El Volander

Fui con unos amigos hace poco por primera vez, me parece un buen local, la dueña es muy agradable y cuenta con multitud de marcas de cerveza artesanal y de importacion.
El problema es que tuvimos que esperar bastante en varios momentos sin necesidad ya que no habia casi nadie y sobre todo el precio, pedimos cervezas de importacion en su mayoria relativamente economicas que en otras tiendas o cervecerias se venden como muchisimo a 4 o 4.5 euros (las he visto en valencia incluso a 3) y una nos llego a costar casi 7 y otras alrededor de 6.
Los jueves tienen promocion con la segunda unidad al 50% pero vamos puedes acabar pagando cerca de 9 € facilmente por 2 cervezas
Quizas si estais por la zona y no os importa gastar un poco mas, o quereis preguntarle por las mas interesantes calidad precio no es mala opcion pero con un poco de organizacion podreis ir a sitios mejores
Tambien organizan catas por unos 15 € donde se suelen dar alrededor de medio tercio (o sea 166cl) de 5 cervezas distintas o 3 medios tercios + quesos con somelier e incluso experto en quesos

Evitar los baños cuanto podáis!
Bar normalito de barrio, lo conocí al ir a un concierto, por lo que estaba llenísimo de gente. Al estar casi a oscuras no se veía muy bien, nos pedimos dos cervezas, que tuvimos que ir a por ellas, pero claro no se si siempre es así o es por la cantidad de gente que había.
De lo que no tengo ninguna duda es el baño, necesita una buena limpieza y reforma urgente!
Le daré otra oportunidad algún dia a ver.

Local de barrio para copas más que informales, bullanguero, juvenil e inesperadamente de moda, pese a su ubicación periférica y su personalidad difícil de catalogar.
Es un pub mediano atestado de mesas en desorden (también hay billar), y con una ambientación sin pretensión alguna (con un guiño de taberna posmoderna) y, seguramente, efecto de la suma de un par de décadas de negocio repetidamente reciclado.
Un ambiente (en el que aún parece captarse el humo nostálgico de los fumadores) de música rock y un no se sabe qué de sala de billares desmantelada, pero con mucha animación de todo pelaje (se llena bastante y con bastante ruido), entre la que está bien conversar (a veces agitadamente) mientras se reúnen ánimos para acercarse a la barra (el servicio es bastante peregrino, aunque majo). Mantiene los precios populares.
Cataliza la movida cultural (un poco residual) que ya no cabe en barrios más céntricos y da un poco de oferta al barrio, mediante exposiciones perfectamente obviables y actividades puntuales (cuentacuentos, por ejemplo). El caso es que no resulta nada acogedor pero está de moda entre cierta clientela.

Un día de esos en el que uno está inspirado decidí ir a darle una sorpresa a mi novia. Bueno, inspirado a lo mejor no es la palabra exacta, mejor dicho aburrido y sin saber que hacer y con un colega pesado que quiere salir de su casa un día entre semana porque no hacen nada en la tele.
Ante este panorama mi amigo me enganchó y bajamos a Valencia a ver a mi novia. Ella claro que se sorprendió, seguro que esperaba que algún díà la interrumpiera llamándola desde la calle tirándole piedrecitas en la ventana y con un regalo en la mano, y se encontró con una llamada inesperada y yo de la mano de mi amigo el pesado.
Claro, un día entre semana, diez y media de la noche, a mi novia se le ocurrió llevarnos al Volander, yo aún no había estado en este local y la verdad que me sorprendió. Es como una taberna, todo decorado con madera, las mesas, las sillas, todo en un cierto tono marrón oscuro que le da un ambienta cálido.
Es un lugar para reunirse los colegas, tomarse unas birras y echarse una partida al billar o a la diana, aunque si lo prefieres puedes pedir algún juego de mesa o cartas para picarte con los amigos. Además el trato es de lo mejor, la dueña, Julia, que mi novia conocía, es muy simpática. Y no hablemos del precio, barato en comparación con otros lugares como éste típicos en otras zonas de Valencia, los jueves por ejemplo hay 2X1 en Carlberg.
Pero lo mejor son los días de fútbol, de buen fútbol, ponen una pantalla grande y el ambiente es de lo mejor, puedes acabar abrazándote con un desconocido del buen rollo que hay.
Un buen local, de gente buena y de ambiente aún mejor. Desde que me llevó mi novia hemos ido más de una vez, es más, para nosotros los R. Madrid-​Valencia se juegan en el Volander.

«A veces quieres ir donde todo el mundo sabe tu nombre y siempre están felices de haber venido»… Ya lo decían así en la sintonía televisiva de Cheers. Así es el Café-​Pub El Volander, un sitio donde sentirse a gusto entre gente cercana, apacible y bien avenida, en el epicentro del emblemático barrio de Olivereta.
Es un lugar en donde compartir experiencias artísticas: conciertos, exposiciones, recitales… Si eres artista y tienes algo que proponer, sin duda este es tu espacio. Habla con Julia o Toni (los dueños y amos de este modesto templo), ellos tirarán de agenda, con la amabilidad y el encanto que les caracteriza.
Deleites variados para la vista, el oído y… el paladar. Su amplia selección en vino, cerveza, y alcohol en general, también convierte a este local en un auténtico especialista para sus clientes más desinhibidos. Y además, los precios son más que asequibles: hoy en día, ¿dónde te bebes una bebida energética por 2 €… Por no hablar del 2×1 en Carlberg todos los jueves ¡Sensacional!
No suele ser habitual, pero abren algun domingo para conciertos celebrados ese día de la semana, o partidos importantes de futbol. Y por si fuera poco, también colaboran siempre que pueden en rodajes de cortos cinematográficos.
Después de vivir la experiencia de adentrarse en lugar tan variopinto como este, un servidor no puede más que quitarse el sombrero, y recomendar encarecidamente, a todos sus allegados, que visiten lo que modestamente se puede considerar como lo más cercano a un segundo hogar… Soy cliente asiduo, lo confieso.