La Tastaolletes

Es mi vegetariano preferido en Valencia. Los platos están todos hechos con cariño, bien presentados y muy ricos. Siempre hay una opción de postre vegano, esta semana no había ninguno incluido en el menú, comenté mi alergia a los lácteos con la camarera y ella incluyó el brownie de chocolate para mí sin poner problemas.
Tienen buenas infusiones, normalmente pido una para tomar con la comida pues está incluida en el menú (12 €). También he ido un domingo y pedí los platos de la carta, a pesar de haber pagado un poco más este día, me ha gustado mucho.
Recomiendo a vegetarianos, veganos, a personas alérgicas y a todos les gusta comer bien y sano. La ubicación es excelente, hay una estación de Valenbisi en frente. Si quieres aparcar el coche ahí hay que pagar el parquímetro que es naranja (2,10 € por 1 hora).
Siempre me siento en la terraza, incluso en días frío pues ahí me siento muy a gusto.
Mejor ir sin prisa, no son demasiado rápidos.

Una de las peores experiencias como clienta que he tenido en un restaurante, nos trataron con desprecio y muy mala educación, tal fue la situación, que (4 personas íbamos) nos levantamos y nos fuimos.
La cuestión fue que éramos 4 y había mesas libres, todas los grupos que eran 3 o 4 comensales estaban en dos mesas cuadradas juntas, con toda la educación del mundo se lo pedí a una de las camareras (me dijo que sí o eso entendimos todos menos ella). Debo decir que había muchas mesas libres en el local, pero no llegé a entender pq no nos las quisieron montar. La cuestión es que luego a la camarera 2 le pedí lo mismo y ya me contestó mal… La historia se terminó fatal, entre ellas se pelearon y cuando volvió a darnos el menú (ni nos dió opción a carta) nos tiró los folios encima de la mesa, dejándonos sólo una opción para comer pq ya no quedaba nada… En fin… No voy a volver nunca más ni lo recomiendo.
He de decir que había ido más veces. La comida está correcta, pero entre el local cutre y poco cuidado que además siempre pasa algo (como no funcionar el aire en pleno julio o reservar y que no esté tu mesa…) y el trato al cliente de lo más desagradable. Sólo espero que su éxito sea en proporción a su mala leche.

This is a great vegetarian restaurant. I loved their vegetarian soup and their carrot cake.

Restaurante vegetariano, que para mi ya es bastante transgresor! Pero siendo vegetariano (yo no lo soy) me encanta.
Platos elaborados, en los que no se echa de menos la carne! Increíble. Estar comiendo y no pensar en comer carne!
Por mi parte la mousaka, el hummus, los quesos variados, las ensaladas, las cazuelas de lasaña de setas, o incluso la pasta, todo está genial.
Buen sitio para perderse si quieres probar algo distinto, y sin carne!

Interesante propuesta de Menú vegano donde se compensa la calidad de los platos con el precio. No entra bebida ni café. Precio medio 15 euros por persona. En relación a los platos indicar que sorprenden en todos los sentidos, ricos y generosos en la cantidad. Interesante cocina. El punto negativo lo focalizo en la calidad del servicio que lo considero poco profesional, es un restaurante pequeño y normalmente hay dos personas sirviendo, existe siempre demora injustificada entre los platos por mala organización en la gestión de las mesas, el trato personal se ajusta a lo mínimo, el elevado tono de voz de los que sirven aumenta conforme se va llenando y llegas a enterarte de lo que piden todas y cada una de las mesas, de los errores incluso de los cabreos de los trabajadores. Sinceramente creo que les pone nerviosos llenar el restaurante e incluso da la sensación que no les gusta. Eso si, he de reconocer que mejorando el servicio y adecuando una decoración mas correcta podría hacer honor a esos platos tan dignos.

Muy buena comida y optima relación calidad-​precio. Ideal también para los non vegetarianos. Ambiente acogedor y relajado, algo pequeno sobre todo en invierno cuando no se puede comer en la terraza, así que mejor reservar.

Delicioso! Así de sencillo.
Disfrutas de una comida sana, sin carne y preparada con mimo y dedicación, que la hace sencillamente espectacular. Recomendadísimo! eso si, hay que hacer reserva porque se llena en un suspiro.

