El Chupas

A las hamburguesas del Chupas hay que ir en algún momento de la vida. Yo ahí pase un rato en la madrugada de cada viernes y sábado durante muchos años.
También conocidas como las hamburguesas del Güiri (pues el don se parece al Güiri Güiri) están dispuestas gran parte de la noche par servir los antojos de borrachos o incluso crudos.
Una buena hamburguesa con queso amarillo y tocino, o un perro caliente son grandes compañeros cuando la gravedad comienza a desampararte.
Y no solo es echarte la hamburguesa, sino es echarte la hamburguesa en el jardín desolado, maravillosamente iluminado, con las bancas que siempre están repletas, para ti solo. Es poder sentarte a platicar de las aventuras de la noche con tu chesco en los pies y tu plato desechable en las manos sin ninguna prisa, disfrutando del clima y el gran lugar.
Hace mucho que no voy, pero el Chupas no era que digamos muy bien encargado; no dejes que eso te achicolape, tu llégale a lo que vas.

Una tarde en el jardín, con el mejor clima y si se te antoja comer algo no puedes dejar pasar las hamburguesas, las encuentras al rededor. Además comer en éste puesto me trae buenos recuerdos ya que aquí celebramos el cumpleaños de mi mamá cuando me mude y además conocí a mi novio comiéndome una hamburguesa.
Puedes pedir hot dogs con papas a la francesa y tocino o unas quesadillas, un café soluble, un puesto muy versátil.
Típico que sales del antro o bar y encuentras a mucha gente comiendo algo aquí. Además de tener la parroquia justo enfrente y mejor aún escuchando mariachi mientras disfrutas de este hermoso lugar y comes algo de este puesto callejero.