Senado de la República

Un recinto nuevo, en pleno paseo de la refoma, con una gran arquitectura.
Lugar donde se definen politicamente hablando nuestro futuro.
Inagurado en el año 2012 por el entonces Presidente de la Republica Felipe Calderon H.

La esquina más cara del país. Aquí el metro cuadrado de terreno cuesta 1 millón de pesos. Mejor no hacer cuentas entonces. Este sitio no es público aunque represente los intereses de todos los que habitamos este país, es casi imposible que una persona que pase por ahí y quiera conocerlo, entre. Sin embargo, es famoso por su elevado costo al realizarlo y lo inútil que resulta pensar que los senadores del país necesitaban un espacio libre y lejos del bullicioso Centro Histórico. Javier Muñoz Menendez fue el arquitecto a cargo del diseño de este edificio, el mismo que ha elaborado los diseños de varias construcciones de estilo moderno en la ciudad de Mérida, Yucatán.

En este lugar día a día arriban los senadores que se han vuelto ya personajes de las noticias del acontecer de nuestro país.
A esta cámara llegan siempre por última vez las decisiones legislativas que tienen que ver con el trabajo de este tipo en México, es decir, cuando se propone una reforma, por ejemplo, luego de pasar por otras instancias, llega a esta Cámara de Senadores quienes dan el último visto bueno y las aprueban.
El recinto es conocido por todos, y si no personalmente, sí por alguna noticia de la que fue protagonista ya sea por sí mismo como sede o por quienes en teoría a diario lo habitan.
Los 128 pupitres están ordenados en forma de media luna y quedan frente al pódium que termina por cerrar un óvalo que da forma a este recinto en su interior. La estrucutra de la obra artquitectónica da una impresión extrañamente de recinto futurista, por su color en blanco y su forma circular.

Atrás quedaron las sesiones en la vieja casona de Xicotencatl y ahora los senadores despachan desde este moderno edificio en el cruce de Reforma e Insurgentes.
La construcción de este edificio levantó una gran polémica por su alto costo y las deficiencias que presentó al principio.
Ciertamente el lugar e smuy bonito, pesé a lo que ocurre dentro. Se permite hacer visitas, sin embargo el proceso para entrar es tan tedioso como para un antro de moda.
Afuera del Senado está el jardín Pasteur donde te puedes tomar un tiempo para pensar y admirar este edificio.

Con un nuevo edificio, este sitio da un nuevo rostro a la ya siempre bella Avenida Reforma. Yo tuve la oportunidad de conocer el interior del edificio por un amigo que estaba haciendo su servicio social en este lugar, en el área de comunicación social, y la verdad es que me fascinó. Aunque, y no les voy a mentir, soy amante de lo antiguo y me gustaba mucho el edificio anterior, el nuevo presenta una bella estructura y una distribución muy cómoda. Particularmente no sé si se pueda entrar como visitante, empero, poder darle un vistazo a la desarrollo arquitectónico. La ubicación es completamente céntrica y cerca a este lugar hay un sinfín de comercios, en los cuales puedes encontrar desde la clásica comida rápida hasta artículos varios. El gran, enorme creo yo, punto en contra de ahí es que tiro por viaje hay manifestaciones, por lo que te recomiendo que si piensas ir a darle un vuelta, primero cheques cómo están las cosas cerca de este lugar.

Aunque por cuestiones personales he tenido acceso al inmueble (limitado, obvio), no tengo suficientes elementos para detallar lo que ahí sucede a diario, entre la elaboración y debate de leyes dentro y fuera del edificio.
Aún así quise incluirlo porque es innegable su trascendencia en la historia del país, estemos de acuerdo o no. Y arquitectónicamente hablando es un referente del cruce en Paseo de la Reforma e Insurgentes Norte, insisto, estemos de acuerdo o no. Vamos, es como quien va al cine y sólo puede recitar la cartelera sin entrar a la sala, pero rescata algunos aspectos que encierran al predio ¿estamos?
A pesar de lo traicionero que resulta el terreno por su alto riesgo sísmico y de hundimiento, en abril 2011 se inauguró el nuevo edificio del Senado, luego de tres años de construcción y 80 de sesionar en la antigua Casona de Xicoténcatl No 9.
Está formado de tres estructuras: la del pleno para sesiones, la torre para las comisiones de trabajo y el hemiciclo con las oficinas de los senadores, además de una bandera al centro que les recuerde por qué están ahí, ocupando un moderno edificio desde donde votan por medio de un sistema electrónico que se activa con la huella digital.
¿Y qué será de la vieja casona? Pues quedará como museo legislativo interactivo y acervo histórico, pero para aquellos que estén interesados en más detalles hay visitas guiadas al nuevo edificio llamando a la Unidad de Eventos del Senado al 57 224 800.