la vida de Cuauhtémoc. Pero habrá faltado un felino más, porque cuando el metrobus iba construyéndose sobre Insurgentes, este monumento «estorbó» el paso, y entonces se recorrió unos metros para que el transporte público de la Linea 1 usara el espacio. Es un sitio donde la prensa se pone a tomar fotos de las manifestaciones y los manifestantes usan para ver la avanzada. Es un sitio que conocer por sus detalles y tiempo.

Este monumento, localizado en el cruce de Reforma e Insurgentes, es uno de los más afamados de la Ciudad. Fue inaugurado en 1884 como en recuerdo del último tlatoani mexica, quien estuvo a cargo de la defensa de México-​Tenochtitlán durante el sitio que ejercieron sobre la misma los españoles. En cada uno de los costados está inscrito el nombre de los gobernadores de otros altepetl (señoríos) que pelearon junto al «águila que desciende».
La escultura, realizada con indudable maestría, forma parte del esfuerzo gubernamental que se dio en el último cuarto del siglo XIX por rescatar y ensalzar, a través de las artes, el majestuoso pasado indígena de nuestro país. En aquél entonces, la escultura y la pintura solían representar pasajes históricos de la época prehispánica, como el descubrimiento del pulque, la fundación de Tenochtitlán o el tormento a Cuauhtémoc.
El monumento puede ser admirado tranquilamente pues cuenta con pequeño templete por el que se puede caminar sin el peligro de ser arrollado por los automovilistas.

Con alrededor de 130 años, el diseño de Miguel Noreña y Francisco M. Jiménez ocupa una de las intersecciones más transitadas de la ciudad de México: Paseo de la Reforma e Insurgentes. A Cuauhtémoc le ha tocado ver de todo. Lo han cambiado de lugar y para que no lo olvide en los bajorrelieves hay escenas de su tormento.
Ahora ve en dirección de la flamante nueva sede del Senado, junto a un MacDonald’s. En fin, hay que darse el tiempo para acercase y ver los detalles de esta pieza icónica de la ciudad.

Es el único gobernante azteca que tienen un monumento en la avenida más importante y representativa de México. Su cercanía con el de Colón es fuente de polémica cada 12 de octubre, día de la raza.
Me parece un trabajo escultórico bien realizado. Tiene entre su figura representaciones de distinto significado que honran a este gran gobernante mexica.