Please see my full review with pix on my website listed in my profile. The specific entry is called «Vegetarian Win».
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While roaming through the city, I found a new restaurant entirely by chance. I’m glad I did, though, because eating lunch there pretty much made my day. Why, gentle readers, do you ask that? Well, first, because the menu was extremely appealing. I knew they had a regular menu, but honestly, when the chef is recommending a complete meal for a reasonable price, why not make my choices from the menú? Here’s the beautiful thing: this is the only money I spent while I was out walking for four hours. I had built up an appetite, and, when my food arrived, I was extremely pleased with the service, the food, and the ambiance.
Ambiance, you ask? Well, many of the restaurants I have visited have been very close to busy streets. This restaurant was on a side street with plenty of trees, a few outdoor tables, and a calm demeanor. In short, I needed a break, and I found it here, at La Tasta Olletes.
I chose the Flan de rúcola y parmesano (savory flan or custard with a pesto finish), Burrito de soya y porotos (a burrito with something made with soy and what you would call in Mexico «pot beans» or whole bean stew), and, for dessert, Tarta vegana de cacao y pera (vegan tart with pear and chocolate). Although they ran out of this dish before I arrived, I was hoping to try the Ollita de la abuela, con kamut, acelgas, y calabaza (My grandmother’s stew with kamut, an ancient grain, chard, and squash/​pumpkin. Read this about kamut, and you will understand why I wanted to try it!).
The flan was delicious, almost like a cottage cheese and ricotta texture, seasoned by the parmesan and the pesto. I almost licked the plate. The burrito was amazing, and, if you have read my previous posts, you will understand how much I like to try American favorites in other countries. I was not disappointed, especially when I found that fresh lettuce had also been mixed into the folding process. The beans were delicious and perfectly tender, seasoned so that you could taste the beans without overpowering the flavors of each ingredient. The dessert… oh, my. This treat was not very sweet, which allowed the chocolate flavors to shine through. Between the massive chunks of sweet baked pear, the chocolate cake was texturally somewhere between a brownie, a chocolate cake, and happiness. To steal a line from Mary Poppins, this was «practically perfect in every way.»

Kudos al chef de este restaurante vegetariano porque, aunque pienso que puede mejorar, lo está haciendo muy bien.
Para todos los que afirman que en este lugar no usan ningún producto de procedencia animal, déjenme recordarles que los productos lácteos y los huevos SÍ entran en esa categoría.
De todo lo que comimos, una sola cosa nos dejó decepcionados: pimientos rellenos con una especie de queso que nos recordó a todos al famoso y triste Philadelphia. Yuj.
Pero las croquetas estaban muy buenas, así como también la ensalada de arroz, el hummus (que aunque suene arrogante, me recordó al que hago yo ;-D), el tofu excelentemente marinado y las «papas».
Platos sencillos pero que funcionan.
No entiendo a los que se emocionan tanto con la «creatividad» y «originalidad» de los platos. Yo no encontré ninguno de esos factores. Quizá es porque he probado sitios similares.
Otra decepción aparte de los pimientos fue el vino que, aparte de ser poco (o nada) memorable, se nos sirvió en vasos chatos (que espero no volver a encontrar en Valencia, pero lo dudo).
La mesa era bastante pequeña y nos dificultó un poco la cena.
El servicio, para mi gusto, lento y demasiado informal (la camarera no tenía ninguna necesidad de hacer comentarios sobre lo que estábamos debatiendo mi acompañante y yo, y mucho menos darnos su opinión).
Pero considerando que esto no fue culpa del chef, supongo que volveremos algún día a probar el menú de la comida, que parece mucho más asequible que los 25 € por persona de la cena.

OBSESSED!!! GREAT menu del dia. Every single thing I ever ordered here was AMAZINGLY DELICIOUS. As a vegetarian, it was PERFECT. More than that, my meat-​eating friends would love to come here every day with me because it is just THAT GOOD (and for a GREAT PRICE!). Go!

Sencíllamente genial.
Yo que soy carnívora convencida, y que me cuesta arrancar un poco para probar estos sitios, he de decir que de Valencia se ha convertido en uno de mis favoritos.
La lasagna de verduras con curry, la ensalada tabulé, los entrantes. cada cosa me sorprendió más que lo anterior. Quiero volver cuanto antes a terminar de pedir lo que me falta!
Las chicas que te atienden son majísimas, el precio razonable, y el sitio es bastante acogedor.
Probadlo! :)

The menu is surprisingly creative and has a whole section of salads such as goat cheese (with mixed leaves, berries, rocket, pine nuts and zucchini); marinated tofu (with lettuce hearts, zucchini, mushrooms, cherry tomatoes, corn salad and rocket); seaweed (mixed leaves, arama, sea noodles, cherry tomatoes, zucchini, corn salad, bean sprouts and orange dressing); flowers (mixed leaves, edible flowers, zucchini, corn salad, bean sprouts, carrot, nango and lemon dressing); Tastaolletes (mixed leaves, avocado, cherry tomato, cucumber, carrot, bean sprouts and house dressing; or a rice salad (basmati and wild rice, avocado, pineapple, mango, raisins, pine nuts and coconut milk dressing). Salads range between EUR8 and EUR9.
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Si eres vegetariano este es el mejor sitio para llevar a tu amigo el carnívoro y que nunca quiere acompañarte a un restaurante vegetariano. Si tienes que jugártela a una carta para convencerle de que este tipo de comidas están muy bien, llévalo a este restaurante. Yo, que soy muy carnívoro, fui con algo de escepticismo pero me convenció. Hay platos en los que por el sitio en el que estás te crees que no estén hechos con carne porque el sabor que tienen es idéntico, por ejemplo en la lasaña con soja deshidratada. Recomiendo también las croquetas, buenísimas. Atendido por gente joven y muy agradable, la decoración es rústica y la relación calidad precio también muy buena. No es caro.

