Un parque más para poder gozar –no de la tranquilidad– pero sí del aire y descansar de todo lo que te ofrece a la vista el Centro de Tlalpan. La entrada es gratuita y hay muchos niños, será que era la hora de la salida del Colegio, pero eso es indicativo de que es seguro. No está precisamente muy limpio, pero te puedes dar una vuelta por la biblioteca y quizás ‘treparte’ en alguno de los juegos. Además aquí es parada o base de los Turibuses, cosa que me acabo de enterar. Si traes tacones y cuidas en demasía tus zapatos, este lugar no es para ti.
Diego V.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
Mi abuela trabaja allí obedeciendo a una inicial tradición familiar de trabajar en Hospitales psiquiátricos, pero el Sanatorio Psiquiátrico Floresta ya ha desaparecido y ahora sólo los rumores de los nodos en las cienes, los pasos en blanco, las batas que susurran y las risas sin elocuencia habitan este lugar. En su espacio ahora se encuentra un estacionamiento y el jardín donde los internos se paseaban es utilizado como jardín de esparcimiento, como biblioteca delegacional y como sede central de Desarrollo Social de Tlalpan. Puedes encontrar parejas besàndose y tocàndose, niños jugando con cualquier tipo de pelota, hombres oscuros metidos en sus gabardinas, mujeres solteras en espera del amor, chicos de secundaria queriendo aprender de la vida o vendedores de chicharrones. Por la tarde suele ser muy agradable ir a estudiar, leer o romancear, nadie te molesta. Pero cuando el sol se pone, dicen que el recuerdo de los internos revive y el Parque se vuelve sombrío, peligrosamente excitante; puedes caminar mientras escuchas pasos trashumantes, mientras lees a lo lejos, en un esquina del edificio de Desarrollo Social, un poema de Sor Juana que reza: Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón…