Bodega Los Hermanos

Mi bodega preferida para ir a picar algo rápido y barato porque resido muy cerca de ella. Todo lo que tienen allí es frío pues no tienen cocina, es una bodega con cientos de botellas en la pared en la cual puedes degusta embutidos, pescado en lata, salazones y alguna ensalada de tomate o rusa.
Yo soy habitual y casi siempre pido junto con mis amigos alguna ración de jamón de Teruel (también tienen ibérico de recebo), una ensalada de tomate (bastante grande por cierto) y la increíble ensaladilla rusa.
Tienen cientos de vinos en la pared para elegir, de multitud de precios y calidades, nunca repetirás ninguno porque van variando las botellas.
Es una bodega en zona de estudiantes pero el ambiente no es ruidoso porque los dueños limitan la entrada de demasiada gente y si se arma follón te llaman la atención. En trato puede pareces brusco pero si te portas bien no sacan el látigo.
El local es de estética tradicional, con sus barriles de madera, banquetas de madera y tiene algo que hace que regreses una vez que lo conoces.
Recomiendo el plato de ensaladilla rusa, la mejor de Valencia sin duda.
Tienen chupitos de mistela artesanal.

Pues si … los hermanos es la bodega por excelencia. buen precio, trato de bodega, osea, con respeto a todo el mundo, pero es un negocio.
No te pierdas la ensaladilla, no siempre hay porque se acaba rápido.

Buen precio y gran variedad en vino. Es una bodega donde puedes comprar para llevar a casa pero también tienen tapas sin cocinar. Buen jamón de reserva, buenas ensaladas y mucha variedad para acompañar un buen vino. Eso si, sin cocinar pues es una bodega. Muy recomendable.

Las redes sociales son muy bonitas, pero lo siguen siendo más las conversaciones random a pie de calle. Después de una cena, paseas por una acera y a un desconocido que está fumando a la puerta de un sitio a través de cuyas cristaleras se ve que no cabe un taburete más le dices: «oye, ¿y esto qué es». Nos explica que tienen cuatro tapas frías y todas las bebidas que puedas imaginar, que comiendo como un señor sales a cuatro duros y que, en consecuencia, se llena de esa forma cada día.
Así que no nos queda otra que volver a la semana siguiente y comprobar en nuestras carnes todo esto. Por suerte, al ser martes (sí, los martes son los nuevos… euh, viernes), no estaba tan lleno y pudimos encontrar sin problema mesa para seis en el recodo que hace el local.
Es curioso porque parece más una casa que un bar, no sólo está decorado con aparadores y cuadros, un poco más y de ésos que tiene tu abuela de cazas terribles, sino que el trato y ¡hasta la vajilla! son lo más parecido a estar en tu casa del pueblo. Las tapas, como nos dijo el Señor Recomendador, son sólo frías porque no tienen cocina, pero sorprende ver lo que dan de sí el fiambre y las conservas. Probamos embutidos, lacón en aceite y pimentón, boquerones con papas fritas, queso manchego, jamón, más jamón, y un poco de lomo de orza. Un par de vasos de vermú y pan tostado a mansalva, con chorritín de aceite de oliva. ¡Pero qué bueno todo, señores!
Si el almuerzo es algo a reivindicar, el comer y el cenar de bodegueo no se queda atrás.

Buen sitio para cenar a un precio bastante asequible. Los platos son frios en plan tabla de jamon, quesos, ensalada… todo muy bueno. Tambien tienen una gran variedad de vinos para elegir expuestos en unos grandes estantes. Buena opcion para ir a cenar ocasionalmente

Sitio familiar… Buen trato. Pues lo que se espera se una bodega. Un muy buen sitio

