El Lechuguita es uno de los bares más famosos de Ronda, fama que le viene de sus tapas y cervezas a precios más que razonables. Nosotros vinimos en fin de semana y estaba hasta las trancas. La gente rebosaba del local y el jaleo era sustancial, pero tuvimos la suerte de ubicarnos en una pequeña mesa del interior y allí estuvimos un rato. Lo que más me llamó la atención fue que las comandas se las pasas al camarero de la barra a través de un papel«a lo 100 Montaditos», que previamente han ido marcando en las casillas de lo que te quieres tomar. Precios muy asequibles, tapas ricas y sabrosas y un servicio peculiar en pleno corazón de Ronda, junto a una decoración anclada a mediados del pasado siglo. Sin duda, cuando vuelva por Ronda, la primera tapa caerá otra vez aquí.
Joanna C.
Rating des Ortes: 4 Cambridge, MA
Casa Moreno el Lechuguita is all about value, with most of its tapas selling for only € 0.80. When you walk in, grab a seat at the bar(make sure you’re on the side where you order food. It seems like they own two buildings right across the street from one another and the other is where people can watch soccer games after getting drinks), and then grab a sheet of paper and a pencil and start ticking things off. It’s a long menu and, because of our limited Spanish, we only half knew what we were ordering so that made it all the more adventurous. They bring the tapas out as soon as each is done so it’s a nice steady stream of food. Nothing was particularly standout, but we enjoyed a bunch of the mushroom dishes and mini-sandwiches and crackers with different meats and cheese. The only dish I would avoid is their namesake Lechuguita dish: it’s just a head of lettuce with dressing on it, nothing special, particularly if you’re used to eating salad all the time. Three stars for the food, four stars for the service, and five stars for the experience of paying € 20 for 25 tapas.
Augusto G.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Uno de los mejores descubrimientos de los últimos tiempos. Pasé al medio día por su puerta, y al ver a tantos rondeños tomando el aperitivo, nos dijimos a la noche hay que venir aquí. Por desgracia, no tuve tiempo para probar ninguna de sus tapas. Pero estoy convencido que todas deben estar de escándalo, sobre todo porque pasaron varias delante de mis narices tenían una pinta magnífica. Es un bar con un sabor muy especial, repleto de historia en cada rincón. Con azulejos de bebidas que ya no se fabrican, fotos antiguas, etc… El interior no es especialmente grande, pero fuera tiene varias mesas de pie. El servicio y el precio me parecieron soberbios. No me cobraban 50 céntimos por una botella de agua tanto tiempo, que ni me acuerdo. Tengo que volver, la cuenta atrás ha comenzado para volver a Ronda. Buon Appetito.