Serpis 17

Calidad precio muy bien. Comer por 10 € sartén sus tostas geniales y un café. El trato muy agradable. Repetiré.

Solo entrar por la puerta el olor de chocolate ya te dice, «quédate, sientáte y pídete una taza de chocolate caliente». Y cuesta mucho no obedecer… porque con esos sofás tan apetecibles, un chocolate, sola o acompañada, puede ser un placer para todos los sentidos.
Esta es una cafetería muy apta para desayunos y meriendas, en especial para las segundas, por que es su carta sus gofres, sus croissants, sus tartas te piden a gritos que las acompañes de una taza de chocolate en una de las múltiples versiones que ofrecen. Pero si a tí el dulce ni fú ni fa, no te preocupes, porque con una tosta Serpis (tomate, queso y orégano) y un zumito puedes merendar como un capitán general.
Yo no he cenado nunca, pero conociendo la mano que tienen, no me importaría alargar una merienda con uno de sus sandwiches o una de sus sartenes. Eso sí, lo del chocolate lo cambiaría por una cervecita de importación que las venden a precios muy bien, e incluso alguna de ellas acompañada de tapa.
En definitiva, que este sitio es como una navaja suiza. Te vale para todo.

Este es un sitio que a mí, personalmente, me encanta, y que volvió a abrir hace unos meses después de haber estado un tiempo de reformas (que le han venido bien, porque han cambiado el mobiliario y el local ahora parece mucho más grande).
Serpis 17, situada en el 17 de la calle Serpis (¿a que nunca lo habríais adivinado?) es una cafetería /​bar /​sitio — para — todo que abre pronto por la mañana y cierra tarde por la noche. Esto es así porque antes se limitaba a ser una pequeña cafetería, con una terracita cubierta muy mona, y su carta de cosas para comer se limitaba a sándwiches, croissants, gofres y cositas para picar. Ahora, tras la remodelación, sirven también cenas: no he tenido todavíà la oportunidad de ir, pero seguro que vale la pena, teniendo en cuenta el magnífico nivel de los sándwiches.
Además de ser un sitio barato, de vez en cuando hacen «ofertas» de cerveza, aún recuerdo una en la que servían la Franziskaner (la de 50cl) a 1,50. Lo digo por si hay alguien que vaya a un bar a tomar una cervecita, no como yo, que sólo bebo agua.