Opción más que respetable si se quiere una tarde de bodegueo. Es bastante más tranquila que la Bodega Fila, aunque yo siempre intentaré prevalecer la opción de ir a Fila que a los Hermanos porque soy muy de Fila. No obstante, esta no deja de ser una buena alternativa ya que, aunque es un pelín más cara, está más limpia, no hay tanto erasmus y se come igual de bien. Además, los barriles, las infinitas estanterías de vino y la barra con taburetes (y servilletas por el suelo), le dan esa esencia de bodega que nos encanta.
Lo ideal en este sitio es pedirse un chato de vino y un poco de embutido para picar. También tienen otro tipo de tapas, pero es que yo siempre he concebido la experiencia bodeguera con jamón, queso y vino. Si pedís queso curado con vino tinto de la casa ya os digo que repetiréis seguro, de queso y de vino. Hay vinos mejores, obviamente, pero paladares tan poco doctos en ese mundillo como es el mío, con el de la casa me doy por satisfecha.
Los dueños son bastante majos, aunque creo que su nivel de simpatía depende mucho del estado en el que se encuentre el local. Si está lleno hasta los topes (como suele pasar a ciertas horas de la tarde) no los vas a encontrar especialmente receptivos. Pero entiendo que así sea, todos somos humanos.

A esta bodega he ido varias veces con compañeros del politécnico ya que está relativamente cerca de este. Unas veces después de hechar unos largos en la piscina otras veces a mitad tarde, depués de un exámen o para cenar. Y es que si tienes hambre y te apetece comer buen embutido acompañado de un culin de vino o de un cañita o quinto. Este es un buen sitio por que para mi de las bodegas que hay por Valencia aqui esta el mejor jamón bien cortado y muy buen embutido.
Es una bodega tranquila, es decir ni es por ejemplo como la bodega fila que se pone hasta la bandera y que se forma un jaleo que haya las 23 00, jueves viernes y sábado tienes que hablar a gritos. Esta es más bien de mesas separadas cada una con su espacio, no estás espalda con espalda con el de la mesa de al lado que no conoces de nada.

Recuerdo una vez que nos juntamos unos cuantos en las mesas del fondo, subiendo las escaleritas y claro era inevitable que las voces se subieran de tono, tuvo que venir la camarera más de un par de veces para pedirnos que por favor bajaramos el volúmen, hasta que al final decidimos irnos por que aquello era incontrolable.
Muchas veces te sirven el vino en cuenquitos de barro, que queda muy rural. Si vais os recomiendo un culin de vino, una tapita de jamos, otra de queso y unas olivitas que están mu ricas,

Esta bodega siempre ha tenido muy buena acogida entre mi grupo de amigos, aunque a mi no me gusta especialmente.
Desde siempre se proponía ir a este sitio porque es una bodega tradicional, con tapas caseras y que está bien de precio, que todo hay que decirlo. Pero eso sí: desde el primer momento que entras por la puerta te sorprende la mala leche de los camareros y dueños del bar, que apenas levantan la cabeza para decirte que no hay sitio, sobretodo si los pillas en uno de esos días malos. En alguna ocasión me ha dado corte e incluso miedito decirle a la camarera que la coca cola tenía unos posos inusuales, o pedir un poco más de pan, aunque al final siempre ceden (el cliente siempre tiene la razón…)
Y encima, para colmo de males siempre está llenísimo, incluso con gente haciendo cola en la puerta.
Conclusión: tiene muy buena aceptación a pesar del trato que ofrecen y la comida no suele decepcionar. Entre otras cosas hay que destacar los encurtidos, el gran surtido de vinos que no se suben de precio y algunos platos típicos de Murcia y Albacete.

Es un poco pequeña pero la verdad es que es un sitio genial para ir con los amigos.
Tienen una buena cantidad de tapas y bastantes vinos de barril.
El precio es bastante bueno y la calidad de los productos también es buena.
Si vas por las noches un fin de semana hay que ir pronto, ya que enseguida se llena al ser tan pequeñita.
Esta cerca de mi casa y en una zona donde se suele salir bastante, muy recomendable!