A pesar de no ser vegetariano, he de decir que, la única vez que cené en este sitio, salí satisfecho. Fuimos a él porque reservó una amiga, por aquel entonces no carnívora, ahora ya sí de nuevo. Tenía mis recelos al pensar que aquella noche mis colmillos no iban a tener trabajo y me iba a quedar con hambre. De hecho, mi cerebro estuvo en los momentos previos a llegar pensando alternativas para comer nada más salir de allí. Al final, no fue para tanto.
Mis papilas gustativas se acuerdan especialmente de una ensalada con pétalos de flores. Muy delicadas ellas, me daba lástima masticarlas. Pero, sobre todo, lo que no he olvidado con el paso de los años (un par) es el postre: tiramisú de algarroba con caramelo de amareto. Buenísimo. Pedir lo más «raro» a veces, muchas veces, tiene recompensa.
El menú presentaba bastantes opciones entre entrantes, ensaladas y pasta. Pedimos un poco de todo para los cuatro que íbamos. Además, están marcados los platos veganos, que los hay. La verdad es que tampoco salió cara la cosa y el sitio y el trato fueron muy buenos. Así, por una noche, dije aquello de… ¡verde que te quiero, verde!

¿Qué hace un carnívoro como yo aquí? Ya me han liado otra vez. Ya le he dicho mil veces a mi amiga Helena que mi padre es carnicero, que sí, que no le hago ascos a las espinacas o las alcachofas, pero que yo quiero un buen trozo de carne con patatas.
Bueno, pues agarrado de la comisura de la oreja, como don Juan hacía en el cole para llevarme al rincón castigado, mi amiga me condujo a la Tastaolletes. «Vamos pronto que es muy pequeño y no tendremos sitio». En fín, alla que fuimos. He de decir que no con muy buena predisposición por mi parte.
Opté por una especie de lasaña de verduras que, todo sea dicho, estaba deliciosa. Mi amiga, como amante de los estrambótico disfrutó como una enana y, por lo menos, se dio el capricho. Yo no cambié mi opinión sobre mis gustos culinarios, pero me gustó el local. Gran variedad de platos y sabores (a las verduritas hay que ponerles muchas cosas para que sepan a algo) y una buena bodega de vinos de cultivo ecológico e infusiones para que acabes con el estomago limpio como una patena.

Para los partidarios de la comida vegetariana, yo se lo aconsejo. Quienes estén abiertos a probar esta suerte de cocina exenta de productos animales, sin ningún tipo de prejuicio, creo que gustarán de repetir la experiencia.
Sin embargo, mi intención es dirigir mi comentario a los que no se deciden por completo a gastarse dinero en un restaurante cuya carta no incluye la palabra filete. No es mi caso, porque a mí sí que me apetece hacerlo de vez en cuando, y mi paladar no es reacio en absoluto a los vegetales, las hortalizas y demás. Pero como no soy tampoco un fanático, a mí La Tastaolletes me pareció una buena opción para los que desconfían de un menú sin un solo ingrediente cárnico. Y quiero destacarlo.
Aunque su oferta es innegablemente vegetariana, todos los sabores que la componen están pensados para no desagradar a los más reticentes. En definitiva, que se dirigen a un nicho de mercado muy concreto, pero no se cierran puertas. Por eso han creado entrantes como los que yo pedí: croquetas y patés vegetales, bocaditos de pimiento o tabla de quesos biológicos; y primeros del estilo de los que escogí: lasaña de setas y mousaka.
Las ensaladas y los postres los dejé para la siguiente ocasión. No obstante, si los consultáis en su web, comprobaréis como yo que también hay mucha variedad.
Aparte, la decoración del establecimiento es muy nueva, de diseño, lo que conjuga perfectamente con su propósito corporativo de preparar cocina vegetariana creativa.
Una sola nota negativa: yo fui a cenar un sábado por la noche, cuando más afluencia hay. No tuvimos problema de disponibilidad porque reservamos por la mañana. Pero dado que pretendían llenar varios turnos nos sirvieron muy rápido, cosa que no está mal, y nos retiran todo antes de que acabáramos siquiera de masticar, cosa que ya no me complació tanto.